Elecciones 2023: el Bukele criollo es el favorito en Bucaramanga. ¿Quién puede darle pelea?

La carrera por la Alcaldía de Bucaramanga comenzó en agosto pasado con 16 aspirantes a reemplazar a Juan Carlos Cárdenas como máxima autoridad administrativa de la capital de Santander. De ese pelotón inicial, cinco candidatos se desprendieron del grupo en las encuestas y son los más opcionados: Jaime Andrés Beltrán, Horacio José Serpa, Consuelo Ordóñez, Carlos Parra y Fabián Oviedo.

El favorito según los sondeos es Beltrán, un confeso admirador del presidente de El Salvador Nayib Bukele, pastor cristiano y quien promete mano dura para traer seguridad a la ciudad. Según la más reciente encuesta de intención de voto en Bucaramanga, hecha por Guarumo, Beltrán tiene un 37 por ciento de preferencia entre las personas consultadas y le saca más de 20 puntos de ventaja a su perseguidor, Horacio José Serpa.

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El éxito de Beltrán obedece a su estrategia de hacer de la seguridad y el miedo los ejes de su campaña. "Si Bukele logró en El Salvador cambiar las cifras más complejas de violencia, El Salvador tendrá a Bukele pero Bucaramanga tendrá a Jaime Andrés para que asuma en primera persona el reto", dijo Beltrán en el lanzamiento de su campaña.

El candidato también tiene un importante capital político por ser líder de la iglesia cristiana Camino a la Libertad y haber estado en el Concejo de la ciudad desde 2012 hasta julio pasado, con el apoyo del Partido Liberal y, después, de Colombia Justa Libres. En los últimos años, se inclinó hacia la oposición a la administración de Juan Carlos Cárdenas, enfocándose en el sensible problema de seguridad en la capital de Santander y los municipios que la rodean. La propuesta insignia de Beltrán es implementar un 'plan candado' en Bucaramanga para blindarla de la delincuencia.

Además del aval de Colombia Justa Libres, Beltrán tiene el apoyo de Salvación Nacional y del Partido de la U. Hace unas semanas logró ganarse también el respaldo del Centro Democrático, que vio en el 'Bukele bumangués' el mejor exponente del discurso de seguridad que ha permeado la campaña electoral regional en Colombia, incluso por encima de su propio candidato en la ciudad, Diego Tamayo, parte del clan Tamayo, que ha sido importante en la política santandereana en la última década. Beltrán se ha acercado igualmente a candidatos a la Asamblea que integran la estructura política del cuestionado clan Aguilar, al que pertenece el actual gobernador de Santander, Mauricio Aguilar Hurtado.

El mandatario saliente también señaló a Horacio José Serpa y a Fabián Oviedo de coquetearle a su familia para llevarlos a sus respectivas campañas. “Hay algunos candidatos a la alcaldía que hay que invitarlos a que vayan al polígrafo, a ver si no han buscado a mi padre o a mi hermano para que los apoyen a sus candidaturas”, dijo Aguilar Hurtado.

Justamente, el perseguidor de Beltrán es Horacio José Serpa, hijo del histórico dirigente liberal Horacio Serpa Uribe y quien ha hecho casi toda su vida política en Bogotá, lo que le ha valido críticas a su aspiración. Serpa junior tiene en la bolsa el aval liberal, el del partido En Marcha, del exministro Juan Fernando Cristo, y el de Cambio Radical. Además, tiene el respaldo de importantes electores liberales de Santander como el congresista Jaime Durán.

Sin embargo, a la campaña de Serpa no le ha bastado el apoyo de la oxidada y desprestigiada maquinaria liberal para acercarse lo suficiente al populismo de Beltrán. Aún así, Serpa le ha huido a usar campaña negra en contra de sus competidores y se ha mantenido en un discurso promoviendo la educación, la lucha contra el hambre y la búsqueda de la transparencia en la administración de la ciudad.

Detrás de Beltrán y Serpa aparece en la mayoría de sondeos la candidata Consuelo Ordóñez, quien fue cercana al liberalismo santandereano de los Serpa pero no pudo quitarle el aval a Horacio José. Por ello, partió cobijas y se inscribió con firmas bajo la sombrilla del movimiento ' Bucaramanga la berraquera'. Ordóñez consiguió el coaval del Nuevo Liberalismo y, contra todo pronóstico, y en una pirueta política, el de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, el partido de Rodolfo Hernández. Ordóñez, en un pasado no muy lejano, fue férrea crítica del excandidato presidencial en su época como alcalde, tanto así que Hernández la llegó a tildar de "francotiradora".

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Ordóñez, economista y la única mujer candidata en Bucaramanga, le apuesta al fortalecimiento de Metroplus (el TransMilenio de la capital de Santander), la lucha contra la pobreza, el mejoramiento de la seguridad y posicionarse como la aspirante con más experiencia administrando.

Luego aparece el candidato más opcionado de las fuerzas alternativas, la ficha de la Alianza Verde: Carlos Parra. El candidato viene de ser concejal y fuerte opositor al alcalde Juan Carlos Cárdenas, a quien ha señalado de cometer supuestos hechos de corrupción. Parra tiene el apoyo de la facción verde que lidera Angélica Lozano y el coaval de Dignidad y Compromiso, el joven partido de Sergio Fajardo y Jorge Robledo. Eso sí, Parra no tiene el apoyo del otro santandereano verde, el senador JotaPe Hernández, quien se convirtió el año pasado en otro de los electores fuertes de la región.

Además de prometer arreglar los aparentes desastres de la administración actual, Parra ha criticado la campaña en torno a la seguridad de Jaime Andrés Beltrán. "Hablar de seguridad pero no con miedo" propone el candidato verde.

Finalmente, en el podio de los líderes de intención de voto en Bucaramanga aparece Fabián Oviedo, quien es visto en la ciudad como el candidato de la continuidad de la administración Cárdenas, por su cercanía con el actual alcalde. Oviedo viene de ser concejal, militó en Cambio Radical pero ahora solo tiene el respaldo de su movimiento Acciones Notables por el cual se inscribió por firmas.

Oviedo se ha reivindicado como candidato independiente y ha rechazado las declaraciones del gobernador Mauricio Aguilar Hurtado, quien también señaló al candidato de haber buscado el apoyo del cuestionado clan Aguilar para las elecciones de este año. Sin embargo, ha sido vinculado con el grupo político del senador liberal Miguel Ángel Pinto y el clan Tavera.