Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño
Seis billones de pesos en 30 años: el mapa de los elefantes blancos en Colombia
- Noticia relacionada:
- Corrupción
- Gobierno
Entre 1991 y 2023 el valor de las obras sin terminar en el país llega a 6,9 billones de pesos, según datos de la Auditoría General de la República y de algunas contralorías. Bogotá, Magdalena y Meta son las regiones con más millones de pesos comprometidos en contratos que no avanzan. Este el preocupante mapa de la ineficiencia en el país.
Por: Andrés Mateo Muñoz
Cuenta la leyenda que en Tailandia era tradición de la realeza regalar elefantes blancos -una especie exótica y deslumbrante- que terminaba siendo una carga por sus altos costos de sostenimiento y porque no aportaba ningún beneficio.
Por ello, ‘elefante blanco’ se convirtió en el término perfecto para denominar a las cientos de obras sin terminar en Colombia que en los últimos 30 años nos han costado más de seis billones de pesos.
Según datos consultados de la Auditoría General de la República (AGR) y las contralorías del país, entre 1991 y 2023 se cuentan 1.753 obras sin terminar, que están siendo carcomidas por el olvido mientras se acumula el polvo, la humedad y las polisombras rotas. Promesas incumplidas que alguna vez fueron anuncios rimbombantes con fotos, videos y hasta ceremonia de la primera piedra. El valor promedio de estas obras es de 6.927 millones de pesos.
Miles de millones de pesos por la alcantarilla
De acuerdo al informe de la AGR, de los 982 contratos sin terminar, 80 corresponden a obras de alcantarillado. Estos convenios paralizados representan 1,4 billones de pesos de recursos públicos. Es decir, es el campo en donde están las construcciones sin terminar más costosas del país.
Al alcantarillado le siguen las obras de infraestructura vial; en donde hay 102 contratos inconclusos por un valor de 1,2 billones de pesos, y las de acueducto, con 139 convenios inconclusos por más de 741.000 millones.
La contratación para proyectos de vivienda no se queda atrás. La AGR identificó 90 contratos sin terminar por 564.000 millones. Mientras que, en el campo de los hospitales, hay 38 contratos que siguen como elefantes blancos de 451.000 millones. Por ejemplo, en el municipio de El Rosal, Cundinamarca, el “nuevo” centro de salud sigue como un cascarón sin puertas, ventanas y mucho menos equipamiento médico.
Caso similar al de la ampliación y modernización del Hospital Barranquilla, un proyecto que se inició en 2020 en la alcaldía de Jaime Pumarejo con una inversión de más de 80.000 millones de pesos. Sin embargo, la construcción fue suspendida por problemas financieros y hasta hace unos meses la administración de Alejandro Char retomó la tarea pendiente de su pupilo.
Finalmente, el deporte tampoco se ha salvado de la proliferación de los elefantes blancos. El informe señala que hay 70 contratos inconclusos para construir o renovar instalaciones deportivas en Colombia. El valor supera los 450.000 millones de pesos, cerca del 30 por ciento del presupuesto total del Ministerio del Deporte para este año.
Las “regiones del mañana”
Además del panorama general, el de las regiones es desalentador. Bogotá está en el primer lugar del podio pues, a pesar de que solo tiene 14 contratos estancados o con retrasos, estos suman 1,1 billones de pesos. Uno de los ejemplos más onerosos es el de la construcción de las fases II y III de la extensión de la troncal de TransMilenio por la NQS al municipio de Soacha.
Las obras en el lote 1 comenzaron en 2020, pero a corte de febrero de este año el avance físico no supera el 14 por ciento. El balance del lote 2 tampoco es positivo. El avance físico es de 65 por ciento a pesar de llevar cuatro años en ejecución.
Otro de los casos en la capital es el del interceptor Tunjuelo-Canoas, una obra clave para descontaminar el río Bogotá y que debía ser entregada en 2012 con una inversión cercana a los 250.000 millones de pesos.
En el segundo lugar está Magdalena. Este departamento tiene 20 contratos inconclusos que suman 742.000 millones de pesos.
Una de estas obras sin presente ni futuro es el megacolegio de Taganga, que comenzó en 2019 en la administración de Rafael Martínez y al día de hoy no ha terminado de construirse. El proyecto, al que se le ha invertido más de 9.000 millones de pesos, pretendía beneficiar a decenas de niños y jóvenes de Santa Marta que siguen esperando por una institución educativa de calidad.
Luego está el departamento del Meta con 70 contratos rajados en ejecución que suman 542.000 millones de pesos. La mayoría de los convenios estancados tienen que ver con la construcción de acueductos. Por ejemplo, uno de los proyectos “insalvables” -como lo calificó la Contraloría en febrero pasado- es el que pretendía construir una línea para llevar agua desde la Quebrada La Honda hasta la Planta de La Esmeralda en Villavicencio. Costó 65.000 millones de pesos y hoy en día no hay cómo recuperar la obra.
El cuarto lugar lo ocupa el departamento de La Guajira, tradicionalmente golpeado por el olvido estatal y protagonista de escándalos de corrupción. En esa región hay 61 contratos inconclusos que suman 394.000 millones de pesos. Incluso, hay obras que datan de 1999 y a la fecha no se han terminado.
Uno de los casos emblemáticos es el proyecto de la represa del río Ranchería en el municipio de Distracción. A pesar de los 574.000 millones que se han invertido en el proyecto desde 2002, la obra no ha entrado en operación y los nueve municipios que se iban a beneficiar con la construcción siguen esperando. Lo único que se ha construido sirve solo para regular el caudal del afluente, pero no para llevar agua a los territorios.
El ranking de los cinco primeros lo completa el departamento de Bolívar con 377.000 millones de pesos comprometidos en obras inconclusas distribuidos en 34 contratos.
Aunque estos son los cinco primeros, no hay ningún departamento de Colombia en el que no haya una obra con retrasos. La ineficiencia y la corrupción se convirtieron en el alimento favorito de los elefantes blancos que, a este paso, serán patrimonio de nuestra biodiversidad.