No se pudo: diatriba contra el maldito ¡sí se puede!

Crédito: Créditos: Reuters

25 Junio 2024

No se pudo: diatriba contra el maldito ¡sí se puede!

Adolfo Zableh arremete contra la pulsión colombiana por copiar los peores vicios de otros países. En este caso, 'la ola' y el indefendible '¡sí se puede!'.

Por: Adolfo Zableh

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Que los colombianos queremos ser mexicanos es algo que se sabe desde hace rato. La frase original se le atribuye a Jaime Garzón, quien supuestamente dijo alguna vez que en este país no había colombianos porque los ricos se creían ingleses, la clase media se juraba gringa, los intelectuales se sentían franceses y los pobres se identificaban con los mexicanos. Pero como el fútbol es un deporte popular donde se dan cita personas de todas las clases, creencias, géneros y razas, podemos decir entonces que, a la hora de ver un partido, los colombianos somos todos mexicanos.
 
Es que es imposible escapar a la influencia cultural de esa mole de 130 millones de habitantes que empujan diariamente la décima segunda economía del mundo, justo entre la rusa y la surcoreana y por encima de potencias como Australia, España, Arabia Saudita y Suiza. Con México aprendimos a cantar y a ver telenovelas, a leer grandes libros, a admirar extraordinarias obras de arte y a reírnos con Chespirito y Cantinflas.
 
Lo malo es cuando llegamos al fútbol. A México le pasa lo mismo que le ocurre a España: se cree más de lo que es. Y aunque Colombia no está para sacar pecho en la materia, no por eso deja de ser llamativo el ego que manejan unos y otros. Es cierto que España tiene quizá los dos grandes clubes del mundo, Real Madrid y Barcelona, pero sin los jugadores extranjeros ambos equipos serían del montón. Y en cuanto a la selección, sí, tuvo una época dorada hace unos años, pero jalada por las figuras del Barcelona, que muchas veces, desde afuera e incluso desde adentro, la región a la que representa no es vista como parte del país.
 
Y de México qué se puede decir. Ha asistido a 17 de los 22 mundiales de fútbol que se han celebrado, pero porque juega las eliminatorias en la Concacaf. Y con todo eso (y pese a haber organizado dos mundiales a la fecha, condición que da cupo directo), ha faltado a cinco citas. Y además lleva décadas tratando de jugar el quinto partido, el de cuartos de final, y nada que supera la fase de octavos. Y no está mal tampoco, que estar entre las mejores 16 selecciones del mundo tiene mucho mérito, el asunto es que, a ojos de sus propios hinchas y periodistas, la selección mexicana es el Brasil del 70 y no un equipo de segundo orden.   
 

El problema, creo yo, empieza porque le dicen ‘futból’ al fútbol, así, con acento en la o y no en la u, como manda la regla; y si no puedes pronunciar correctamente el nombre del deporte que practicas, mucho menos podrás dominarlo. Por otro lado, está el hecho de que se inventaron dos cosas que poco o nada tienen que ver con el fútbol y que a muchos hinchas de otras latitudes les produce vergüenza: la ola y el 'sí se puede'.

Difícilmente veremos a un argentino (o a un italiano o a un inglés) hacer una cosa ni decir la otra porque son raras, por no decir cursis. Ellos y otros fanáticos con tradición futbolística tienen sus propios cánticos y saltos, ritos añejos que los llenan de orgullo e intimidan al rival. Son países con aún menos tradición futbolística que México (como Colombia y Ecuador, por ejemplo), los que imitan ambas costumbres, sobre todo cuando apoyan a su selección. Con razón no hemos ganado nada grande.
 

Dicen que la ola nació en algún lugar de Norteamérica, pero que se hizo famosa en el Mundial del 86, y maldito aquel día en que el mundo la conoció y la replicó masivamente. Es cierto que se ve en mundiales, pero nunca se verá en el Merkur Spiel Arena mientras Fortuna Dusseldorf y Bochum se juegan un descenso, a Dios gracias. Llámenme extremista, pero hacer la ola es reflejo de la incultura futbolística de los espectadores, del poco gusto que tienen hacia el deporte, porque quien hace una ola demuestra que se está aburrido y que no hay interés alguno en el partido que ha asistido a ver.
 
Llegamos entonces al canto. Se afirma que 'sí se puede' es creación de la Unión de Granjeros de Estados Unidos, eslogan creado hace más de 50 años y que ha sido replicado por muchos personajes y organizaciones para demostrar fuerza o ánimos de luchar por sus derechos. Hasta ahí todo perfecto, bienvenido el 'sí se puede' si eso significa un mundo más justo para todos, pero hay que mantenerlo lejos de los estadios si de apoyar a un equipo se trata.
 

una selección cuya hinchada solo canta 'sí se puede' y no insulta a los jugadores, está destinada a fracasar https://t.co/NIfWuD4EyY

No solo suena cándido, de hincha amateur, sino que indica complejo de inferioridad. Si gritamos 'sí se puede', indirectamente indicamos que alguien nos está diciendo que no podemos; es decir, permitimos que otro nos condene al fracaso. Entonces repetir el cántico en masa es una señal de que en el fondo estamos convencidos de que no vamos a poder, porque es empezar pensando en negativo, tratando de evitar la derrota y no buscando la tan ansiada victoria. Y en el fútbol, ya se sabe, el que juega a no perder, casi siempre termina perdiendo.
 
Por eso lo cantan en México (una Copa Confederaciones en casa y unos Juegos Olímpicos como grandes logros), en Colombia (una Copa América que, casualmente, se le ganó a México y donde no jugó Argentina y Brasil asistió con la unidad C) y Ecuador (nada en la hoja de vida), porque sus victorias se cuentan con los dedos de las manos, mientras que las pérdidas se acumulan por centenas. Así como en México deberían empezar a llamarle fútbol al fútbol, en Colombia deberíamos eliminar dicho coro si queremos ser alguien en el concierto internacional.
 
El fútbol es un deporte conmovedor que nos ha regalado frases tan emotivas como la mejor de las finales. Fue Maradona el que dijo: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”, mientras que es de Gary Lineker la célebre oración: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania”. “Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más difícil que hay” (Johan Cruyff) o “Lo que Zidane hace con una pelota, Maradona lo hacía con una naranja” (Michel Platini), son también ideas tan ingeniosas como ciertas, por lo que no me parece justo que 'sí se puede' comparta con ellas la galería de la fama.

 

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