¿Sirve o no el ayuno intermitente?

Ayuno intermitente: ¿funciona o es moda pasajera? Beneficios y riesgos

¿Sirve o no el ayuno intermitente?

El ayuno intermitente se ha promocionado como una forma de perder peso, mejorar el metabolismo y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. ¿Es cierto todo lo que dicen? El doctor Mauricio Londoño responde.

Por: Dr. Mauricio Londoño Rodríguez

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El ayuno intermitente ha ganado una gran popularidad en los últimos años como un enfoque dietético que implica alternar períodos de ayuno y alimentación. Cada vez es más frecuente ver pacientes en consulta médica, como sucede en mi caso, que preguntan por el ayuno como herramienta para mejorar la salud.

Se puede definir el ayuno intermitente como una estrategia que alterna periodos en los que se come y periodos en los que se ayuna. A diferencia de la inanición, que es la falta involuntaria de alimento durante un largo periodo de tiempo, el ayuno intermitente es voluntario y las personas que lo practican pueden elegir hacerlo por motivos de religión, salud u otros motivos.

Su reciente popularidad se debe a sus posibles y publicitados beneficios para la salud como son la pérdida de peso, mejoras en el metabolismo y la reducción de riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, ¿es cierto todo lo que dicen?

Si bien existe un creciente número de investigaciones sobre los posibles beneficios para la salud del ayuno en los seres humanos, es importante distinguir entre lo respaldado por evidencia sólida y lo que aún es especulativo o mitos de redes sociales, especialmente considerando que gran parte de los datos disponibles provienen de estudios en animales.

Lo que los estudios en humanos han mostrado es que el ayuno podría llevar a reducciones en el peso corporal, el porcentaje de grasa corporal y mejoras en la salud metabólica como la sensibilidad a la insulina y los niveles de colesterol (Varady, 2011). Sin embargo, es importante tener en cuenta que las respuestas individuales al ayuno pueden variar, y la adherencia a largo plazo a un régimen de ayuno intermitente puede ser muy difícil para algunas personas.

Otra área de interés en la investigación sobre el ayuno intermitente son sus posibles efectos sobre el envejecimiento y la longevidad. Estudios en animales han sugerido este tipo de ayuno puede prolongar la vida útil y mejorar marcadores de envejecimiento, como son la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo (Mattson et al., 2017).

Aunque estos hallazgos son prometedores y generan noticias y titulares llamativos, es fundamental reconocer que trasladar los resultados de estudios con animales a los seres humanos es complejo y requiere una investigación adicional.

Algunas afirmaciones sobre el ayuno intermitente, como su capacidad para "reiniciar" el sistema inmunológico o mejorar la función cognitiva, aún no están respaldadas por estudios sólidos en las personas. A pesar de que la investigación preliminar en estas áreas es interesante, se necesitan más ensayos clínicos de alta calidad para confirmar estos posibles beneficios.

El ayuno intermitente para el cáncer y las enfermedades autoinmunes

El ayuno intermitente no solo ha llamado la atención por sus posibles beneficios en la gestión del peso y la salud metabólica, sino también por sus implicaciones en el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Si bien la mayor parte de la evidencia sobre los efectos del ayuno en el cáncer y en las enfermedades autoinmunes aún está en las primeras etapas y se basa principalmente en estudios en animales, existen hallazgos interesantes que vale la pena explorar y conocer.

En el ámbito de la investigación del cáncer, los estudios en animales han sugerido que el ayuno intermitente podría tener efectos anticancerígenos al reducir el crecimiento de tumores y mejorar la eficacia de la quimioterapia (de Groot et al., 2019). Algunos mecanismos propuestos sugieren que esta práctica podría inhibir potencialmente la progresión del cáncer. Sin embargo, es crucial enfatizar que estos hallazgos son preliminares y se necesitan más estudios en humanos para validar los efectos anticancerígenos del ayuno intermitente.

En cuanto a las enfermedades autoinmunes, la investigación existente ha explorado el impacto del ayuno intermitente en condiciones como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y la enfermedad inflamatoria intestinal. Estudios en animales han mostrado que el ayuno podría ayudar a reducir la inflamación y mejorar los síntomas en las enfermedades autoinmunes al modular las respuestas inmunitarias y promover la autofagia, que es un proceso natural de regeneración que ocurre a nivel celular en nuestro cuerpo.(Longo & Panda, 2016).

Estos hallazgos sugieren que el ayuno intermitente podría tener un impacto beneficioso en las enfermedades autoinmunes, pero vuelvo a recalcar que se necesitan estudios en humanos para confirmar estos efectos y determinar los protocolos de ayuno óptimos para las personas con condiciones autoinmunes. Estos protocolos deben realizarse bajo la supervisión de profesionales entrenados.

Recientemente, se filtró una información a través de las redes sociales que indica que la práctica del ayuno podría aumentar el riesgo cardiovascular. Quiero aclarar que esta información no ha sido validada formalmente y que, por lo tanto, los médicos la hemos recibido con cautela. Personalmente, pienso que aún es temprano para afirmar categóricamente que esto es así y que hay que esperar a que esta información se valide en los próximos meses cuando contemos con más evidencia científica.

Por otra parte, un estudio publicado en BMC Psychiatry sugiere que saltarse el desayuno durante períodos prolongados podría asociarse a un mayor riesgo el riesgo de trastornos de déficit de atención, cuadros de depresión y disminución del rendimiento cognitivo.

Con cautela

Aunque el ayuno intermitente ha mostrado alguna utilidad en pacientes que buscan bajar de peso (debido a un tipo de restricción calórica), en la mejoría de la salud metabólica, en tratamiento del cáncer y de las enfermedades autoinmunes, es esencial abordar estos hallazgos con cautela, puesto que muchos de estos han sido en animales y no necesariamente podrían extrapolarse a los seres humanos.

En mi práctica diaria veo con preocupación cómo cada vez más personas usan el ayuno sin ningún tipo de precaución o, lo que es peor, dirigido o formulado por personas sin entrenamiento que están causando mucho daño. Quiero destacar una vez más que hacer ayuno intermitente sin consultar un médico o nutricionista capacitado y entrenado en especialidades médicas formales, es un riesgo que podría costarle la vida.

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