Daniel Coronell
18 Diciembre 2022

Daniel Coronell

EL ÚLTIMO CONCIERTO

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Asistí al menos a 15 conciertos de Joan Manuel Serrat a lo largo de la vida. Fui a verlo sentado en el gallinero del Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá, lejísimos del escenario, porque era la boleta que podía comprar, pero tenía la vista prodigiosa de mis 17 años. Lo he visto en el Pablo Tobón Uribe de Medellín, en Bellas Artes en México, en el Palacio de los Deportes en Madrid y al menos cinco veces en Miami, dos de ellas con Joaquín Sabina. Todos han sido conciertos memorables, pero tal vez el que recordaré para siempre es el último. 

Ocurrió el viernes 29 de abril de este año. Había anunciado unas semanas antes que esta sería su última gira y logré encontrar tres maravillosas entradas para María Cristina, para nuestra querida amiga Angie Artiles y para mí, en la platea del James Knight Center.

La melancolía dominaba el ambiente. Todos querían verlo, pero en el ánimo pesaba la certeza de que sería la última vez. Él no dijo buenas noches, sino que abrió plaza con una pincelada de humor negro: “Este es el primer concierto, bueno segundo, de mi última gira, pero no es el último. Y en caso de que ocurriera lo indeseable, es decir que no llegáramos al final del concierto, ustedes siempre podrán presumir: Yo estuve allí, allá en Miami y lo vi caer”.

Reía, pero, sin duda, había algo lúgubre en el adiós. Era una cita simultánea con la vida y la muerte y así empezó a cantarlo con la historia de un amor no correspondido: el Romance del Curro el Palmo.

Esa noche reflexionó sobre lo que es una canción, después de escribir 447, “como siempre me ha dado a mí por preguntarme qué era una canción. Encontré tantas respuestas, pero me quedo con la de la Academia de la Lengua que dice que una canción es una composición en verso para ser cantada. O sea que su parte de letra y su parte de música. Es decir, se trata, damas y caballeros, de un matrimonio de conveniencia”.

Mediterráneo, quizás la más popular de sus composiciones, ha sido escogida por el público de España como la canción más representativa del país. Curiosamente la escribió en México cuando tuvo que exiliarse por su posición frente a la dictadura franquista. Esa noche sonó así.

También ha logrado convertir la poesía en música popular y ha sido un enriquecedor intérprete de la creación de otros. Nanas de la cebolla, el poema de Miguel Hernández escrito desde la prisión para su esposa Josefina que solo podía comer pan y cebollas mientras alimentaba a su bebé lactante; se hizo mundialmente famosa. La música tampoco es suya, nomás la voz.

La reivindicación de la rebeldía ha sido una constante en su carrera. Otro poeta que murió lejos del hogar fue el sevillano Antonio Machado. Sus versos mezclados con los de Serrat fueron la fórmula para reivindicar su obra condenada al ostracismo por el dictador Francisco Franco.

Por eso cantarle la tabla al poder, desde un escenario o –más modestamente– detrás de un teclado, es al mismo tiempo un deber y un placer. Así lo hizo notar jubiloso esa noche cuando entonó Algo Personal

En la época en que la ecología era un discurso de iniciados y parecía que la naturaleza jamás se iba a cansar, él encendió una de las primeras alarmas “Padre, el río ya no es el río. Antes de que el verano regrese, esconda usted todo lo que encuentre vivo. Padre ¿qué le han hecho al bosque que no hay un árbol? Al invierno no tendremos fuego y en el verano lugar dónde detenernos porque el bosque ya no es el bosque”.

Tantas veces lo fui a ver que ya sabía cuándo se aproximaba el final de un concierto. Una de sus canciones favoritas para cierre es Fiesta, que retumbó alegre hasta cuando llegó al verso que dice “se acabó”.

Regaló Penélope cuando el público pidió otra y explicó los minutos estremecedores que estaba viviendo: “Bueno este es un momento complicado ¿no? y emocionante. Por lo tanto, hemos de procurar ayudarme a despedirme con serenidad y con toda la gratitud y la alegría que nos ha acompañado hasta hoy…y que nos va a seguir acompañando. Vamos a seguir. No dejaremos de ser amigos, no dejaremos de querernos. Y muchas gracias, repito, por los años que me han permitido poder gozar de su amistad”.

No volveré a ver en un escenario a Joan Manuel Serrat, cuya voz tengo atada al recuerdo del primer amor. Esa noche se llevó las manos a la frente, se tocó el pecho y caminó fuera del reflector. Para él era el segundo concierto de su gira de despedida, para nosotros el definitivo.


Algo personal

Probablemente en su pueblo se les recordará
Como cachorros de buenas personas
Que hurtaban flores para regalar a su mamá
Y daban de comer a las palomas

Probablemente que todo eso debe ser verdad
Aunque es más turbio cómo y de qué manera
Llegaron esos individuos a ser lo que son
Ni a quién sirven cuando alzan las banderas

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
Para ocultar oscuras intenciones
Tienen doble vida, son sicarios del mal
Entre esos tipos y yo, hay algo personal

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad
Viajan de incógnito en autos blindados
A sembrar calumnias, a mentir con naturalidad
A colgar en las escuelas su retrato

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
Espías, listas negras y arsenales
Resulta bochornoso verles fanfarronear
A ver quién es el que la tiene más grande

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz
Y juegan con cosas que no tienen repuesto
La culpa es del otro si algo les sale mal
Entre esos tipos y yo, hay algo personal

Y como quien en la cosa, nada tiene que perder
Pulsan la alarma y rompen las promesas
Y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
Nos ponen la pistola en la cabeza

Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
Van a cagar a casa de otra gente
Y experimentan nuevos métodos de masacrar
Sofisticados y a la vez convincentes

No conocen ni a su padre cuando pierden el control
Ni recuerdan que en el mundo hay niños
Nos niegan a todos el pan y la sal
Entre esos tipos y yo, hay, ¿ algo personal

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
En declarar públicamente su empeño
En propiciar un diálogo de franca distensión
Que les permita hallar un marco previo

Que garantice unas premisas mínimas
Que contribuyan a crear los resortes
Que impulsen un punto de partida sólido y capaz
De este a oeste y de sur a norte

Donde establecer las bases de un tratado de amistad
Que contribuya a poner los cimientos
De una plataforma donde edificar
Un hermoso futuro de amor y paz

Tienen doble vida, son sicarios del mal
Entre esos tipos y yo, entre esos tipos y yo
Entre esos tipos y yo, hay algo personal

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