¿Cómo fue el accidente de los niños en la selva de Colombia?

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

1 Mayo 2024

¿Cómo fue el accidente de los niños en la selva de Colombia?

El primero de mayo de 2023, una avioneta desapareció entre los departamentos de Guaviare y Meta. Así fue el accidente que se convirtió en una increíble historia de supervivencia.

Por: Javier Patiño C.

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La aeronave Cessna 206 de matrícula HK 2803 había sido contratada desde Bogotá por Manuel Ranoque, gobernador indígena, que había hecho la gestión para reunir de nuevo a su familia luego de que tuviera que salir de la región por amenazas de disidencias de las Farc. El objetivo de alquilar la avioneta era sacar a su esposa Magdalena Mukutuy y sus cuatro hijos.

El viernes 28 de mayo, Ranoque se comunicó con las oficinas de Avianline Charter's en Villavicencio para alquilar los servicios de una avioneta, con el objetivo de sacar a su familia de la región del Araracuara en el Amazonas. El vuelo quedó programado para el 30 de mayo. 

Un mes antes de eso, el líder indígena había tenido que salir corriendo tras las amenazas de los guerrilleros. No tuvo tiempo de despedirse de su familia, porque los hombres armados le dieron una hora para no matarlo.

Hernando Murcia Morales, un experimentado piloto, salió al mediodía del domingo 30 de abril del aeropuerto Vanguardia de la capital del departamento del Meta, en la avioneta Cessna 206 con matrícula HK 2803 con destino al pequeño municipio en medio de la selva.

Hacia las 3:30 de la tarde, la pequeña aeronave para transportar seis pasajeros aterrizó en la vieja pista improvisada del Araracuara, en cuya esquina permanece una base militar donde viven 15 soldados y 10 policías, a quienes les llamó la atención la llegada del vuelo.

Tras apagar los motores, a la aeronave llegaron cinco uniformados de la Policía para revisarla y conocer los motivos de su llegada al municipio. Murcia les comentó que venía a recoger a cinco pasajeros para trasladarlos hacia San José del Guaviare.

A la improvisada pista llegaron también Magdalena Mucutuy y sus cuatro hijos: Lesly Jacombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacombaire Mucutuy, de 9;  Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4; y la bebé de 11 meses de nacida, Cristin Ranoque Mucutuy, quienes informaron que eran los pasajeros a quienes venían a recoger.

La llegada de la noche llevó al piloto de la aeronave a desistir del vuelo y mejor esperar a la mañana del lunes primero de mayo para partir hacia la capital del Guaviare, pero antes aprovisionó de gasolina la aeronave.

A las seis de la mañana de ese lunes, revisó cada una de las piezas de la avioneta y verifico las condiciones climatológicas y ordenó a los pasajeros abordar el vuelo.

A último momento llegó Herman Mendoza Hernández, un reconocido líder de la organización indígena opiac, que negoció un puesto en la nave.
 

Problemas en el vuelo 

A las 6:30 de la mañana del primero de mayo, el ruido del motor alertó a los uniformados que vieron cuando la aeronave carreteó para tomar velocidad y ascendió hacia su destino en el Guaviare.

La avioneta salió del radar de la torre de control en Araracuara y fijó su rumbo hacia el aeropuerto de San José del Guaviare.

Pero poco después, los problemas comenzaron. 

A las siete de la mañana, el piloto avisó que tenía una emergencia porque el motor de la avioneta se había apagado. Intentó aterrizar en alguna pista cercana, pero luego de varios intentos informó que pudo nivelar la aeronave.

Sin embargo, a las 7:34 de la mañana, el radio del operador de la torre de control escuchó nuevamente el llamado de auxilio; el motor del Cessna 206 se había apagado y era inminente que la aeronave se fuera a tierra. El radar dejó de mostrar la trayectoria de vuelo a 175 kilómetros de su destino, sobre el río Apaporis.

La búsqueda

El vuelo del reencuentro del Manuel Ranoque con su familia se convirtió en ese momento en incertidumbre. Al lugar fueron enviados helicópteros tras la búsqueda de algún rastro de vida, pero lo espeso de la vegetación y el mal clima hicieron perder la esperanza de encontrar algún sobreviviente.

Durante 14 días, más de 100 hombres de fuerzas especiales y un grupo de 50 indígenas buscaron por toda la selva. 

Fue gracias al poderoso olfato de Wilson, un perro pastor belga, que lograron llegar hasta los restos de la aeronave siniestrada en la mitad de la selva.

En la estructura de la avioneta, que estaba de cabeza, los uniformados identificaron los cuerpos del piloto, Hernando Murcia, de Herman Mendoza y de la madre, Magdalena Mucutuy.

Pero los niños no estaban en el lugar.

Cuarenta días en la selva

La ilusión se avivó horas después cuando Ulises, otro de los caninos de fuerzas especiales, encontró en medio de la maraña un cambuche improvisado, donde al permanecer estuvieron las dos niñas y dos niños.

Sin embargo, faltarían muchos días más para encontrar a los menores.

La operación Esperanza continuó sin descanso durante tres semanas en la selva. Cada huella encontrada, cada trozo de alimento, avivó la ilusión de encontrarlos con vida, a pesar del tiempo que había pasado y de las difíciles condiciones. 

El 10 de junio, la constancia del equipo de soldados e indígenas logró su objetivo: en los radios se escuchó cuatro veces la palabra milagro. Los menores habían sido rescatados con vida.

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