Una botella de whiskey de 12 millones de pesos fue la pista clave para capturar a alias Toño

En la mañana del viernes 3 de mayo, un grupo de camionetas llegó a una licorera en el norte de Villavicencio. De una de ellas se bajó una persona custodiada por hombres armados.

Durante más de media hora, el hombre permaneció en el establecimiento comercial. Compró varias botellas de diversos licores, entre ellas una de whiskey que costaba 12 millones de pesos.

Esta fue la pista que permitió a los investigadores de la Dijin identificar al comprador. 

Se trataba de Juan Antonio Gil Díaz, alias Toño o Cachicamo, un narcotraficante venezolano que tenía circular roja por los delitos de tráfico de drogas y asociación para delinquir.

Alias Toño es considerado como el principal proveedor de armas y de estupefacientes del Tren de Aragua y es buscado en 196 países del mundo. 

Con la pista de la compra millonaria, las autoridades pudieron seguirlo a su finca en Paratebueno, Cundinamarca, y allí lo capturaron. 

El poder de alias Toño

Según los investigadores, Juan Antonio Gil Díaz es uno de los principales operadores de las rutas de estupefacientes del Caribe y La Guajira colombiana. El narcotraficante, con más de 14 años de historia criminal, fue ascendiendo en el negocio de la droga y llegó a conectarse directamente con narcos colombianos que controlan cultivos y laboratorios de producción de cocaína en el país.

Con estos narcotraficantes firmó alianzas para enviar el alcaloide a las islas del Caribe, Centroamérica y Europa. Alias Toño llegó a ser el principal proveedor de estupefacientes, armas y explosivos de la organización trasnacional delincuencial Tren de Aragua y socio directo de Héctor Rusthenford Guerrero, alias Niño Guerrero, su cabecilla.

Las autoridades francesas y venezolanas ya habían realizado varias incautaciones de cocaína y habían logrado destruir varios semisumergibles de propiedad de alias Toño. Según la investigación, Gil Díaz habría ordenado construir dos centros de acopio de estupefacientes y de armas a orillas del río San Juan, el cual divide los estados de Monagas y de Sucre en Venezuela, hasta donde funcionarios adscritos al Comando Nacional Antidrogas de la Guardia Nacional Bolivariana llegaron e incautaron cuatro embarcaciones, un semisumergible, 52 armas de largo alcance, 48 proveedores, municiones de diferentes calibres y más de media tonelada de estupefacientes que pretendían ser enviadas al continente europeo.

“Tras ser detectado por las autoridades venezolanas, se trasladó junto con su familia y varios de sus secuaces a Colombia.  Inicialmente, se ocultó en un lujoso penthouse ubicado al norte de la ciudad de Bogotá, desde donde duró dos años realizando alianzas criminales para sacar droga desde el Meta con destino final las Antillas francesas. En Meta se radicó como comerciante de ganado de la región. Varios meses después decidió comprar extensos terrenos en zona rural del municipio de Paratebueno, donde inició la construcción colosal de un exuberante complejo recreacional para su descanso”, asegura el coronel Edwin Masleider Urrego, director de la Dijin.

Vida de lujos

Durante el proceso investigativo, que duró más de seis meses, las autoridades lograron identificar varias capturas de personas allegadas a alias Toño en las costas de Venezuela, África, Caribe, y Europa. Los análisis de los investigadores dejaron al descubierto la personalidad de Toño: muy perspicaz, versátil. Alias Toño creció en un entorno humilde y fue lanchero, por lo que era conocedor de todas las rutas marítimas y aéreas del narcotráfico. Además, es amante de joyas de alto valor, caballos de paso fino y licores importados.

Para comunicarse con sus familiares y sus socios del Tren de Aragua en Venezuela, utilizaba teléfonos satelitales para evitar dejar huella o registro. De igual forma, usaba aplicaciones de mensajería instantánea y de llamadas libre y de código abierto para enviar mensajes de datos cifrados.

Así cayó alias Toño

Una vez fue ubicado en su finca, se puso en marcha una operación conjunta para capturarlo. En el lugar estaban diez ciudadanos venezolanos de su entera confianza, varios de ellos con antecedentes criminales en el país vecino.

Cuatro de ellos fueron capturados en flagrancia por los delitos de tráfico, fabricación o porte de armas de fuego. Se trata de los alias Felipe, Maikel, José y Ángel, integrantes del anillo personal de seguridad de alias Toño, y quienes tenían en su poder ocho armas de fuego tipo pistola, cuatro de ellas semiautomáticas de origen belga conocida como Five-seven, a las que en América Latina se les conoce como las "Mata Policías" por su capacidad de penetrar chalecos antibalas y blindaje de vehículos. También encontraron en el lugar 17 proveedores, 206 cartuchos de munición y siete radios satelitales.

Alias Toño fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación y queda a la espera de trámites diplomáticos para que se expida la orden de captura con fines de extradición. Los otros cuatro capturados fueron presentados ante un juez de Control de Garantías con los elementos materiales de prueba, quien definirá su situación judicial.