Paz total con las bandas de Medellín: hablan los duros
2 Junio 2023

Paz total con las bandas de Medellín: hablan los duros

Así aparecieron los voceros de las bandas de Medellín en la instalación de la mesa de diálogo en la cárcel de Itagüí.

Crédito: Foto: Sara López.

CAMBIO estuvo en la cárcel de Itagüí en una jornada de trabajo de los voceros de las estructuras del Valle de Aburrá previa a la instalación del espacio de diálogo con el Gobierno. Así se vivió en la cárcel.

Por: Alfredo Molano Jimeno

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Ya se instaló la fase pública de diálogo entre las estructuras armadas del Valle de Aburrá y el gobierno de Gustavo Petro. Ocurrió tras nueve meses de reuniones en distintas cárceles del país, de mensajes que van y vienen, de traslados, disgustos y discusiones. Dos días antes de la ceremonia CAMBIO estuvo reunido en la cárcel de Itagüí con los 20 voceros de las organizaciones criminales y fue testigo de la preparación de la jornada. 

El miércoles pasado, el ambiente en la cárcel de Itagüí era de nerviosismo y expectativa. Quienes en algún momento fueron los líderes de las estructuras armadas del Valle de Aburrá hoy son voceros de paz. Son hombres que se encuentran entre los 30 y los 60 años, con décadas de guerra encima. Una mañana cualquiera estarían planeando cómo cobrar una extorsión, pagarse una deuda con algún grupo enemigo, realizar un secuestro o limpiando las armas que por tantos años los acompañaron. Ahora dedican su tiempo de reclusión a construir caminos de diálogo y a idear estrategias para lograr acuerdos internos que los lleven unidos a una ruta de sometimiento que frene de una vez por todas medio siglo de violencia en el área metropolitana de Medellín, y a la vez sea el piloto de los intentos de paz urbana del Gobierno.

Nacieron con el contrabando, crecieron con el  narcotráfico de Pablo Escobar, fueron parte del paramilitarismo y derivaron en la temida Oficina de Envigado, pero el miércoles pasado estaban nerviosos en el salón del Patio 1 concretando los últimos detalles del inicio de la fase pública de diálogos. Sin pensar en el significado simbólico, los otrora cabecillas de las peligrosas estructuras criminales empezaron el día con una jornada de salud visual. Para leer y escribir la mayoría necesita gafas, en buena parte, porque muchos de ellos llevan en sus ojos las marcas de la violencia. Algunos tienen afectaciones oculares evidentes por disparos, explosiones y accidentes de tránsito originados en fugas o atentados.

Después de la revisión oftalmológica pasaron a la lista de los pendientes. Primero: definición del nombre de la mesa. Resolvieron llamarla Espacio Dialógico para la Paz y la Reconciliación Urbana (EDIPRU). Luego, pasaron a la revisión de los borradores del discurso que sería leído por uno de los más jóvenes del grupo: Sebastián Murillo, de 36 años y conocido como Lindolfo. Tiene una condena a 18 años y lo relacionan como integrante de la banda de “Caicedo”. Por muchos años este joven se movió en el jet set de Medellín como empresario. Su exesposa es la modelo Vaneza Pelaéz, con quien tiene dos hijos. Sebastián leyó las dos propuestas de discurso y empezó la discusión sobre los detalles. Al final, resolvieron hacer una mezcla tomando pedazos de cada borrador y eso fue lo único que dijeron en la ceremonia. Y es que nunca habían estado frente a las cámaras de televisión ni expuestos públicamente ante la sociedad. 

Después pasaron a revisar las propuestas de logo que prepararon para estampar en unas camisetas. Vino el almuerzo y dedicaron varias horas a definir con los delegados del Gobierno algunos detalles de los protocolos que rigen el diálogo. En este aspecto, los jefes de las estructuras han solicitado algunos traslados de compañeros a la cárcel de Itagüí, acceso a equipos como celulares y computadores, flexibilidad para reunirse a trabajar con los facilitadores del proceso, que son un grupo de abogados a los que, autorizados por el Gobierno mediante resolución, se les debe en buena medida la posibilidad de la paz urbana. Han actuado como gestores, como mediadores y arquitectos de este diálogo. 

Delegación del Gobierno
Delegación del Gobierno: Jorge Mejía Martínez y lo acompañarán Lucía González, excomisionada de la Verdad; la senadora Isabel Cristina Zuleta, y la líder social María Gisela Quintero.

