Delirio para rato: la salsa vuelve al escenario

Luego de una para forzada por la pandemia del coronavirus, Delirio vuelve a escena con un espectáculo que reivindica la diversidad del Valle del Cauca y rinde homenaje a la alegría y el optimismo de los caleños. Se llama "Celebración, la fiesta que somos", y se presentará del 25 al 30 de diciembre, durante la feria de Cali.

El show, del que hacen parte más de 300 personas y mezcla salsa, circo y orquesta, no es el único de la ciudad, pero sí el primero y el más famoso. Es el espectáculo al que los bailarines de las escuelas de los barrios populares de Cali sueñan con llegar algún día.

Delirio ha profesionalizado el oficio de bailar y ha logrado que de la salsa sí se pueda vivir. “Somos únicos en cuanto a la mezcla y la locación, porque esto se trata de una ecuación de música con orquesta en vivo, 180  bailarines en escena y un circo que acoge a todos”, dice Liliana Ocampo, directora del espectáculo.

Cuando Delirio nació, hace 16 años, muchos de sus bailarines de salsa ya habían sido campeones mundiales, pero eran más conocidos afuera del país que en su propia ciudad. “Todo el mundo sabía que la salsa era la vocación turística de Cali, que los extranjeros venían a Cali queriendo aprender a bailar, pero el caleño no tenía dónde vivirla. Nuestro aporte a la salsa fue ponerla en el mapa mental de toda la ciudad y en el mapa geográfico, porque nos relacionamos con la cancillería, y empezamos a ser embajadores culturales de Colombia en el mundo”, relata Ocampo. Más de 615.000 asistentes han ido a 500 presentaciones en su carpa y fuera de ella. El show en colectivo ha viajado a más de 30 ciudades de Colombia y visitado 21 países. Hoy es  uno de los principales atractivos turísticos del Valle del Cauca.

Delirio trabaja con cuatro escuelas de salsa que suman unos 400 jóvenes en formación. “Contratamos a las escuelas. Ellas nos ponen a sus artistas representativos, nivelados por categorías, y reciben una retribución económica por proporcionar esos bailarines. A través de un programa llamado “Paso firme, crecer bailando”, realizamos todo el apoyo de profesionalización a las escuelas”. Los recursos también son utilizados para becar a los estudiantes de menores recursos. “Las becas y el apoyo a los instructores hicieron posible que las escuelas incorporaran más niños y pagaran las deudas adquiridas durante la pandemia”. Delirio también apoya la formación de coreógrafos, no solo para que pulan las técnicas que han aprendido empíricamente sino para que mejoren sus habilidades de liderazgo.

Viviana Vargas es la bailarina principal de Delirio y es dueña de una de las cuatro escuelas que trabaja con el proyecto. Ingresó al mundo de la salsa porque, cuando salió del colegio, sus papás no podían pagarle una universidad. Viviana Asegura que Delirio, más que la oportunidad de pertenecer a un espectáculo, le ha ofrecido la posibilidad de crecer como directora de una escuela. "Delirio es el espectáculo más importante de salsa en Colombia. Todos quieren estar, pero no todos pueden estar. Es gratificante hacer parte de una de las escuelas que trabaja con el show”, comenta.

Los bailarines, según Viviana, se diferencian de los demás en que son artistas integrales. “Un bailarín de Delirio, además de bailar, recibe mucho apoyo en presencia escénica. Tenemos un profesor especializado en dirigir teatro. Por eso, cuando ves a un bailarín de Delirio en la carpa, está completamente conectado con el público. Ellos también reciben apoyo psicosocial y, en general, son muy profesionales”.

Hace solo cuatro meses la salsa fue aceptada como patrimonio inmaterial cultural de la nación. En este contexto, Delirio contribuye a salvaguardar el ritmo, a fortalecerlo como parte de la identidad cultural de la región y a utilizarlo como un proyecto de vida entre los jóvenes que más lo llevan en la sangre y que más lo necesitan.