Yohir Akerman
7 Abril 2024

Yohir Akerman

Anatomía del asesinato de Gnecco

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Continuemos con la novela policíaca y de suspenso de la pareja Gnecco, que se podría llamar “anatomía de un asesinato”. Una historia donde, lastimosamente, toda la realidad parece salida de la más increíble ficción.

Incluso las cosas más macabras, como esta: inmediatamente el señor José Manuel Gnecco Valencia, disparó a su prima hermana y esposa, María Mercedes Gnecco Serrano, se dedicó a tres cosas. La primera, alterar la escena del crimen para inculpar a alguien más; la segunda revisar las conversaciones del WhatsApp de su víctima, y la tercera jugar un videojuego de carreras de autos llamado Beach Buggy Racing 2 de Mario Kart. Todo mientras ella agonizaba a su lado, ahogándose en su propia sangre. Así como se oye.

Recordemos que el 5 de octubre de 2021, entre las 7:27 y las 8:38 de la noche, Mersa, como le decían de cariño a María Mercedes, recibió un impacto de bala calibre 9 milímetros, de arma de fuego, de izquierda a derecha, tomándola totalmente por sorpresa. 

Sabemos esto porque según los registros, exactamente a las 8:38 p.m., el señor Gnecco llamó a la Policía por medio de la línea de 123, diciendo que su esposa estaba muriendo. Ahora bien, gracias a un mensaje de voz que mandó días después a una de las mejores amigas de Mersa, cuyo nombre no vamos a publicar, el señor Gnecco estableció que Medicina Legal se había equivocado en la hora de decretar su muerte.

Me explico. En el audio Gnecco dijo que la forense puso las 9:20 p.m. como la hora de fallecimiento, pero para José Manuel ella murió en el camino al hospital: “estaba agonizando porque me dijo que no podía respirar. Me dijo una vez (…) una vez llegó la policía, les dije ‘llévensela’, ‘llévensela’ porque no puedo más (…) ella falleció antes (…) yo creo que a las 8:48 p.m. o 8:50 p.m., ya ella no estaba”. 

Paso seguido en ese audio, el señor Gnecco le recomendó una serie a la amiga de su difunta que dijo estar viendo llamada Anatomía de un escándalo. Como quien habla del asesinato de su esposa y de sus hobbies en simultánea. 

Es importante agregar un dato increíble y es que, el señor Gnecco, tan solo semanas después del homicidio de su esposa por impacto de bala, se dedicó a cortejar y tratar de conquistar a esa amiga de Mersa, a quien le mandó el mensaje de voz. Como si fuera un comportamiento normal o nada hubiera pasado. 

Pero volvamos a los hechos de esa noche y enfoquémonos en el celular de la víctima, ya que ese dispositivo, y el camino que recorrió antes, durante y después del crimen, contiene muchas pistas e información valiosa en esta disección de la mente criminal. 

La Fiscalía estableció que desde el momento en que el señor Gnecco presuntamente disparó en contra de su esposa, contó con tiempo suficiente para socorrerla, ya que no cayó muerta inmediatamente. Se hubiera podido arrepentir. De haberlo hecho y tratar de ayudarla, le hubiera dado una probabilidad de hasta el 55 por ciento de sobrevivir a Mersa. 

Por el contrario, mientras dejaba morir lentamente a su esposa sin poder respirar, ahogada por su propia sangre en los pulmones, el señor José Manuel Gnecco se dedicó a alterar la escena del crimen y ocultar elementos materiales probatorios hasta aproximadamente las 8:50 p.m., hora en que llegaron los agentes a la propiedad. 

La Fiscalía dijo que “para soportar lo anterior y en el marco de la escenificación desplegada por el señor Gnecco, él realizó un disparo desde afuera de la casa, específicamente frente a la venta de la cocina, disparo que supuestamente fue el que impactó de manera directa a Mersa. Dicho que se desvirtuó de manera técnica, ya que se logra establecer que el disparo que produjo el deceso de la víctima ocurrió al interior de la vivienda en la cual solo hacían presencia el señor Gnecco y su esposa”. 

