Tiroteo en Uvalde, radiografía de la violencia armada en Estados Unidos

Un mayo violento ocupa los titulares de la prensa mundial y los pronunciamientos contra el acceso libre a las armas. Solamente una semana después del fatídico ataque mortal a 11 personas en Buffalo, Nueva York, una nueva masacre les quitó la vida a 21 personas, entre ellos 19 niños entre los 6 y los 10 años y dos profesores.

Eran las 11:32 de la mañana de este martes 24 de mayo cuando un joven volvió a poner una marca en el vergonzoso historial de masacres en entornos escolares.

Sobre el responsable del tiroteo, autoridades lo identificaron como Salvador Ramos. Se sabe que era un joven de 18 años, residente de una gran comunidad conformada por hispanoamericanos, quien por motivos desconocidos le disparó a su abuela, y acto seguido se dirigió a la escuela primaria Robb, donde abrió fuego con una pistola y posiblemente un rifle dentro de un salón de clases, indicó el gobernador de Texas, Greg Abbott. Ramos, vestido con un chaleco antibalas, fue ultimado aparentemente por parte de las fuerzas policiales.

El tiroteo en Uvalde es el que ha causado más víctimas mortales en una escuela desde la matanza en la primaria Sandy Hook de Connecticut en diciembre de 2012, en la que Adam Lanza, de 20 años, mató a 26 personas – seis adultos, incluida su madre, y 20 niños–.

Las razones que hacen a Estados Unidos el país con más tiroteos masivos

Estados Unidos es el país en el que suceden la mayoría de los tiroteos en masa, casi la tercera parte (31 por ciento) del conteo mundial. Aunque ese país tiene el 5 por ciento de la población del mundo, 31 por ciento de las víctimas de balaceras masivas han muerto en territorio estadounidense, según un estudio de la Universidad de Alabama y la Sociedad Americana de Sociología.

Según el autor del estudio, Adam Lankford, aunque son difíciles de categorizar los motivos de los responsables de los crímenes, la fama y el reconocimiento, podrían ser uno de los factores: "No existe duda de que hay una asociación entre la cobertura de los medios que estos delincuentes logran y la posibilidad de que vayan a actuar".

Otros expertos en crimen y terrorismo concuerdan con que las masacres pueden ser “contagiosas”. Según estadísticas, cuando hay un episodio violento de este tipo suben las probabilidades de que vuelva a ocurrir algo similar en dos semanas. Este fenómeno de imitación estaría favorecido por el fácil acceso a las armas en el país norteamericano.

Probablemente uno de los factores por los que Estados Unidos encabeza las penosas listas que enumeran la cantidad de balaceras en espacios públicos, está el fácil acceso a las armas. Una encuesta realizada en 2007 encontró que este era el país con la tasa más alta de propiedad de armas de fuego: 88,8 por cada 100 personas.

• En Estados Unidos una persona entre los 16 y 18 años, dependiendo del estado, ya está en edad legal para comprar un arma. La verificación de antecedentes solo es obligatoria para establecimientos de venta, no para transacciones informales, y tiene una duración de 72 horas, tiempo que ha sido suficiente a responsables de masacres para perpetrar sus crímenes.

¿Por qué hay tan poca regulación sobre las armas?

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"¿Cuándo, por el amor de Dios, nos vamos a enfrentar al lobby de las armas?", dijo el presidente Joe Biden desde la Casa Blanca.

A pesar de que se repiten los tiroteos masivos, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones sobre armas han fracasado en el Congreso, dejando que los estados y los concejos locales promulguen sus propias restricciones.

En 2013 parecía estar cerca un alto a la laxitud para el acceso a armas. Debido a la masacre en Sandy Hook, se impulsó una iniciativa en el Senado con apoyo bipartidista para fortalecer la verificación de antecedentes antes de comprar armas, el proyecto obtuvo 56 votos a favor. Pero debido al "filibuster", un mecanismo que implica que la mayoría de las leyes importantes necesitan el respaldo de 60 de los 100 senadores para aprobarse, la iniciativa se quedó en planes.

La Asociación Nacional del Rifle también ha sido fundamental en la lucha contra la aprobación de leyes más estrictas sobre armas, especialmente porque la organización destina millones de dólares en aportes directos a políticos, como Donald Trump, que apoyan la defensa personal.

Según Amnistía Internacional, los tiroteos masivos públicos tienen un profundo impacto emocional y psicológico en las personas sobrevivientes, las familias y las comunidades, y han creado un entorno en el que las personas no se sienten a salvo en lugares públicos como iglesias, escuelas, salas de conciertos y salas de cine, lo que socava sus derechos humanos a la religión, a la educación y al ocio.