En la instalación, el comisionado de Paz, Danilo Rueda, anunció el equipo negociador del Gobierno. Lo encabeza el exsecretario de Gobierno de Medellín Jorge Mejía Martínez y lo acompañarán Lucía González, excomisionada de la Verdad; la senadora Isabel Cristina Zuleta, y la líder social María Gisela Quintero. También contará con tres asesores: el analista de temas de seguridad urbana Fernando Quijano, Johan Giraldo, integrante de la UTL de la senadora Zuleta y quien ha jugado un vital papel en la interlocución con los jefes de las estructuras, y Mijail Lacher, politólogo y filósofo. 

Del lado de las estructuras urbanas habrá diez voceros titulares, diez suplentes y siete facilitadores. El secretario de la delegación de las bandas es Jorge de Jesús Vallejo, un hombre de 56 años condenado a pasar sus próximos 18 preso. Es uno de los hombres más cercanos a Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom, y lleva una notable vocería en el grupo. También es vocero Freiner Alonso Ramírez García, más conocido como ‘Carlos Pesebre’, quien tiene 49 años y está condenado a 36, igual está Juan Camilo Rendón Castro, alias el Saya, tiene 45 años y está condenado a 14 como integrante de la Terraza. Estos cuatro pesos pesados de las estructuras armadas le dieron la primera entrevista de sus vidas a CAMBIO.

Saludo

 

Entrevista con cuatro jefes de las bandas de Medellín 

Por primera vez en su vida los jefes de los combos que integran la Oficina de Envigado atendieron una entrevista con la prensa. CAMBIO habló del proceso de paz urbana con Tom, Vallejo, Carlos Pesebre, el Saya y Lindolfo, todos presos en la cárcel de Itagüí.
 
CAMBIO: ¿Qué los motiva a sentarse a dialogar con el Gobierno?

Saya: “Queremos aprovechar la oportunidad que ha brindado este gobierno para salir del camino de la guerra. Llevamos muchos años en el conflicto y ya es hora de retomar la vida”.

Vallejo: “Nosotros conocemos la verdadera cara de la violencia. Hemos tenido que transitar ese camino muchas veces. El de la guerra, la persecución, la cárcel. Estamos cansados de ese camino. Queremos tener otra oportunidad de vida y la vamos aprovechar.

Sebastián: "Nos motiva ver a los hijos crecer, estar con la familia y trabajar por las comunidades que tanto hemos afectado para repararlas de alguna forma".


CAMBIO: ¿Cómo ha sido reencontrarse para ustedes que han sido viejos aliados y a la vez enemigos?

Carlos Pesebre: "Esto me ha hecho darme cuenta de que faltó comunicación durante todo este tiempo. Para mí no fue difícil reconstruir la amistad con quienes por tantos años estuvimos en el mismo bando, hicimos la guerra juntos pero también estuvimos en conflicto. Fue lindo volver a vernos y en una conversación, mirándonos a los ojos, darnos cuenta de que en realidad estuvimos muy equivocados sobre lo que le pasaba al otro. Caímos en un juego que las fuerzas de seguridad querían, que nos matáramos entre nosotros. Hablando vimos que hoy todos queremos lo mismo: romper ese ciclo de violencia en el que crecimos, una vida de criminalidad, de dinero sucio, de falta de oportunidades y por eso le creímos a la propuesta de este Gobierno que dice ser de cambio. Hoy creemos que podemos ayudar a romper ese ciclo para que los muchachos no vivan esta vida que hemos sufrido nosotros. El dolor de perder amigos, familiares, el dolor de la cárcel. Queremos ahorrarles ese dolor a los jóvenes de nuestras comunas. Será difícil, pero vale la pena intentarlo.

Vallejo:  "Yo quiero, aprovechando que hablamos de cómo ha sido volver a vernos, decir algo sobre Tom, una persona que nunca ha tenido palabras pero sí acciones. No habla mucho pero siempre actúa con decisión, y él, junto a Douglas, nos ha traído a este punto donde estamos sentados: un escenario de diálogo con el Gobierno y de solución de nuestros conflictos. Él le creyó a este proyecto, a pesar de que ya pagó su tiempo de pena y está terminando de pagar sus deudas con la justicia. Él desde 2016 ha jalado el intento de paz. Ha llamado a la gente a participar y ha impulsado acercamientos con los dos gobiernos anteriores"

Tom: "Ha sido gratificante volver a juntarnos, a conformar lo que siempre habíamos sido: una unión"