Pero volvamos a la línea de tiempo. Una vez la Policía arribó al lugar a socorrer y trasladó el cuerpo de María Mercedes al hospital, el señor Gnecco Valencia esperó por lo menos diez minutos para salir de la propiedad, tiempo en el que además revisó las conversaciones de WhatsApp del celular de la víctima. Posteriormente, cuando salió de la residencia, cogió una vía alterna y lejana para demorarse más en llegar al hospital. Evidentemente no era el comportamiento de alguien desesperado o preocupado por la vida de su esposa, en donde cada segundo es literalmente de vida o muerte.

Esto lo sabemos ya que la Fiscalía estableció que el teléfono móvil de Mersa tuvo actividad a las 9:05 p.m., cuando ya habían ocurrido los hechos, por cuanto en la aplicación de mensajería de WhatsApp, apareció Mersa conectada Online, o en línea, a esa hora. Lo cual se pudo corroborar ya que una de las amigas de la mujer vio su estado activo en ese momento. Y Mersa evidentemente no estaba chateando, estaba muriendo. Pero acá viene otra cosa atípica, por decir lo menos. 

Como establecimos el pasado 10 de marzo en una columna titulada “La evidencia que demuestra la culpabilidad de Gnecco”, la misma noche del crimen, a las 4:00 de la madrugada, el señor José Manuel envió un extraño mensaje y dos videos a varios de los amigos y familiares de su esposa. 

El texto lo transcribimos literal: “Hola, Anoche a eso de las 9 pm, mientras estábamos viendo televisión en el estudio de la casa nueva, Mersa me dijo muy angustiada, que había dos tipos afuera. Los vio por la ventana de ese sitio. Corrí al segundo piso por mi revólver de munición traumática, y mientras lo estaba sacando, oí un disparo y los gritos de ella. Le dispararon desde afuera de la residencia, por el vidrio de la cocina. El proyectil de una pistola 9 mm ingresó por su costado derecho, y salió por el izquierdo. Los pulmones se le llenaron de sangre, y los médicos no pudieron salvarla. Murió poco después. Todo este episodio sin sentido me tiene destrozado. Se fue mi amor”. 

En uno de esos videos, en los que el señor Gnecco muestra la supuesta y falsa evidencia de que alguien más había realizado el disparo, se puede ver el celular de Mersa en el mesón de la cocina, un Samsung Galaxy S20.

La víctima tenía dos dispositivos, un celular que utilizaba todos los días, el Samsung de referencia G980F, y uno adicional de marca Huawei que estaba en desuso. Ahora bien, en la escena del homicidio a los agentes de la Policía les fue entregado el aparato marca Huawei que Gnecco dijo que era el de la víctima. ¿Por qué escondió el Samsung? 

Acá viene lo más interesante. “El ente acusador a través de expertos técnicos estableció que el celular que le atribuían a Mersa estaba en desuso desde el año 2020 y que el suyo activo era un Samsung que misteriosamente desapareció de la escena del crimen”. Así como se oye, desapareció del mesón de la cocina. 

Anexo 1

Como ya establecimos, ese celular Samsung S20 tuvo actividad por lo menos hasta las 9:05 p.m. mientras el señor Gnecco revisaba las conversaciones de WhatsApp de su esposa. Esto porque para ese momento eran los únicos en la casa. Pocos minutos después de eso, el equipo móvil de la señora María Mercedes Gnecco desapareció y fue encontrado meses después en la ciudad de Cali, muy lejos de San Andrés, en manos de la novia de un Policía.

Les explico esa historia. El agente de Policía Aldair Gallo Toloza fue una de las personas que atendió el llamado a socorrer a Mersa la noche del crimen. Con pruebas y evidencia documental se pudo determinar que este agente nunca entró a la propiedad, sino que resguardó la zona de parqueadero de autos. 

