Sin sacarle ni una gota de agua, embalse de Chuza tardaría cuatro meses en estabilizarse: CAR

Crédito: Acueducto de Bogotá

30 Abril 2024

Sin sacarle ni una gota de agua, embalse de Chuza tardaría cuatro meses en estabilizarse: CAR

A pesar de las intensas lluvias, los embalses de Bogotá como Chuza y Tominé siguen sin estabilizarse. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca señala qué debe suceder para que vuelvan a la normalidad.

Por: Redacción Cambio

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A pesar de las fuertes lluvias en el país y el debilitamiento del fenómeno de El Niño, algunos de los embalses de Bogotá continúan en una situación crítica, según informó esta semana la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca.

De acuerdo con el más reciente reporte de la corporación, de los ocho embalses de los que se abastece la capital, dos presentan una curva descendente, este es el caso de Chuza y Tominé. Esto quiere decir que, “es más el agua que les estamos extrayendo que la que les está ingresando a embalses”, aclaró Alfred Ignacio Ballesteros, director de la entidad.

Los cálculos de los técnicos de la CAR señalan que, para que el embalse de Chuza se llene, tendrían que ingresar diariamente por lo menos 30 metros cúbicos de agua por segundo y no extraerle nada durante un periodo de cuatro meses aproximadamente, lo cual es un “escenario optimista” para la CAR.

Cabe recordar que la red de abastecimiento de agua potable en Bogotá está compuesta por los embalses Tominé y Neusa, que hacen parte del Sistema Norte; Chuza y San Rafael, que integran el Sistema Chingaza; y Tunjos, Chisacá, así como La Regadera, que conforman el Sistema Sur. Estos embalses son alimentados por fuentes naturales de agua que nacen en los páramos de sectores como la Orinoquia y en la cuenca alta del río Bogotá, zonas donde la lluvia “sigue siendo insuficiente”, señala la corporación.

Entonces, mientras no llueva en la cuenca de la Orinoquia, donde se originan los ríos y corrientes de agua que alimentan el sistema Chingaza, “por lo que resta de este año el embalse no se normalizaría”. 

La situación más favorecedora para estos embalses es el fenómeno de La Niña, que consiste en un aumento considerable de las precipitaciones y una disminución de las temperaturas en las regiones Andina, Caribe y Pacífica en Colombia. Sin embargo, según el más reciente reporte del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), lo más probable es que La Niña ocurra entre agosto y octubre de este año, es decir, por lo menos dentro de tres meses.

“Claramente no será posible cumplir la meta de 20 por ciento de estabilización en el sistema Chingaza, pues allí persiste la situación de escasez por la ausencia de lluvias en el páramo y subpáramo que es donde deberían presentarse”, puntualizó Ballesteros.

De acuerdo con el reporte del nivel de embalses a finales de abril, el Agregado Norte registra niveles de 53,18 por ciento, el Agregado Sur reporta 49,70 por ciento, mientras que el sistema Chingaza se encuentra en 16,29 por ciento.

“El racionamiento se mantendrá mientras no se den las condiciones de lluvia en las zonas de recarga hídrica, por lo cual no podemos relajar las medidas por el hecho de que observemos lluvias en Bogotá y en los municipios de la sabana porque no es allí donde se recargan los embalses”, explicó Ballesteros.

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