La guerra entre las disidencias por el Putumayo
6 Febrero 2022

La guerra entre las disidencias por el Putumayo

La cuenca del Putumayo es una de las rutas más apetecidas para llevar la coca al Brasil.

Crédito: TBD

Dos disidencias de las Farc, el frente Carolina Ramírez y los Comandos de Fronteras, se disputan el control del territorio y las rutas de la cocaína en la frontera con Ecuador. Cinco personas fueron masacradas. La guerra está ocasionando desplazamientos masivos.

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Por Javier Patiño

Treinta y cinco familias indígenas cayano que habitan un resguardo ubicado en el extremo sur del Putumayo, escucharon un estruendo de disparos que los obligó a esconderse en sus casas o a escabullirse entre la selva. La zozobra para ellos empezó el 25 de diciembre y aún no termina. Ese día, las balas provenientes de los fusiles de dos grupos disidentes de las extintas Farc, enfrentados en una guerra sin cuartel por el dominio de esa zona, dejaron 150 personas atrapadas por el fuego cruzado, entre ellas 40 menores de edad.  

El que aguó la fiesta decembrina fue el frente primero Carolina Ramírez, que tenía la misión de combatir a los integrantes de la otra disidencia, los Comandos de Frontera, en este caso un grupo de 20 hombres que los recibieron a tiros.

Foto referencia disidenciasDebido a la superioridad numérica de los del frente Carolina Ramírez, los Comandos de Frontera tuvieron que replegarse y uno de sus miembros murió en el enfrentamiento. 

Después del combate vino lo peor. Los del frente primero ingresaron al caserío y, en la caseta comunal, llamaron a miembros de la comunidad y los amenazaron para que dieran información sobre las personas que no eran de la vereda. 

Luego pusieron en fila a cinco hombres y los fusilaron en presencia de los habitantes del resguardo. Hombres, mujeres y niños que huyeron del sitio por entre la selva, terminaron desplazados en Puerto Asís y Puerto Leguízamo, donde siguen esperando que haya condiciones para volver a su hogar. 

Sin embargo, las balas no pararon ahí. Un pescador que pasaba por el río Putumayo murió por una descarga de ametralladora. Su cuerpo fue incinerado por los asaltantes y los restos arrojados a su canoa río abajo.

La masacre ha podido reconstruirse gracias a los testimonios de los pobladores, quienes han dicho que, según autoridades militares, el ataque fue dirigido por un hombre conocido con el alias de Danilo Alvizú, comandante del frente primero, quien antes de salir del lugar les dijo a los que quedaban que si apoyaban al otro grupo de ilegales con el que hasta hace poco compartían armas e ideales, los matarían.  

Setenta y dos horas después

El enfrentamiento, la masacre y las amenazas ocurrieron el 25 de diciembre y solo tres días después, el 28, llegaron al lugar las Fuerzas Militares. 

En el sitio no hay señal telefónica y, por ello, al comienzo, la noticia fue solo un rumor que se movió por el río. El 26 de diciembre los dirigentes indígenas se enteraron de lo ocurrido por los desplazados. Los pescadores hablaban de muertos tirados al río y de pobladores amedrentados y obligados a callar. 

La Defensoría del Pueblo advirtió sobre la masacre el mismo 26 y obligó a las fuerzas acantonadas en Puerto Leguízamo, a 60 kilómetros del caserío, a ir hasta la zona. 

Foto referencia disidencias
Crédito: Colprensa

Los militares ordenaron el sobrevuelo de un Black Hawk para determinar, mediante sensores de calor, si todavía había presencia de hombres armados en la zona. Luego iniciaron la operación de control en un buque que zarpó desde Puerto Leguízamo con dos pelotones de soldados de la Sexta División del Ejército y la policía judicial, que tendría que hacer el reconocimiento de los cuerpos. 

Cuando llegaron las tropas, el 28 de diciembre, vieron que en el lugar todavía yacían los siete cuerpos de quienes, según testimonios de la comunidad, eran integrantes de las disidencias.

Alertas, denuncias y pedidos de auxilio

Lo ocurrido en el resguardo cayano no es un hecho aislado. Durante dos años, la Red de Derechos Humanos en el Putumayo, coordinada por Yudi Quintero, ha denunciado la presencia de los dos grupos armados ilegales en disputa. Para Quintero, la falta de vías de comunicación, pero en especial la poca conectividad, son la causa de que muchos hechos que ocurren en el departamento no sean denunciados.

