Por ahora no habrá mesa de diálogo entre el Gobierno y el Estado Mayor Central de las disidencias

La reunión que sostenían el viernes 11 de agosto en San Vicente del Caguán, Caquetá, entre el Gobierno nacional, encabezado por el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, integrantes del Estado Mayor Central, organizaciones internacionales y la Iglesia, en torno al lugar donde se iba a instalar la mesa de negociación con esta fracción de las disidencias de las Farc, tuvo varios momentos de tensión.

Danilo Rueda les reclamó a los delegados del Estado Mayor Central por las acciones armadas en las que han resultado heridos y muertos varios integrantes de la fuerza pública.

Alias Andrey, jefe del grupo negociador del grupo, le respondió que los ataques en Cauca, Huila, Norte de Santander y Caquetá eran una respuesta a la ofensiva que desde hace tres semanas realiza la fuerza pública contra ellos.

Rueda, entonces, perdió la paciencia y, golpeando la mesa, exigió un mayor compromiso del grupo guerrillero: "Ustedes saben que las operaciones militares no se pueden detener porque en el país no hay sitios vetados para las autoridades".

Los representantes del Estado Mayor Central, entonces, se pararon de la mesa, alegando que sin la voluntad del Gobierno de detener la ofensiva militar, no podían continuar el diálogo. 

Tras varios minutos de discusión, las dos partes se retiraron del salón, donde solo se quedaron los delegados internacionales. Cuando los ánimos se calmaron, los delegados internacionales hablaron aparte con cada equipo negociador. A cada uno les propusieron que, desde este jueves 17 de agosto, y durante un mes, tanto disidencias como fuerza pública se comprometan a realizar un cese de operaciones ofensivas, mientras que los negociadores de Gobierno e integrantes de la guerrilla avancen en una agenda para oficializar la instalación de la mesa de negociación.

Los dos grupos se comprometieron a estudiarla y dar una respuesta antes del miércoles 16 de agosto.