Saya: "Todos los que estamos aquí nos dimos cuenta de que, como lo dice la palabra de Dios, hay tiempo de morir, tiempo de reír y hasta tiempo de matar. A nosotros nos llegó el tiempo de la paz. Nos dimos cuenta de que la salida verdadera es sentarnos a dialogar y respetarnos en las diferencias. Es el momento también de reconocer la amistad que nos ha unido en la guerra para ponerla al servicio de la paz, por los líderes que hoy no están con nosotros y que sembraron una semilla en nuestros corazones, pensamientos y batallas. Llegó el tiempo de unirnos ya no para hacer la guerra sino para hacer la paz. Y lo debemos asumir con madurez y pensamiento. Estamos jugándonosla toda por creer que el Gobierno, el Estado y la sociedad nos van a dar esa oportunidad que nunca hemos tenido y que hoy no tienen muchos jóvenes. Queremos ayudar a evitar que otros tengan la misma vida que nosotros hemos llevado tantos años, queremos que no cometan los mismos errores y que tengan las oportunidades que nosotros no tuvimos. 

delegación bandas
voceros de las estructuras armadas del Valle de Aburrá. /Foto: cortesía Sara López.

CAMBIO: ¿Cuáles son las estructuras que ustedes representan?

Tom: "Las listas son antipáticas porque pueden generar conflictos. Si uno deja de mencionar a alguno se arma problema o si menciona a otro que no lo autorizó. Por eso, hemos dicho que en esta mesa están sentadas el 90% de las estructuras reales de poder de Medellín y el Valle de Aburrá. Todas menos las que están ligadas a las AGC.

CAMBIO: ¿Se podría decir que ustedes representan a la Oficina de Envigado?

Carlos Pesebre: "La oficina ha sido la estructura más grande y organizada del área. Después del año 2010 tuvimos conflictos y hubo una atomización creada externamente. Y eso es justamente el trabajo que hemos venido haciendo, reuniendo a todos los combos para reunificarnos en torno a la paz.

Saya: Y este ejercicio de reunión ha sido a partir del trabajo de Tom y de José Leonardo Duque, Douglas. Nosotros, y hay que dejarlo claro, somos voceros de las estructuras. No somos miembros representantes ni operativos. Y esa reunión de todos nosotros se logró con los buenos oficios de los abogados que sirvieron de facilitadores. Cada uno de los que estamos en la mesa representa uno de los actores reales de poder el Valle de Aburrá. También quiero dejar claro que hemos trabajado varios años para buscar la paz, le mandamos esta iniciativa a Santos y también a Duque, en este gobierno nos escucharon pero eso no quiere decir que tengamos alguna filiación política. Simplemente nos convocan la paz y nosotros.

CAMBIO: ¿Cómo va a funcionar la mesa si ustedes son representantes de los líderes que hoy dominan las estructuras en la calle?

Tom: Cada uno de nosotros ha jugado un papel histórico en las estructuras urbanas y aunque hoy estamos presos y no somos operativos, tenemos ascendencia y liderazgo y eso lo estamos poniendo al servicio de frenar los conflictos en Medellín y el Valle de Aburrá. 

Saya: La mesa tiene que tener sus patas en las calles. Nosotros tendremos que ir a los barrios a hacer pedagogía y hablar con los pelados.
Pesebre: Tendremos que ir a las comunidades donde tenemos credibilidad y apoyo, porque nosotros no surgimos de la nada. Nacimos en los barrios de Medellín y el área metropolitana. Allá crecimos y nos conocen. Y los voceros tendremos que llegar a allí para que la paz total sea una realidad.

Vallejo: Se necesita empezar muy pronto con las pedagogías. Eso es lo que vamos a hacer los voceros.

voceros

CAMBIO: ¿Esto implica también una disposición a aportar verdad y a reconocer responsabilidades?

Sebastián: Claro.

Tom: Obviamente.

Carlos Pesebre: Para eso es esto.
 

CAMBIO: En el discurso ustedes hablan de que tienen muchas inquietudes con la ley de acogimiento que radicó el Gobierno, ¿qué no les cuadra?
 

Vallejo: Las preocupaciones son todas y muy serias. Nosotros le apostamos a esta paz sin exigencias, pero esperamos que el Gobierno sea realista y se dé a la tarea de construir un marco jurídico responsable con este proceso. Aún no tenemos garantías y nuestras propuestas son las que queremos discutir con el Gobierno en este espacio. No solo para nosotros sino para los muchachos de los barrios.
 

Carlos Pesebre: El proyecto de ley, por ahora, no brinda salidas al ciclo de violencia. No es atractivo para los jóvenes que están en las calles, y por eso queremos que en los barrios se hagan aportes y ejercicios de pedagogía que nutran esa ley de acogimiento. Esto no puede ser sólo producto de lo que piensen los congresistas sino que tiene que incluir las propuestas de una sociedad que ha pasado décadas sumida en la violencia, se deben incluir la voz de las víctimas, de los operativos, de los habitantes de las comunas.

Tom: Nuestro papel como voceros será traer los aportes de las comunidades, sus preocupaciones y propuestas para que esto termine siendo una solución definitiva a la violencia.

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