“Esta es una de las zonas del país con mayor presencia militar. Ellos cuentan con los recursos para ejercer mayor control en la zona, pero en muchos casos dejan que se presenten estos combates y no ejercen control para evitarlos”, señaló.

La disputa de las disidencias victimiza a la población indígena y genera zozobra entre los habitantes de la región:

Red de Derechos Humanos

La coordinadora de derechos humanos dijo que, desde 2018, la Defensoría del Pueblo ha emitido ocho alertas tempranas sobre varios municipios cercanos al río Putumayo con altos índices de violencia, donde podrían ocurrir desplazamientos debidos a la presencia de los grupos disidentes de las Farc. Y tres de las alertas han advertido sobre la confrontación entre los Comandos de Frontera y el frente primero.

La Red de Derechos Humanos ha divulgado varios comunicados en los que advierte sobre la situación en el departamento por el incremento de la violencia, debido a la disputa de las disidencias, acciones que en su concepto “victimizan a la población indígena y generan zozobra entre los habitantes de la región”.

El origen de la guerra

No es pequeño el botín que se disputan las disidencias en Putumayo. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hay cerca de  24.973 hectáreas de coca cultivadas en el departamento. 

Mapa Putumayo

En esta zona operó históricamente el frente 48 de las Farc, que nunca se acogió al proceso de paz y ahora se hace llamar Comandos de Frontera. Cuando aún era guerrilla, y hasta 2010, estuvo bajo el mando de Pedro Goyes, conocido como Sinaloa, un alias que se ganó por sus negocios con carteles mexicanos. A Goyes lo asesinó, en una disputa interna, Giovanni Andrés Rojas, alias Araña, segundo al mando, quien se quedó con el control del frente guerrillero.

Rojas hizo alianzas para tener el control del narcotráfico, con estructuras de La constru, La mafia y los Sinaloa, pequeñas organizaciones con presencia en el departamento. Según información de inteligencia del Ejército, los Comandos de Frontera tienen cerca de 400 hombres y hacen presencia en la zona rural del Valle del Guamuez, San Miguel, Puerto Asís y municipios fronterizos con Ecuador. 

24.973

Hectáreas de coca cultivadas en Putumayo

De acuerdo con el almirante Harry Ernesto Reyna, comandante de la Fuerza Naval del Sur, el objetivo del grupo disidente es tener el control de ríos y caminos para surtir de coca a los dos carteles más importantes de Brasil: Familia del Norte y Comando Vermelho. 

Sus enemigos son los integrantes del frente Carolina Ramírez, disidencia de las Farc con cerca de 250 hombres en armas. Su principal cabecilla es Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco, quien mantiene el control de los ríos Yurilla, Capucha, Mecaya y Putumayo. Mordisco les ordenó a Alonso 45 y Danilo Alvizú sacar de la zona a los hombres de alias Araña. De allí la guerra actual.

Padrinos poderosos

La disputa tiene ahora padrinos muy poderosos por cuenta del apoyo que la Segunda Marquetalia les ha dado a los Comandos de Frontera. Según información de las autoridades, Iván Márquez envió a sus hombres a formalizar una alianza y a conseguir armamento ruso de las Fuerzas Armadas venezolanas, de última tecnología, para confrontar a alias Iván Mordisco y a sus hombres.

El pacto, según las autoridades militares, busca sacar de su zona histórica a los integrantes del frente primero, quedarse con el negocio del narcotráfico y obligarlos a aceptar ser parte del grupo dirigido desde Venezuela por alias Iván Márquez. 

Mapa Putumayo 2

Para lograrlo, y detener las pretensiones de los Comandos de Frontera, llegaron más disidentes desde Cauca, Caquetá y Nariño. Según una interceptación de comunicaciones, integrantes del frente séptimo al mando de alias Gentil Duarte, y hombres de la columna Dagoberto Ramos y Jaime Martínez al mando de alias Jhonnier, han llegado a la zona para acrecentar la confrontación en el Putumayo. Con los pesos pesados de las disidencias interviniendo en la región, es fácil prever que la del Putumayo será una guerra prolongada.

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