Sin embargo, el agente Gallo terminó en posesión del celular de la víctima que estaba en el mesón de la cocina, como lo pudimos determinar en el video, sin hurtarlo, porque se pudo probar que, si bien estuvo en el predio, nunca ingresó a la casa o a la escena del crimen, motivo por el cual es evidente que alguien se lo entregó. Lo anterior fue acreditado por la Fiscalía mediante entrevista que le tomó a todos los ‘primeros responsables’ que estuvieron en el lugar del homicidio. 

Lo más extraño es que el Samsung de la víctima, fue formateado en su totalidad, eliminando toda la información y evidencia que existía en el dispositivo, antes de que fuera entregado al Policía. Pero acá viene el camino que recorrió el aparato después, con la mala suerte para el interesado de desaparecer la evidencia, que el agente Gallo empezó a ofrecer en venta el celular a sus compañeros. Y cómo no, uno de los agentes amigos, el señor Yeison David Valencia Torres, se lo compró, desconociendo el horrible historial del aparato, para dárselo como un romántico gesto a su pareja. 

Cuando se determinó el valor de la prueba de ese aparato, tiempo después de la entrega del Huawei e incluso posterior a la captura del presunto asesino por parte de la Fiscalía, los abogados de Gnecco establecieron que hasta ahora se percataban de que su cliente nunca les había entregado a las autoridades el verdadero celular de Mersa. 

Por estas razones la Fiscalía empezó a hacer verificaciones y logró ubicar el dispositivo en Cali, en manos de la señora Natalia Sánchez Perlaza, la novia del Policía que adquirió el dispositivo, quien, al ser capturada, explicó que su pareja, se lo había regalado después de comprarlo a uno de sus compañeros de la institución, el señor Gallo Toloza.

El Samsung fue recuperado mediante diligencias de allanamiento y, con base en lo anterior, la Fiscalía le imputó al Policía Aldair Gallo Toloza el delito de receptación, y no el de hurto porque “él no tuvo acceso a la escena del crimen; simplemente aparece con el celular y no se ha podido establecer quién se lo entregó y el porqué. De hecho, se logró acreditar que Aldair solo ingresó hasta el planchón del predio, donde se parqueaban los carros”. 

Anexo 2

Así es. Pese a todo esto, el agente Aldair Gallo Toloza se ha negado a contar quién le entregó ese Samsung, pero ahí es importante tener en cuenta que solo existe una persona interesada en que se desapareciera esa evidencia: el señor Gnecco. Y también recordar y entender que el señor Gnecco Valencia, como demostramos en la columna anterior sobre este crimen, ha amedrentado a declarantes del caso y ha realizado intentos de soborno para acallar a unos testigos reales o crear otros falsos. 

Lo anterior lo habría hecho una vez la Fiscalía hizo su descubrimiento y así logró tener acceso al acervo probatorio, modus operandi que parece no ser novedoso por parte de Gnecco pues tal y como reposa en la investigación, este señor les falsificó las firmas a las dos hermanas de María Mercedes. Esto con el fin de radicar unos poderes en Fiscalía y así fungir como otra víctima de este homicidio, teniendo acceso al expediente y a las pruebas que el ente investigador recaudaba. De película de terror. 

Los investigadores establecieron que Gnecco trató de ocultar la evidencia al querer desaparecer el celular de Mersa y antes de desaparecerlo “se manipuló el dispositivo móvil durante la agonía de María Mercedes y después de su muerte”. Según la Fiscalía, esto porque se realizaron actualizaciones en el teléfono móvil después de que María Mercedes recibiera el disparo.

Pero el tiempo no solo le alcanzó para formatear y desaparecer el celular al señor Gnecco. También para distraerse y relajarse. El acervo probatorio en manos de las autoridades muestra que mientras María Mercedes agonizaba por más de 30 minutos esperando el traslado al hospital, el señor Gnecco estaba jugando Mario Kart desde una Tablet que la pareja tenía en la casa, la cual estaba asociada a la cuenta de Google de Mersa. Espeluznante. 

Así es esta historia. Una vez Cristina Serrano Gnecco, hija de María Mercedes, recuperó por sucesión de contrato el número celular de su mamá, ingresó a sus cuentas de correo electrónico con las claves que le fueron entregadas.

