Mi libro favorito: 'Sobre la muerte de un perro'

Considero que la buena lectura es atemporal, pero necesariamente el momento en que la experimentamos tiene un impacto en nosotros. Reflexionar acerca de mi libro favorito no solo me invita a rescatar de la memoria emocional las obras que me conmovieron, sino que me lleva a una inmersión en mi historia. 

Siendo niña me maravillé con los cuentos de los hermanos Grimm. Experimenté, hoy lo tengo claro, lo que significa abrazar un mundo inmaterial con la mente y con los afectos; mi imaginación se desbordó. De ahí que los cimientos tengan tanta importancia.

La fantasía de las lecturas hizo que yo quisiera recrear una propia. Fue así como la encontré en la música. Cuando comencé a tomar clases de piano, también inicié un nuevo ciclo que me llevó a descubrir las biografías de los compositores de las sonatas que quería interpretar.

No tenía doce años cuando Honorato de Balzac, con su libro Eugenia Grandet, me bautizó al brindarme una especie de identidad. Esta obra despertó en mí la idea del amor romántico, que me sigue acompañando, el gusto por la soledad, que en mi caso implica silencio, y el goce por lo melancólico. Sin duda, es mi libro favorito.

Uno de los obsequios más preciados y que atesoro, es el libro con las obras completas de Hermann Hesse: la dedicatoria para mí, tan valiosa como la obra misma. Noches de insomnio hizo que me enamorara de la oscuridad y de las cavilaciones ante la ausencia de sueño, pero no de sueños.

Siddhartha despertó en mí la conciencia y la fascinación por el mundo espiritual y filosófico, y por la imperiosa necesidad de descubrirme mientras recorro el camino que está trazado para mí o que voy esculpiendo.

Si el carácter contiene el poder de la atracción, esta es la razón por la que llegó a mí Candide, de Voltaire. 

Cuando en mayo del 2023 murió mi adorado Tobby, Jorge Humberto Botero y Margarita me rodearon obsequiándome el libro Sobre la muerte de un perro, de Jean Grenier, y mis hijos Daniel y Andrés lo hicieron con Tu mejor amigo, de Bruce Cameron. Me conmovieron hasta la médula por lo que significa un amor tan puro y eterno.

Son las obras de carácter filosófico las que privilegio. Las que despiertan emociones, las que me transportan a un estado espiritual lejos del cotidiano material, del estridente y perturbador ruido.