Weildler Guerra
8 Mayo 2024

Weildler Guerra

La importancia de las Ciencias Humanas

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En Colombia y en diversos lugares del mundo hay preocupación por el futuro de las Humanidades y de las Ciencias sociales. La filósofa norteamericana Martha Nussbaum cree que atravesamos una crisis silenciosa y destructiva como un cáncer, más grave aún que las dificultades por las que atraviesan las economías del mundo noratlántico. En su obra Sin fines de lucro consideró que la erradicación de las artes y las humanidades de la educación superior es perjudicial para el mantenimiento de la democracia. 

El debate es pertinente porque algunas áreas del conocimiento como las humanidades y las artes tienden a ser cada vez más subvaloradas en beneficio de lo técnico y de lo que se conoce como el conocimiento utilitario aquel que es usable, sirve para fines considerados “prácticos” o puede generar riqueza material. La lógica del mercado impulsa a las universidades de hoy a convertirse en universidades empresas y los estudiantes, más que buscadores de conocimientos, son vistos como meros clientes decisivos para su sostenimiento-

En nuestro medio, pero también en otras latitudes, prevalece la idea utilitarista de que la política es una empresa económica en la que el enriquecimiento tanto del individuo como de la camarilla que le sigue y su mantenimiento perpetuo en el poder constituyen el fin máximo de dicha actividad. Toda persona que comparta esta concepción es considerada elogiosamente como “pragmática” y quien la cuestione es llamada “romántica”. Mucha gente que sucumbe ante el poder contribuye con argumentos y con actitudes a la naturalización de la corrupción, al afianzamiento de las conductas incívicas y amorales y a la aceptación y la connivencia con la mentira. ¿Qué ha pasado con las nociones de altruismo y de bien común?

Ya en 1917 el escritor bengalí Rabindranath Tagore advertía que el hombre íntegro ha ido cediendo cada vez más espacio al hombre comercial, el hombre limitado a un solo fin. Los seres humanos deben cuidarse de la tiranía que crean las posesiones materiales, decía Tagore, pues ello causa su desequilibrio moral y oscurece su lado más humano. El dinero es solo un instrumento y no un fin en sí mismo. Si cedemos a esa tiranía por debilidad comienza un proceso de suicidio gradual por encogimiento del alma. 

Frente a esto, sectores académicos del país han empezado a movilizarse y congregarse alrededor de la Misión Ciencias Humanas, iniciativa liderada por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, sede Bogotá, en colaboración con la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales (ASOCOLFHCS), que ya cuenta con la participación de 74 instituciones de educación superior de todo el país. El objetivo de esta misión es “formular participativamente una política pública que oriente el fortalecimiento y la revalorización de las humanidades y las ciencias sociales en Colombia, para lo cual es necesario consolidar un movimiento académico en nuestro campo”.  El lanzamiento oficial de esta iniciativa es este jueves 9 de mayo y tendrá la primera audiencia pública el jueves 16 de mayo en el Congreso de la República.

En este orden de ideas, la Misión Ciencias Humanas considera que las ciencias humanas constituyen un bien público y común que debe ser protegido. Si los Estados, ávidos de dinero, consideran a las humanidades como ornamentos inútiles y solo promueven aquella educación para la producción de renta, en breve tendremos generaciones enteras de máquinas utilitarias en vez de ciudadanos cabales con imaginación, visión crítica, capaces de crear y de pensar por sí mismos y de comprender los logros y los sufrimientos ajenos.

wilderguerra@gmail.com

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