Una biografía del primer rock en Bogotá

Bogotá, como tantas otras ciudades de América Latina y del mundo, no fue ajena a la explosión que provocó en Estados Unidos la llegada del rock n roll. Para Umberto Pérez y Luis Daniel Vega el año cero fue 1957. Ambos autores tienen una amplia trayectoria como periodistas culturales.apasionados por la música. De hecho, en 2007 Pérez había publicado con el Instituto Distrital de Cultura y Turismo el libro Bogotá, epicentro del rock, que era el resultado de la tesis de grado como historiador de la Universidad Nacional y que ganó una convocatoria del Observatorio de Cultura Urbana del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, hoy Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
Una idea descabellada es una versión expandida de aquel libro de Umberto Pérez que desde su publicación ha sido referencia obligada para quienes han querido conocer más a fondo la difusa historia del rock en Bogotá. En el libro también aparecen textos adicionales e Jaime Andrés Monsalve y Ricardo Durán y una presentación escrita por Gustavo García, más conocido como Chucky. El libro trae una gran cantidad de fotografías y material gráfico adicional que pertenecen a los archivos de Tania Moreno, José Urías Peña, Álvaro Díaz, Jorge López y la familia Peña.
El libro se publicó por iniciativa de la colección Bogotá Leer para la Vida, de la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá, Biblored, con el apoyo de la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte de la Alcaldía de Bogotá. Se imprimieron algunos ejemplares en papel, y está alojado en la plataforma de las Colecciones Digitales de Biblored.

CAMBIO habló con Umberto Pérez y Luis Daniel Vega acerca del libro.

CAMBIO: ¿Cómo nació la idea de actualizar y complementar su libro de 2007?
Umberto Pérez:  La idea se cristalizó a mediados de 2021 cuando Andrés Ospina, uno de los curadores de la colección Leer para la vida, me propuso reeditar el libro Bogotá, epicentro del rock colombiano. Esa llamada le abría la puerta a un sueño que teníamos con Luis Daniel Vega: llevábamos años queriendo hacer un libro que reuniera ese texto original arreglado, mejorado y expandido con los textos que habíamos escrito en la última década y que habían aparecido en diversos medios como Radio Nacional de Colombia, Radio Gladys Palmera, Noisey, Libro al Viento, Rolling Stone y los librillos de reediciones de clásicos del rock nacional editadas por sellos como Vampisoul y Munster Records. Entonces le hice una contra-propuesta a Andrés; el comité lo evaluó y nos dijeron que sí. Luego vino una ardua y satisfactoria tarea que fue editar el libro, en donde, básicamente, escribimos y reescribimos los textos que habíamos reunido.

CAMBIO: ¿Qué tan fácil o difícil resulta documentar lo que sucedió en aquellos años?
U. P: Es muy difícil por la ausencia de material documental. Particularmente, la historia del rock en Colombia carece de memoria y misticismo. Hasta hace muy poco tiempo esta deuda se ha ido saldando lentamente ya sea desde la investigación académica, la historiografía o el periodismo.
Luis Daniel Vega: Cuando iniciamos esta investigación, hace más de una década, los recursos audiovisuales eran mínimos, la discografía era escasa y nebulosa, acceder a las fuentes hemerográficas resultaba dispendioso. Solo contábamos con un par de artículos editados originalmente en Gaceta de Colcultura y El Malpensante, algunos documentales y programas de radio realizados por la televisión pública y la radio universitaria. Para esos años, comienzos de 2000, tuvimos la fortuna de contar con el testimonio vivo de quienes fueran protagonistas de la primera ola del rock nacional como Tania Moreno, Álvaro Díaz, Miguel Durier (QEPD) y Jorge Latorre, entre otros.
U. P: En esa misma época el Museo Nacional de Colombia inauguró Nación Rock, la primera exposición histórica sobre el rock local, y se reeditó por primera vez en disco compacto el álbum Los Speakers en el Maravilloso Mundo de Ingesón; empresas llevadas adelante por Felipe Arias y Mario Galeano, dos investigadores entusiastas que con aquellas pesquisas preliminares tal vez conjuraron el desinterés sistemático. No es un azar que por esos días viera la luz Bogotá: Epicentro del rock colombiano entre 1957 y 1975. Una manifestación social, cultural, nacional y juvenil, el libro que años después se iba a convertir en Una idea descabellada... Con el paso de los años se han ido sumando aportes significativos en la reconstrucción de esta historia fragmentada que, a su vez, la han ido revistiendo de ese misticismo que tanto anhelamos, porque son historias grandes y emocionantes.

CAMBIO: El libro termina en 1975. ¿No piensan escribir uno o dos libros sobre lo que ha ocurrido a partir de 1976?
L. D. V: Primero queremos recordar que esa fecha bisagra de 1975 se la debemos a su análisis sesudo de la discografía del rock colombiano de esas primeras décadas, que usted publicó en el artículo Surfin’ Chapinero que salió en Gaceta hace como 30 años. La semilla de Una idea descabellada… quedó sembrada cuando, en situaciones distintas, leímos dicho artículo y quedamos hechizados por la historia que allí usted contaba.
U. P: Reconstruir y contar la historia que sigue es un desafío mayor porque desde mediados de los años 80 el acceso a los recursos para hacer rock fue creciendo. Se multiplicaron el número de artistas, agrupaciones, grabaciones, conciertos y, por tanto, de historias. Hemos considerado que hacen falta dos libros. Llevamos tiempo trabajando en uno de ellos y cada vez estamos convencidos de que debe ser un trabajo aún más coral pero con el mismo rigor en la edición y la curaduría que tuvo este.

CAMBIO: ¿Qué diferencia este libro del anterior?
U: P: Es un libro nuevo. La columna vertebral es Bogotá, epicentro… pero ese es apenas uno de los componentes. Nos gusta pensar que si Una idea descabellada: instantáneas del rock en Bogotá fuera un libro, sería una edición súper deluxe del inicial, en donde abundan los bonus tracks. Está masterizado -en este caso corregido y renovado-, y tiene un material fotográfico a todo color, como el rock mismo, que no es solamente una cosa oscura de varones con guitarras eléctricas, sino un lugar mestizo y luminoso en donde todo es posible. Por ello, en este libro, saldamos una deuda inicial y expiamos una culpa que cargaba el original que, en ese momento, había marginado el aporte de las mujeres, los intérpretes, los sellos discográficos y los productores, y había dejado de lado otros sonidos tan o más emocionantes y que en Colombia se cosecharon tan bien como la balada pop, el pop barroco y tropical, el funk y la canción testimonial o de protesta. Hasta el color rosado de la portada -que en la del original era rojo- carga un poderoso simbolismo para nosotros.
L. D: V: Una de las cosas que más nos gusta de este libro es su distribución de carácter gratuito. Quienes quieran hacerse a un ejemplar les recomendamos que asistan a las presentaciones que vamos a hacer en diferentes lugares de Bogotá desde finales de noviembre hasta bien entrado diciembre en bibliotecas, disquerías y nuestra cantina favorita.Si quieren antojarse de tenerlo impreso acá pueden acceder a la edición digital aquí.

Calendario de las presentaciones del libro
Sábado 8 de diciembre en la Biblioteca Virgilio Barco en el marco de La Vuelta-Feria Nacional de Editoriales Independientes.
Sábado 16 de diciembre en la discotienda La Roma Records con transmisión en directo para el programa Los Vinilos de la Radio Nacional de Colombia.
Martes 19 de diciembre en la cantina Matik Matik.