Al ingresar a su correo de Google [email protected], pudo observar todo el historial. Lo que llama la atención es que, desde esa misma cuenta, existe actividad posterior a la hora de su asesinato, que se describe como videojuego de carreras llamado Beach Buggy Racing 2 de Mario Kart. Recordemos que Gnecco llamó a la Policía a las 8:38 p.m., para indicar que le habían disparado a Mersa y que estaba herida agonizando sin poder respirar. A las 8:44 p.m., tan solo 6 minutos después, estaba jugando Mario Kart. 

La documentación muestra que la actividad del videojuego cae justo en el lapso de haber llamado a la Policía y antes de que llegara los agentes a la casa. La evidencia también demuestra que visitó una aplicación para anotar recetas. Y que días después de la tragedia el señor Gnecco continuó la actividad desde la misma cuenta Google de Mersa en la Tablet, jugando el mismo juego Beach Buggy Racing. Una mente torcida y criminal.

Anexo 3

Lo que concluyen las autoridades, es que la cuenta Google de María Mercedes Gnecco también estaba conectada a otro dispositivo que no era el celular de ella propiamente, que estuvo apagado desde esa noche, hasta enero del año siguiente y que, como lo establece Cristina, la hija de la víctima, la actividad de videojuegos se llevó a cabo desde una Tablet que los esposos tenían en la casa y que utilizaban constantemente. 

Es decir que, el presunto homicida, después de su intento de alteración de la escena del crimen, se vio con algo de tiempo libre o quería distraerse jugando carreras, mientras la Policía llegaba y María Mercedes Gnecco moría sin poder respirar. 

Todo esto deja la pregunta de por qué. ¿Por qué? Y esa respuesta solo la puede dar el asesino. Pero la Fiscalía tiene la hipótesis de que el móvil del crimen por parte de José Manuel Gnecco era económico. 

La teoría del ente investigador analizó que a la llegada a la Isla de San Andrés de la pareja Gnecco en el año 2014, vivieron en un apartaestudio, pero por razones de espacio decidieron arrendar otro predio conocido como “Providencia”. Allí vivieron durante seis años y finalmente, para el mes de mayo de 2021, se mudaron a un predio a nombre de una de las hermanas de María Mercedes, conocido como “El Palmar”. Propiedad en donde fue asesinada Mersa. 

Según la Fiscalía construyeron una casa muy protegida: “de dos pisos, aumentaron el nivel de seguridad con muros de 1.80 metros de altura aproximadamente, cercado totalmente con 4 líneas eléctricas en su parte superior, sistema de alarma con cuarto de control desde adentro de la vivienda y un único punto de ingreso que es la puerta portón con apertura de control remoto de uso exclusivo de sus propietarios; aunado a la presencia de 4 perros de su propiedad que se caracterizan por ser alertas y disuasivos”. 

Un búnker de seguridad para que nadie pudiera entrar a robar, pero los hechos demuestran que el riesgo no estaba afuera sino en la casa. El enemigo era interno y el asesino dormía en la cama principal adentro de los muros de 1.80 metros y las líneas eléctricas. 

Según las autoridades, esta construcción llevó a que la pareja Gnecco presentara serias dificultades económicas y restricciones, a las que no estaban acostumbrados, de las cuales eran conocedores solamente el círculo más cercano y próximo de María Mercedes, “quien asumió préstamos con familiares y amigos que, que en total ascendían a la suma de casi 500 millones de pesos”. Seguramente para José Manuel Gnecco, muerta la acreedora, terminadas las deudas. Pero esa es tan solo una hipótesis para tratar de explicar la mente de un criminal que no se puede justificar ni explicar. 

Lo único cierto es que ya los familiares de Mersa no podrán ver su sonrisa alegre nunca más. Y con lo que quedaron es con todos los intentos de manipulación del proceso por parte del presunto asesino, y el conocimiento de que este personaje es tan despiadado, monstruoso y cruel, que incluso jugaba videojuegos mientras oía y veía a su pareja agonizar ahogándose con su propia sangre. 

@yohirakerman; [email protected] 

 

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