Exclusivo: La red de narcotráfico que compromete a pesos pesados de la Policía
5 Mayo 2024

Exclusivo: La red de narcotráfico que compromete a pesos pesados de la Policía

La red de corrupción en la Policía que destaparía una siniestra alianza con narcotraficantes.

Crédito: Ilustración: Jorge Restrepo

CAMBIO revela detalles de una investigación de la DEA, la CIA, la Fiscalía y la Policía Nacional que destapó la alianza entre el narcotráfico y altos mandos de la Policía. Uno de los salpicados es el exsubdirector de la institución general Tito Castellanos.

Por: Redacción Cambio

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La alianza entre el narcotráfico y la autoridad en Colombia empezó al tiempo con el negocio. En ese matrimonio siniestro, que todo el mundo conoce, siempre terminan pagando los que reciben las órdenes y no los que las dan. Las cárceles están llenas de patrulleros, capitanes y coroneles. Pero la justicia rara vez le llega a los generales o a los políticos que los apadrinan. Esta investigación que CAMBIO revela podría, por primera vez, llegar hasta lo más alto de la cúpula de la Policía. 

La historia comenzó en agosto de 2023 con la captura de tres mayores de la Policía señalados de hacer parte de un complejo entramado de corrupción que operó entre 2019 y 2023. Según la investigación, empezaron con el robo de recompensas de los gastos reservados de la Policía y de la DEA. Luego se habrían aliado con el Clan del Golfo y La Cordillera para traficar cocaína. Los uniformados tenían un negocio redondo hasta que la fuente con la que trabajaban, arrepentida, los expuso ante las autoridades norteamericanas. 

El caso parecía uno más de los tantos enredos de corrupción local hasta que uno de los involucrados mencionó al pez gordo: el exsubdirector de la Policía, general Tito Castellanos. Por eso, el 12 abril de este año, la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación preliminar para establecer cuál fue su participación.

El alto oficial había salido de la institución en diciembre pasado por orden del general  William Salamanca, director general de la Policía. Aunque en su momento la prensa registró que Castellanos salió por una pugna de poder con el general Carlos Triana, la realidad es que los problemas de Castellanos ya estaban en el radar de la contrainteligencia y de los altos mandos.  

Según la investigación, el líder de los capturados es el mayor Pablo Andrés Uribe que, hasta el momento de su detención, tenía una hoja de vida intachable y una reputación sólida en la Dirección Antinarcóticos. Tanto así que, de 2019 a 2022, fue jefe de la Unidad investigativa SIU CARIBE con sede en Barranquilla.

El grupo Sensitive Investigative Unit (SIU) o Unidad de investigaciones Sensibles es un programa de la DEA que financia y entrena agentes para la lucha contra el narcotráfico en diferentes países. En Colombia estas unidades las tiene la  DIJIN y la DIRAN (antinarcóticos) de la Policía, y el CTI, de la Fiscalía, con enlaces permanentes de la DEA.

En los primeros tres años el modus operandi era el siguiente: el mayor Uribe obtenía información privilegiada sobre las rutas del narcotráfico. Luego, se la filtraba a una supuesta fuente de apellido Montaña, que se la entregaba a la Policía para cobrar la recompensa y después repartir entre sus cómplices esa plata de la institución y de la DEA. El monto no puede ser revelado porque hace parte de la reserva de las autoridades norteamericanas. 

En 2023, los oficiales pasaron de cobrar recompensas a sumarse al negocio del narcotráfico. Ese año los mayores capturados Carlos Mario Montoya y Andrés Felipe Osorio, y el patrullero Elkin José Tovio, se le unieron al mayor Uribe y a Montaña, la fuente. Los investigadores aún no descartan que su supuesto actuar delictivo viniera de tiempo atrás. 

El líder de la red, el mayor Pablo Uribe, pasó del SIU Caribe al grupo de Lavado de Activos de la Dirección Antinarcóticos en Bogotá. Desde ese cargo, según la Fiscalía, empezó a trabajar para el Clan del Golfo y La Cordillera, que el año pasado fue señalada de planear un atentado contra el presidente Gustavo Petro.

El mayor Carlos Mario Montoya era comandante del Grupo Gaula Valledupar; el mayor Andrés Felipe Osorio Osorio, investigador del Grupo de apoyo a la Justicia Penal Militar en Bogotá, y el patrullero Elkin José Tovio integraba la Dirección de inteligencia policial (DIPOL) en el grupo de inteligencia del GAULA de Barranquilla.

Desde 2023, según la Fiscalía, la red de policías empezó a facilitar el transporte de droga hasta los puertos de Barranquilla y Cartagena para que, desde ahí, saliera en contenedores hacia Europa.

El trabajo de la estructura era osado y confuso. Dice la Fiscalía que el mayor Uribe y la fuente Montaña engañaban a los narcotraficantes y a los otros policías capturados. El negocio tenía tres fases. Primero les cobraban a los narcos por transportar la droga en carros oficiales hasta los puertos. Luego, por dejar que saliera a  Europa. Finalmente, delataban esos cargamentos en el país de destino y cobraban la recompensa.  Es decir, cobraban doble: a los narcos y luego, a la Policía y a la DEA.

Según fuentes de la investigación, ese modus operandi fue el que permitió que trabajaran bajo la sombra durante tantos años. En el papel, esa unidad daba resultados y registraba buenos índices de incautaciones. 

A finales del año pasado la investigación, impulsada por los Estados Unidos, adquirió una nueva dimensión. Una fuente no policial le dijo a las autoridades que las cabezas de esta red no eran solo unos mayores. Ese informante aseguró que el general Tito Castellanos, en ese entonces el segundo al mando de la Policía Nacional, era a su vez uno de los determinadores del entramado criminal. 

Las primeras sospechas sobre las conductas de Castellanos no solo lo sacaron de la institución sino que despertaron las primeras alertas en la justicia. El testimonio inicial de una fuente civil ya era un dolor de cabeza para el general. Ahora, cuando un mayor de la Policía lo corroboró, su situación se complicó aún más. Con esos testimonios como soporte, la Fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación contra Castellanos por, supuestamente, recibir dinero por suministrar información que terminaba beneficiando a los grupos criminales. Los tres mayores implicados en el caso están ad portas de ser solicitados en extradición por los Estados Unidos. 

Aunque este puede ser el más grande, no es el único señalamiento que ha empañado la carrera de Tito Castellanos, un general que forjó la mayor parte de su trayectoria en Antinarcóticos. Su nombre aparece también mencionado en los escándalos de la estructura contrabandista de Diego Marín y alias el Bendecido; la fuga de alias Matamba, líder de la Cordillera: y las salidas irregulares de Carlos Mattos de la cárcel La Picota, de Bogotá.

A pesar de los cuestionamientos y de la animadversión que Castellanos despertaba en sectores de la cúpula de la Policía, altas fuentes de la institución consultadas por CAMBIO confirmaron que el general pudo mantenerse en su cargo gracias a la protección de una persona muy cercana al entonces presidente Iván Duque. Dicen las fuentes que, muchas veces, el general se ufanaba de esa relación.

Este medio consultó al general Castellanos para obtener su versión sobre los señalamientos en su contra, pero él decidió guardar silencio y afirmó que las acusaciones podrían obedecer a una estrategia de sus enemigos para desprestigiarlo. 

Aunque un general y tres mayores son el foco de la fase inicial de la investigación, el caso revelado por CAMBIO es apenas el primer capítulo de una pesquisa sin antecedentes que podría sacudir desde los cimientos hasta lo más alto de la Policía Nacional. Siguen siendo más los uniformados comprometidos con la justicia y la verdad. 

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