Abeeja, un dulce emprendimiento en Atlántico

“Abeeja nació como un hobby”, recuerda Nathalia. “Tuvimos la oportunidad de conocer un proyecto apícola que nos enamoró inmediatamente y pensamos en tener un apiario sin muchas pretensiones comerciales, sino simplemente tener un apiario en la finca familiar”. 

La primera cosecha de miel no fue muy productiva y solo alcanzó para la familia y algunos amigos. Pero Nathalia estaba tan sorprendida con el delicioso sabor de su producto que decidió crear la marca Abeeja y lanzarse al mercado. “Durante el primer año empezamos a nutrirnos de la literatura de las abejas, de los beneficios de la miel, y con la primera cosecha nos dimos cuenta que podríamos tener una oportunidad de negocio”.

El resultado de esta dulce idea es una miel pura, natural y de altísima calidad, con una historia social detrás y que, además, viene en presentaciones y combinaciones de sabores naturales y muy originales. De hecho, lo que más ha llamado la atención de los clientes de Abeeja, además de la extraordinaria calidad de su miel, son las combinaciones innovadoras y sorprendentes, como tamarindo, corozo, cúrcuma, cacao, jengibre y dos niveles de picante. “El hecho que tengamos esta amplia variedad de sabores –explica Nathalia–, estas mezclas que hemos desarrollado de miel pura con ingredientes locales, naturales, sin conservantes, sin azúcares añadidos, nos ha posicionado como como un referente en el mercado”.

Al comienzo, dice Nathalia, hubo tropiezos y complicaciones por sortear durante los primeros años, pero el cariño legítimo por las abejas la llevó a salir adelante y a disfrutar el proceso. “Hacer empresa en nuestro país no es fácil; sin embargo, después de pasar momentos de lágrimas y de susto en muchas oportunidades, te da la satisfacción de poder ayudar. Y, al mismo tiempo, la formalidad te ayuda a crecer”.

Desde que Nathalia llevó su emprendimiento al nivel de la formalidad ha visto crecer el negocio de Abeeja, al punto que hoy comercializa sus productos de miel a través de su página de internet y en más de veinte puntos de venta a nivel nacional. “Necesitamos apostarles a las iniciativas formales para que haya más empleo, para que haya más oportunidades para la gente”, insiste.

Abeeja es, además, una empresa con procesos artesanales, respetuosa con las abejas y con el medio ambiente, y que apoya a las comunidades vulnerables de la región. “Tenemos una red de campesinos apicultores con la que trabajamos y que nos proveen de la miel, y tenemos un proyecto divino con mujeres arahuacas en Pueblo Bello, César. Es muy emocionante saber que Abeeja es un negocio que está impactando positivamente no solamente a comunidades sino también al medio ambiente, porque cuando hay abejas hay conservación”.

Nathalia sueña en grande, segura de que el producto que ha logrado es honesto, respetuoso y de una calidad que sus clientes reconocen y aplauden. “El futuro de Abeeja me lo imagino en grande, afuera”, dice. Lo cierto es que hoy Abeeja es una marca reconocida y que continúa su penetración en el mercado. Y Nathalia es ejemplo del valor y la constancia que se necesita para hacer empresa en nuestro país.

“No hay idea que sea pequeña. Todo lo pequeño puede transformarse en algo grande. Las motivo para que cualquier idea de negocio, cualquier emprendimiento que tengan, cualquier sueño, lo puedan transformar en realidad, porque podemos hacer muchas cosas grandes”, concluye Nathalia.

Miel Abeeja
Barranquilla, Atlántico
www.mielabeeja.com
@mielabeeja en Instagram

Mujeres que crean empresa es una serie de historias llenas de fuerza y determinación. Con el apoyo de Bancolombia, recorrimos las regiones buscando ejemplos de mujeres emprendedoras, trabajadoras y llenas de sueños que se hacen realidad.