Johana Fuentes
9 Mayo 2024

Johana Fuentes

El golpe de la corrupción

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Lo que comenzó como un anuncio positivo para las comunidades vulnerables de La Guajira, terminó convertido en uno de los escándalos de corrupción más grandes de los últimos años. Paradójicamente, en el gobierno del cambio, nada ha cambiado: los corruptos siguen desangrando al Estado, mientras el presidente de turno evade responsabilidades. 

El escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), puede ser uno de los golpes más duros que haya recibido el mandato de Gustavo Petro, pero no un “golpe blando” ―como él mismo lo ha llamado― para intentar sacarlo del poder, sino uno que afecta directo al corazón de una de sus banderas, y que mina la esperanza en un proyecto político que prometió destapar las ollas podridas que hoy le destapan. 

Lo que se sabe hasta el momento no es menor y no se puede desestimar con el pobre argumento de la existencia de una estrategia para desestabilizar al presidente y no dejarlo gobernar. Olmedo López, exdirector de la UNGRD, fue nombrado por Gustavo Petro. López era un político desconocido hasta su llegada a ese cargo. Su origen político es de izquierda, pero es muy cercano al cuestionado senador conservador Carlos Andrés Trujillo, de quien fue su secretario de ambiente cuando este fue alcalde de itagüí. Por eso no es raro que varios de los tentáculos de este entramado corrupto conduzcan a ese municipio antioqueño. 

Sneyder Pinilla, quien fuera la mano derecha de López y exsubdirector de la Unidad, ha dicho que funcionarios del alto gobierno y por lo menos 15 congresistas participaron en el pago de sobornos para aprobar las reformas. Según el relato, el dinero salió de los sobrecostos de los cuarenta carrotanques que se compraron para abastecer de agua a La Guajira. 

Una de las intermediarias habría sido la exconsejera para las regiones, Sandra Ortiz, a quien acusa de haber gestionado 4000 millones de pesos para Iván Name, presidente del Senado, y 1000 millones de pesos para Andrés Calle, presidente de la Cámara de Representantes. Debido a eso, el presidente le pidió a Ortiz dejar su cargo. Los otros implicados han dicho que son inocentes ―aunque el manto de duda ya está sembrado―, y hasta el momento no se conocen pruebas, pues los protagonistas del escándalo buscan acceder a un principio de oportunidad con la Fiscalía.

La gravedad de lo ocurrido amerita que el presidente Gustavo Petro actúe con altura y no siga decepcionando a quienes confiaron en que su mandato sería distinto. De nada vale mirar para otro lado o tapar el sol con un dedo. La corrupción tocó a su gobierno y lo mínimo que puede hacer es encararla y desenmascararla sin matices, tal y como lo hizo cuando era oposición. 


 

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