Los 21 ángeles de Suba: la historia de la tragedia que cumple 20 años

El 28 de abril de 2004, pasadas las 3:15 de la tarde, en Bogotá, ocurrió una de tragedias más recordadas y dolorosas de la ciudad. En la Avenida Suba se construía la fase II de TransMilenio, cuando uno de los vehículos que estaba en la zona perdió el control y cayó sobre un bus escolar.

Santiago Ramírez era estudiante del Agustiniano Norte, al momento del accidente estaba llegando a su casa. Estaba en tercero de primaria y perdió a uno de sus compañeros de fútbol en este hecho. A diferencia de muchos, no se enteró por las noticias; su padre, Óscar Ramírez, era policía en Suba y fue uno de los que atendió la emergencia.

Cuando estaban en la casa, Ramírez recuerda que su padre llamó y su madre atendió el teléfono: “Mi mamá se ataca a llorar y yo le dije que qué había pasado y no sabía qué decirme. Solo decía que algo del colegio. Luego me dice que hubo un accidente y mi papá cuenta que cuando llegó quedó impactado porque debió auxiliar a los niños”.

Ya en la noche, en las noticias, pudieron ver imágenes de lo ocurrido y escuchar los nombres de los menores que fallecieron. Cuando el papá de Ramírez llegó a la casa, se puso a llorar. Ese día, en medio de la emergencia, él mismo tuvo que llevar en la camioneta de la Policía a varios niños que necesitaban ayuda médica. 

Veinte años después de la tragedia

El accidente fue ocasionado por una máquina que perdió el control mientras se movilizaba en la Avenida Suba con 138. La recicladora de asfalto pesaba unas 50 toneladas y, según determinó la justicia, no contaba con las normas de tránsito para moverse por una zona con alto tráfico.

Por el hecho fueron condenados en 2010 por el Tribunal Superior de Bogotá el conductor de la máquina, Reinaldo Blanco; y del concesionario, Julián Antonio García Usme y Martín Darío Rendón Betancur.

Según un informe publicado por El Espectador, el vehículo pesado también habría tenido varias irregularidades mecánicas, entre ellas, el freno de emergencia desconectado.

En conmemoración por los 20 años de la tragedia, y como se ha hecho desde que pasó el trágico accidente, se celebró una misa recordando a los 21 menores que perdieron la vida ese 28 de abril de 2024.

La vida cambió para los del Agustiniano

Los bogotanos se conmocionaron y el sitio del accidente quedó marcado para siempre: la estación de TransMilenio se llamó 21 ángeles y en el sitio se erigió un monumento en la memoria de los niños. Pero la huella más grande quedó en los familiares de las víctimas y sus compañeros de colegio. 

A la siguiente semana del accidente, los estudiantes debieron volver a las aulas de clase. Santiago Ramírez recuerda que varios alumnos lloraban. Hubo 21 compañeros que nunca volvieron, hubo otro que sobrevivió y duró varios meses sin ir mientras se recuperaba de las heridas que le dejó el accidente. 

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"La gente estaba dando clase y de repente rompía en llanto porque recordaba lo sucedido", rememora Ramírez.

Algunas profesoras también estuvieron ausentes un tiempo, pues sus hijos iban en el bus que se accidentó en la Avenida Suba. "De uno me acuerdo mucho porque era cercano a mí, jugaba fútbol, estaba en la escuela de fútbol del colegio. A todo el mundo le dolió y los compañeros lo trataban de recordar dedicándole goles porque fue bastante fuerte para uno de amigo sobrellevar esto", afirma Ramírez.

Después del suceso, como lo recuerda Ramírez y lo reseñaron las noticias, el colegio declaró tres días de duelo y al siguiente domingo se realizó una misa. El presidente de la época, Álvaro Uribe Vélez, acompañó a la comunidad estudiantil en la eucaristía.