Liwi y la perseverancia de la flor eterna

El padre de Laura, Rubén Darío Carianil, es un nativo que descubrió la manera de reproducir esta hermosa flor que crece silvestre en las sabanas vecinas a Puerto Inírida. Así, los Carianil decidieron fundar Liwi Flores Eternas de Inírida, con la idea de cosechar y comercializar esta flor.

“La flor de Inirida es tan llamativa y tan apetecida porque las dos especies, tanto la flor de invierno (Guacamaya superba), como la flor de verano (Schoenocephalium teretifolium), son únicas en su estructura y sus colores. La flor de invierno es de un rojo profundo muy llamativo, con puntas blancas que hacen que resalte; la flor de verano tiene tonalidades entre rojo, blanco, amarillo y verde. Ambas representan los colores de la naturaleza y de la selva”, explica Laura. 

La flor de Inírida no es apreciada solamente por sus hermosos colores. Además, tiene una característica que la hace única: “Es por lo que se le llama la ‘flor eterna’, porque su estructura siempre se conserva. Es decir, mantiene sus tonalidades y a medida que va avanzando el tiempo su estructura nunca se marchita”. 

La familia Carianil lleva más de 10 años perfeccionando la propagación, la recolección, el procesamiento y el envío de la magnífica flor de Inírida. En este largo camino han demostrado que nada es imposible cuando existe un propósito. Según Laura, “Liwi significa ‘una flor’ en lengua indígena curripaco. Como empresa, queremos resaltar ese símbolo y esa identidad del territorio a través de la flor de Inírida”. 

Uno de los aspectos más importantes detrás de Liwi es el esfuerzo de Laura y su familia por crear un negocio sostenible y con un profundo respeto por el delicado hábitat donde crece la flor de Inírida. “En un inicio este proyecto nació con esa idea ambiental de conservación, de propagación de la flor, que estaba ya perdiéndose en las zonas cercanas a Puerto Inírida. Entonces, a través de investigación intercultural, del diálogo de saberes entre los científicos y el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas, logramos consolidar el primer cultivo de flor de Inírida en el departamento –¡en el mundo!–, con la apuesta de conservar la especie y aprovecharla de forma sostenible y equilibrada”.

Hoy, gracias al trabajo de Liwi y de la comunidad de Guainía, la flor de Inírida puede ser admirada en el mundo entero. Pero el camino para lograrlo no ha sido fácil, y ha estado marcado por la investigación y la suma de conocimientos ancestrales.

“El factor que nos ha caracterizado es la perseverancia… Y también un poco de terquedad ante los retos y obstáculos que se presentan cuando se está iniciando. También esa fiel creencia en lo que estamos haciendo y en la razón por la que lo hacemos, lo que nos mueve en ese proyecto”. De hecho, Laura y su familia tuvieron que inventar un proceso logístico de enorme complejidad para transportar las flores desde Puerto Inírida, en el corazón de las sabanas selváticas de Guainía, y llevarlas en perfecto estado hasta destinos tan lejanos como Holanda, Alemania o China. 

“Estamos muy alejados del centro del país, lo que se conoce como ese centro operativo y comercial, lo cual logísticamente significa muchísimos retos: todo sale por avión, es costoso sacar la flor desde las sabanas en Inírida, llevarlas a Bogotá y de allí distribuirlas a muchos lugares del mundo. Eso es todo un reto de logística”, explica Laura. 

Liwi Flores Eternas de Guainía es un ejemplo de visión, de aprovechamiento sostenible y de perseverancia en los negocios. Laura y su familia han construido una empresa ejemplar, digna de la flor que llevan al mundo. “En Colombia es importante hacer empresa, porque como sociedad tenemos muchos retos actuales, muchos paradigmas climáticos, ambientales y de biodiversidad. Colombia es el país de la belleza y tiene un potencial enorme para ser productivo y generar economía y sustento para las familias, para las casas, para la sociedad”, concluye.

Liwi Flores Eternas de Inírida
www.liwiflordeinirida.com
Teléfono: 310 310 0505
Instagram: @liwiflordeinirida
 

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