El proyecto de transfuguismo político para darle gasolina al Pacto Histórico

Crédito: Crédito: Colprensa

28 Febrero 2024

El proyecto de transfuguismo político para darle gasolina al Pacto Histórico

Un proyecto de ley de un único artículo les permitiría a los congresistas saltar de un partido a otro por una única vez sin ser sancionados. Detrás de la iniciativa está el objetivo de fortalecer a los partidos y sus democracias internas, así como al Pacto Histórico de cara a 2026.

Por: Andrés Muñoz

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¿Conoce los nombres de los congresistas del Pacto Histórico? ¿Sabe quiénes son los senadores de la Alianza Verde o del Partido Liberal? Después de año y medio es probable que ya tenga memorizadas buena parte de las bancadas que hay en el Congreso. Sin embargo, un proyecto de acto legislativo que se cocina en el Capitolio puede generar un revolcón dentro de todos los partidos que tienen representación en el Legislativo.

La iniciativa, que apenas está en borrador y todavía no cuenta con las firmas de todos los congresistas que lo respaldan, es impulsada por el representante David Racero, del Pacto Histórico. El proyecto solo tiene un artículo y, de ser aprobado, les permitiría a todos los miembros de un cuerpo colegiado de elección popular migrar a un partido distinto al que los avaló sin que esto implique una sanción, como ocurre hoy. El impacto más grande estaría en el Congreso de la República.

Libertad política

Según las cuentas de servilleta que hacen los promotores del proyecto, hay por lo menos 150 congresistas que respaldan el proyecto de bancadas del Pacto Histórico, el Partido Liberal, el Partido de la U y el Partido Conservador. Todos buscan la posibilidad de cambiarse de partido con inmunidad y antes de las elecciones de 2026.

El representante del Pacto Histórico Alejandro Ocampo le explicó a CAMBIO que el proyecto “es una forma de refrescar la política” y agregó que “hay gente que hasta la tienen amenazada en sus propias bancadas”. Otro congresista que también respalda la iniciativa aseguró que “tenemos el derecho a irnos a otros partidos que nos permitan expresarnos con mayor libertad”.

Los problemas de disciplina dentro de las colectividades se han agravado desde hace más de un año por la estrategia del Gobierno de concertar uno a uno con congresistas los respaldos a la mayoría de sus iniciativas. No es casual que los dos partidos tradicionales de Colombia; el Liberal y el Conservador, tengan profundas divisiones internas entre facciones pro Gobierno y pro independencia.

Incluso, ha habido sanciones a congresistas en el último año por indisciplinados. Le pasó a Jairo Cristo, de Cambio Radical, y a Alexander Quevedo, del Partido Conservador. Otros han sido blanco de críticas constantes por su respaldo a las iniciativas del Ejecutivo, como María Eugenia Lopera, del Partido Liberal, y Carlos Andrés Trujillo, senador conservador.

Según la exposición de motivos del proyecto conocida por CAMBIO, una de las justificaciones de la iniciativa es la de proteger y garantizar los derechos políticos de los militantes de los partidos. 

“Los partidos son autónomos en cuanto a su organización interna, siempre y cuando dicha prerrogativa no entre en conflicto con los derechos políticos de sus afiliados”, dice parte del borrador del proyecto de acto legislativo.

Además, el texto señala que el objetivo es fomentar la democracia en los partidos políticos y la identidad ideológica en cada uno de ellos.

Lo curioso es que con los 35 partidos que hay en Colombia actualmente, la migración de políticos hacia las colectividades pequeñas puede incrementarse.

Un camino de salvación para el Pacto Histórico

La propuesta de permitir el transfuguismo por una única vez no es nueva en el Congreso. Ya se ha intentado en varias reformas políticas que terminan hundiéndose en su trámite. Así le pasó al intento más reciente que sucumbió en marzo del año pasado en la Comisión Primera del Senado. Ese proyecto, que fue impulsado por la Casa de Nariño, también abría la posibilidad al cambio de partido por una vez sin sanción.

Pero más allá de fortalecer la democracia interna de las colectividades y hacer que se conviertan en instituciones más coherentes a nivel de principios e ideologías, el proyecto también le apunta a rescatar al Pacto Histórico, que no es un partido sino una coalición.

La unión de movimientos y partidos, que obtuvo una votación histórica para el Congreso y llevó a Gustavo Petro a la Presidencia, se enfrenta a un dilema interno del cual depende su propia supervivencia: llegar como un partido único a las elecciones de 2026 o permanecer fragmentado en más de 13 movimientos.

La propuesta de unificación la vienen impulsando voces fuertes del petrismo desde hace varios meses como la senadora María José Pizarro y el representante Racero. Sin embargo, la dificultad más grande para materializarla es la negativa de varios dirigentes políticos a ceder su autoridad dentro de cada partido pequeño para que nazca un partido más robusto.

Si el Pacto Histórico no logra convertirse en una sola colectividad, prácticamente se condena a la desaparición, por un tema normativo. Hoy la ley permite que para la conformación de listas al Congreso, asambleas o concejos, haya coaliciones de partidos que, sumados, representen máximo el 15 por ciento de los votos obtenidos en la última elección de la corporación a la que aspiran. Por eso, en 2026 se tendrán en cuenta los resultados de 2022, lo que le impide al Pacto Histórico volver a presentar listas al Congreso como una coalición por los buenos resultados que obtuvo.

Este proyecto entonces quiere abrirle la puerta del petrismo a simpatizantes que están en otras bancadas. “Somos un partido atractivo”, dijo el representante Ocampo. Pero también es una oportunidad para que quienes están dentro del Pacto puedan migrar entre los partidos que lo conforman para dejar atrás aquellos que no quieren ser un partido único y aterrizar en las colectividades que sí están de acuerdo.

Se espera que la iniciativa inicie su trámite en la Comisión Primera de la Cámara, en donde el Gobierno tiene más respaldo que en la misma célula legislativa del Senado. Al ser un proyecto de acto legislativo, es decir, para reformar la Constitución, necesitará la aprobación de ocho debates en el Congreso.

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