El debate Biden-Trump: pensando distinto a lo usual

Crédito: CNN

30 Junio 2024

El debate Biden-Trump: pensando distinto a lo usual

El estratega político Mauricio de Vengoechea analiza, en exclusiva para CAMBIO, los efectos políticos del debate entre Biden y Trump. Quien más perdió no fue Biden, por su falta de vitalidad para asumir un segundo período presidencial, sino la sociedad progresista americana.

Por: Mauricio De Vengoechea

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Hay una regla siempre infalible acerca de los debates políticos entre candidatos que nos dice que se suele perder más en un debate de lo que se consigue ganar, y un buen ejemplo es lo sucedido en la reciente confrontación entre los presidentes Joe Biden y Donald Trump a través de la cadena de noticias CNN.

Sin embargo, a diferencia de lo que muchos creen, quien más perdió no fue el presidente Biden al evidenciar su falta de vitalidad para asumir en un segundo período el rol de principal líder del mundo libre, sino quien verdaderamente perdió es la sociedad progresista americana, pues ante la debacle de Biden lo que se puso en riesgo es la estabilidad del país más poderoso del mundo y con ello el equilibrio geopolítico que se necesita en un período de gran convulsión internacional y por ende, la gobernanza global, que ahora puede caer en manos de un hombre malicioso y sin escrúpulos como es Donald Trump, a quien poco le interesa algo que vaya más allá de sus intereses personales.

A diferencia de haber presenciado un debate de ideas y nuevas propuestas para responder a las demandas de los ciudadanos norteamericanos y a la incertidumbre de los pueblos a nivel mundial, los mandatarios se limitaron a atacarse y defenderse, en el caso de Trump, sin importarle acudir a un cúmulo de mentiras y falsedades que solo evidenciaron su patética megalomanía y en el caso de Biden, a mostrar su debilidad física y cognitiva, lo que produjo verdadero pánico en las filas de su partido. 

Lo cierto es que este debate ha dejado una gran incertidumbre acerca del presente y el futuro global, en lo que hace referencia a temas transversales sobre la estabilidad y el orden mundial como son la migración, la economía y la guerra.

Resulta lamentable ver que, también en los Estados Unidos, país que ha sido ejemplo a seguir en términos de democracia, la competencia política se tenga que dar entre dos octogenarios que por soberbia se rehúsan a entender que su momento ya pasó y su legado está ya en los anales de la historia, que es la que se encargará de juzgar si lo hicieron bien o mal.

La pregunta es si aún habrá tiempo, en el caso del Partido Demócrata, para convencer al presidente Biden de dar un paso al costado y permitir que una figura nueva con mayor vitalidad asuma la candidatura, para competir contra Donald Trump, porque lo cierto es que, a Trump, nadie en el Partido Republicano tiene el interés de remplazarlo, aun a sabiendas de que si gana destruirá al partido, si es que ya no lo hizo.  

Hace unos días hablando con un senador republicano a quien pregunté qué lo motivaba más a la hora de votar un proyecto, si el bien común o la línea política que recibía de su partido, me respondió que evidentemente lo motivaba más lo segundo. Fue entonces cuando comprendí la falta que hace hoy en día lo que en la política americana se conoció en un momento dado como el Divino Centro, cuando el quehacer político se construía no a partir de la polarización ideológica, sino partir del consenso entre dos partidos que se preocupaban más por el bienestar de sus conciudadanos que por su posición de poder. 

Como estratega, pensando distinto a lo usual, digo: cómo le haría de bien a la política norteamericana, y al mundo entero, poder ver un día en la misma boleta electoral, a candidato a presidente demócrata con un candidato a vicepresidente republicano o viceversa: sería la forma en que la política del gigante del norte reencontraría su verdadero propósito democrático. Pero eso, quizás hoy en día, es soñar demasiado.
 

Apoya el periodismo que te gusta

Puedes cancelar en cualquier momento

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí