La minera que amenaza con tragarse a Jericó
27 Febrero 2023

La minera que amenaza con tragarse a Jericó

Crédito: Yamith Mariño Díaz

Como un gigante que se comió al pueblo, así describen sus habitantes a la AngloGold Ashanti, que lleva en la región más de diez años explorando la posibilidad de explotar cobre y desde 2019 espera una licencia ambiental que lo haga posible. Los niños que crecieron a la sombra del proyecto, sufriendo el impacto sobre el agua, la capa vegetal y los animales, ahora quieren que la empresa les devuelva el pueblo.

Por: Maria F. Fitzgerald

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Lo primero fue el ruido de los ingenieros. La presencia de AngloGold Ashanti empezó a sentirse por todo Jericó. Nadie entendía muy bien de qué hablaban, pues eran temas técnicos, la información era escasa y no se sabía de ningún proyecto minero que tuviera que ver con el suroeste antioqueño. En esa época, nadie en el pueblo sabía qué era la Quebradona, ni mucho menos el impacto que podría llegar a tener. En esa época, la Quebradona era conocida simplemente como una vereda del pueblo. 

Empezaron a ofrecer empleos, a ofrecer infraestructuras que nunca antes se habían visto en Jericó, les dijeron que todo iba a ser para el beneficio de los habitantes y que, de hecho, habían llegado a consolidar la industria que iba a conseguir que el pueblo fuera fructífero. También, empezaron a entrar a los colegios. Financiaron los equipos, los libros, los computadores, las ferias y los proyectos. Adelantaron reuniones con funcionarios de la Alcaldía, con el director del colegio e incluso con representantes del consejo estudiantil. Eso sí, nunca dejaron ingresar a las reuniones a los representantes de la Mesa Ambiental de Jericó, que quisieron que sus preocupaciones fueran escuchadas.

María José Cano, una lideresa de 21 años que creció con la Quebradona ha enfrentado a la multinacional minera en su pueblo y, desde hace más de diez años, ha podido ver cómo lo han ido consumiendo hasta devorarlo. “Acá llegó AngloGold y desde esa época Jericó les pertenece. Tú ves el logo de ellos por todas partes y eso les ha ayudado a posesionarse de todo. Se han metido por todas las esquinas y no han sido capaces de comprender que no se quiere su presencia acá”, asegura,

Según ella, AngloGold se comió al pueblo. El ruido que ejercieron terminó dejando en silencio a las personas que se oponían al proyecto minero. Para quienes crecieron con la Quebradona, la vida en Jericó cambió radicalmente desde que la empresa se apropió de todo. Y ahora, que ya crecieron, quieren que la empresa les devuelva el pueblo. 

 

La llegada de AngloGold 

El proyecto minero de La Quebradona se empezó a plantear hace más de diez años, con la llegada de ingenieros al pueblo que empezaron a socializar el interés de la empresa por entrar a hacer una exploración minera en Jericó. En ese entonces, los estudios arrojaron la presencia de una reserva importante de cobre a unos 12 kilómetros del casco urbano. 

AngloGold Ashanti solicitó una licencia minera a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) el 27 de diciembre de 2019, sobre la que aún esperan aprobación para intervenir sobre 7.593 hectáreas, de las cuales 471 tienen reservas de cobre ya confirmadas.

Sin embargo, la licencia está en veremos. En enero de este año, Gustavo Petro anunció que no se les otorgaría el título minero, pues le habían entregado estudios que demostraban que la actividad minera en esta zona podría poner en peligro el acceso al agua de los habitantes de Jericó. La minera se ha defendido diciendo que sus actividades nunca han puesto en riesgo el acceso al agua y que  tampoco han impactado sobre el medio ambiente de la región. 

Pese a que la licencia aún no ha sido otorgada, la empresa minera ya ha hecho más de 240 perforaciones; además, ha sido multada por 288 millones de pesos por Corantioquia. 

La multa fue impuesta luego de que se descubriera que, durante una de las perforaciones, AngloGold Ashanti perforó y contaminó una de las quebradas que proveía al pueblo de agua. La respuesta del gerente de AngloGold en Colombia fue que llevaban más de diez años con presencia en el pueblo sin haber tenido ningún otro accidente y que, además, no era cierto que estuvieran poniendo en riesgo el agua. 

