Así era el médico Juan Guillermo Aristizábal, rockero, baterista y amante de la música

Crédito: Cortesía: Álvaro Toro

29 Abril 2024

Así era el médico Juan Guillermo Aristizábal, rockero, baterista y amante de la música

El profesional de la salud de la clínica Medellín, asesinado por un paciente, era un metalero consumado, un amante de la música y un maestro de la batería, según sus amigos cercanos.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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En 2011, el médico paisa Juan Guillermo Aristizábal vivió una de sus experiencias más memorables: viajó en la primera edición del crucero de heavy metal más grande del mundo, conocido como 70.000 Toneladas de Metal. Salió desde el puerto de Miami, Florida, hacia Cozumel, en México. Fueron cuatro días de música en altamar, conociendo y oyendo artistas de todo el mundo -Luxemburgo, Italia, Japón, Sudáfrica, Colombia, Costa Rica, Israel, etc.- tocar uno de sus géneros preferidos.

70000

(En el festival de 2011. Cortesía: Germán Monsalve)

Aristizábal, quien en ese entonces viajó acompañado de su hijo y de Germán Monsalve, un anestesiólogo amigo, se estaba preparando hasta hace poco para otro evento musical. Tenía todo listo para ir al Summer Breeze Open Air en Brasil, un festival de metal que se llevó a cabo entre el 26 y el 28 de abril en Sao Paulo. “Me dijo que fuera, pero yo no podía en esta oportunidad”, dice Monsalve. Este y otros planes de vida del urólogo se desvanecieron después de que su paciente John Ferney Cano González lo asesinara el 18 de abril.

Su trabajo como profesional de la medicina era su vocación, pero la música era la pasión más profunda de Juan Guillermo Aristizábal. “Nos conocimos en los quirófanos, como soy anestesiólogo y él urólogo, nos conocimos así -cuenta Germán Monsalve-. En general, teníamos una pasión generalizada por el rock, el rock en términos muy amplios”.

urólogo

(Cortesía: Álvaro Toro)

Era como una enciclopedia del rock, dice Monsalve. Podía hablar horas y horas sobre música setentera -Iron Maiden era su banda favorita, adoraba Led Zeppelin y Black Sabbath-, aunque también le gustaba ABBA, los sonidos de los ochenta, y la música de la escena local de Medellín. El anestesiólogo lo describe como un estudioso y conocedor del género, que fue a todo tipo de toques, conciertos y shows de los múltiples géneros y subgéneros del rock. 

Álvaro Toro, quien conoció al doctor desde niños, recuerda que en el año 77 la banda Sobredosis tocó en el Colegio Benedictino, donde ambos estudiaban. Aristizábal era menor de edad y no pudo entrar, pero jamás se le olvidó. Hace pocos meses, el médico llamó a Toro para preguntarle detalles del recital que se había perdido hace tanto tiempo: “Me dijo ‘ve, contame cómo estuvo ese concierto, qué canciones tocaron’ y yo como ‘Memo, pero eso es de hace más de 40 años, no me acuerdo’”, cuenta con risas.

El amor por la música que sentía Juan Guillermo Aristizábal era intenso, como los ritmos del metal. Nunca estudió teoría ni tomó clases, pero se convirtió en un baterista talentoso y reconocido entre los paisas rockeros. Entonces, se conoció con Campo Elías Sánchez, cantante que quería formar una banda. Tocaron cientos de horas juntos en distintas agrupaciones. La más reciente y que sigue vigente es La Banda del Mono, en la que el urólogo hacía su magia.

“Se preocupaba porque no tenía formación musical de escuela, pero yo le decía que él no necesitaba eso, porque tenía toda la música en la cabeza. Era un tren tocando batería”, dice el Mono, como le dicen a Campo Elías Sánchez, líder de la agrupación musical.

La banda del mono

(La Banda del Mono. Cortesía: Campo Elías González)

Lo último que habló con él fue, de hecho, a través del chat de la banda. Estaban conversando sobre una presentación que iban a tener y Aristizábal quería saber todos los detalles. “Dejá esa acosadera”, fue lo último que le dijo Sánchez, no mucho antes de que lo asesinaran.

“Todo está muy bien, hermano”

Juan Guillermo Aristizábal era padre de dos hijos y pareja de una mujer, su cómplice hasta en la música. Ellos han preferido mantenerse lejos de los medios y las redes sociales en medio del luto. El anestesiólogo Germán Monsalve lo describe como un papá muy empático, especialmente con su hijo, hoy estudiante de Medicina y también rockero de corazón.

Una frase que repetía Memo con frecuencia, y que recuerda su amigo, es “todo está muy bien, hermano” o “superbién, hermano, mejorando”. Era una persona positiva, enérgica y visible, que llamaba la atención por su forma de ser y su voz potente. Verdaderamente, “encarnaba el espíritu rockero”, dice Monsalve. 

González lo describe como alguien honesto, acogedor y un buen amigo. “Era superresponsable con su trabajo -asegura su colega de banda- Llegaba a un ensayo y de pronto paraba y decía que tenía que llamar a un paciente para ver cómo iba después de alguna intervención”.

“Memo era una persona muy querida, hablábamos mucho por teléfono, era muy servicial, sencillo -dice Álvaro Toro-. Todavía me está dando muy duro”.

Quienes lo acompañaron en su pasión musical y sus amigos más queridos se encargaron de despedirlo al son de The Beatles, con la canción In My Life.

All these places had their moments
With lovers and friends, I still can recall
Some are dead, and some are living
In my life, I've loved them all

But of all these friends and lovers
There is no one compares with you
And these memories lose their meaning
When I think of love as something new

“Memo del alma, con el amor más grande del mundo, sí te queremos expresar los sentimientos más profundos de eterna amistad y cariño hacia ti, a donde estés y a todos los tuyos. Además, que en nuestros musicales corazones siempre habrá un espacio para ti y tu batería”, leyó Campo Elías González, en medio del canto de despedida de este médico de la clínica Medellín, un metalero consumado y urólogo con más de 25 años de trabajo.

 

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