“Para nosotros ha sido más que evidente la destrucción del medio ambiente en nuestro pueblo. Quienes crecimos con la Quebradona hemos podido ver cómo han destruido no solo quebradas, sino también buena parte de la capa vegetal”, asegura María José, para quien ha sido difícil mantener su protesta contra la minera. Según ella, la persecución jurídica se ha agudizado. Milena*, otra activista del pueblo, que prefiere mantener su nombre en reserva por su seguridad, asegura que no sólo ha sido una persecución jurídica sino, también, que se ha promovido el perfilamiento por parte de grupos armados al margen de la ley. 

 

“Es imposible no ver que nos quieren mandar a callar”

Desde que empezó a oponerse al proyecto minero, María José ha sentido miedo. Ella y sus compañeros denuncian que han sido perseguidos con distintas acciones judiciales con las que han buscado silenciarlos. 

Recuerda, por ejemplo, que luego de un plantón pacífico en las instalaciones de la empresa, la respuesta de la minera fue interponer una serie de procesos judiciales contra el colectivo de jóvenes que participaron. A ello Milena* agrega que lo que más les ha preocupado ha sido sentir la persecución de grupos armados al margen de la ley. 

“Es imposible no ver que nos quieren mandar a callar. Hemos sentido la persecución que amenaza también nuestra vida. Llegan hasta nuestras casas hombres que no conocemos. Nos persiguen por las calles. Nos toman fotos. Nos tienen perfilados y luego esperan que no sintamos miedo”, asegura Milena*.

Las amenazas son particularmente preocupantes dado que, en el pasado, la minera ha sido acusada de financiar grupos paramilitares en los lugares donde operan. Así lo confirmó la Comisión de la Verdad, que determinó que esta empresa minera financió la guerra en el río Andágueda, en Chocó, una zona arrasada por los grupos paramilitares, sobre todo en los municipios de Lloró y Bagadó. 

De acuerdo con Milena*, el afán de la minera por mantenerlos en silencio porque la empresa ha mentido sobre el impacto ambiental que han provocado en la zona: “Nosotros hemos visto la destrucción y eso es algo que ellos no pueden ocultar. Por eso les incomoda tanto que nos manifestemos para que se salgan de nuestro pueblo”, asegura. 

Ante las acusaciones, la empresa respondió a CAMBIO que, aunque no tienen conocimiento sobre este tipo de situaciones en Jericó, ellos tienen estrictos protocolos para la atención de situaciones que involucren eventos de violencia en donde sostienen operaciones: “En todos los casos en los que la compañía se entera de alguna denuncia relacionada con una posible violación a los derechos humanos en las zonas donde tenemos presencia, la compañía activa un protocolo de conformidad con los Principios Voluntarios en Seguridad y Derechos Humanos, donde se informa formalmente a las autoridades competentes las denuncias y se solicita su investigación”.

Añaden que ellos únicamente emprenden acciones legales cuando han tenido ataques sobre sus infraestructuras. Asimismo, aseguran que han sostenido un diálogo permanente con la comunidad sobre sus acciones dentro del pueblo y que, por lo mismo, no han escondido nada de lo que han hecho. 

María José insiste en que mienten. Para ella, el pueblo está en peligro: “Jericó está desapareciendo bajo la presencia de esta minera. Y parece como si no pudiéramos hacer nada por detenerlo, porque han contado con todas las facilidades que les da el alcalde y por todas las autoridades del pueblo. Nosotros tenemos miedo de desaparecer bajo AngloGold Ashanti”

Pese al miedo, en este momento los grupos de jóvenes que se oponen a la minera han buscado fortalecerse para que su voz sea escuchada. El mensaje es uno y es claro: no quieren minería en Jericó. 

AngloGold Ashanti es una empresa minera de origen sudafricano que hace presencia en Colombia desde hace 15 años y ha desarrollado actividades mineras en Cauca, Chocó, Tolima  y Antioquia. Actualmente tiene tres proyectos en marcha: La Quebradona, La Colosa -ubicada en Cajamarca, Tolima-, y Gramalote -ubicado en el nororiente antioqueño-.

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