"Vivir del canto se vuelve una quimera": la protesta en el Coro Filarmónico por mejores condiciones laborales
24 Mayo 2023

"Vivir del canto se vuelve una quimera": la protesta en el Coro Filarmónico por mejores condiciones laborales

Crédito: Cortesía, captura de video

Varios integrantes y exintegrantes del Coro Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá denunciaron intimidaciones, remuneración insuficiente, falta de recursos y garantías que dignifiquen su labor.

Por: Sebastián Martínez

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CAMBIO conoció la denuncia de algunos integrantes y exintegrantes del Coro Filarmónico Juvenil (CFJ) de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB). La protesta busca visibilizar la falta de estabilidad en sus garantías laborales, según ellos.

Siendo cantantes jóvenes, estos artistas ven al coro como un espacio valioso para cultivar sus habilidades profesionales.

"Consideramos que las condiciones que se nos presentan desde sus inicios no son las adecuadas para artistas que nos esforzamos a diario por sacar adelante la cultura del país", manifestaron los denunciantes.

Estos jóvenes hicieron visible su descontento con un video publicado en redes sociales en el que de forma artística exponen el inconformismo de la situación que viven. Los cuatro motivos centrales de la protesta son:

  • Inestabilidad e incertidumbre en las contrataciones
  • Precarización del trabajo y del talento juvenil
  • Falta de comunicación por parte de los administrativos
  • Irregularidades en la selección y continuidad de los directores musicales (por ende, discontinuidad en el proceso artístico)

Los jóvenes plantearon varias situaciones en las cuales se han visto afectados artistas que pertenecieron a la agrupación y que inspiran la denuncia. 

1. Audiciones públicas anuales

"Luego de que una de las agrupaciones protestara por irregularidades en los procesos anuales internos de selección de los músicos que continuaban en las agrupaciones, la OFB tomó la decisión de cambiar las audiciones internas y volverlas públicas anuales, esto resultó en que cada año se renovaba una gran parte de los integrantes de las agrupaciones, afectando negativamente la continuidad de los procesos artísticos", aseguraron algunos de los integrantes y exintegrantes del Coro Filarmónico Juvenil.

2. Remuneración insuficiente

"La falta de una remuneración coherente con las exigencias y con los pagos que reciben músicos profesionales de otras áreas, hace que, como cantantes, tengamos que buscar alternativas laborales. Sin embargo, los cambios repentinos en los ensayos y conciertos hacen que tengamos que pedir permisos que suelen ser negados, descontándonos el día del permiso, a veces incluso por la semana o el período completo de un montaje (que puede ser un mes) sin ser necesario. Los contratos que firmamos son por prestación de servicios, por ende, no deberían obligar a cumplir con un horario específico para realizar las actividades por las cuales fuimos contratados y en los cuales no debería existir una figura jerárquica. Sin embargo, las directivas nos llaman la atención (usualmente de manera informal) cuando reciben solicitudes de permiso y nos lo comunican a través de otro contratista de la entidad, denotando la falta de seriedad en la forma de comunicarse con nosotros", agregaron.

3. Falta de garantías

"Las intimidaciones son pan de cada día, aprovechando la precariedad de nuestras condiciones laborales. Para la posesión del presidente Gustavo Petro, nos citaron a prueba de sonido un viernes en cierto horario y estaba estipulado que estaríamos ahí alrededor de cuatro horas. Alcanzamos a sobrepasar ese tiempo cuando nos avisaron que la prueba de sonido se cancelaría porque el equipo presidencial no tenía el sonido listo. Un directivo de la Orquesta Filarmónica de Bogotá procedió a decirnos que la prueba de sonido se reprogramaría para el día siguiente (sábado) en horas de la mañana (el aviso ni siquiera se hizo con 24 horas de antelación), por lo que varios integrantes del CFJ hicimos saber que teníamos compromisos y no podríamos asistir. Se nos dijo pública y verbalmente que no habría repercusiones si no íbamos porque entendían que habían avisado con poca antelación, por lo que 15 personas faltamos a la prueba de sonido sin preocuparnos. Dos meses después nos citaron fuera de nuestro horario habitual (que como explicamos, a pesar de no ser contrato laboral, tenemos un horario habitual) para entregarnos una carta con un 'llamado de atención' (porque si lo llaman 'memorando' sería una acción que no corresponde a la figura de contrato de prestación de servicios), en el que nos amenazaban con tener en cuenta el ‘incumplimiento como fundamento para iniciar las acciones legales y contractuales a los que haya lugar’", manifestaron.

4. No hay garantía de recursos

"No se nos reconocen viáticos, ni horas nocturnas o festivas, y por no ir muy lejos, a veces ni agua tenemos disponible para los cantantes. Las condiciones de los espacios donde nos presentamos, en ocasiones, no permiten ni siquiera tener la cantidad de baños suficientes para la agrupación (algunas pocas veces ni siquiera hemos contado con un baño). También se nos exige muchas veces cierto tipo de vestimenta que no es dada como dotación, pero que sí tenemos que comprar, a veces para una sola presentación (como sucedió en la celebración de los 37 años del Palacio de Justicia, en donde se nos pidió tener vestido blanco completo a todos; uniforme que nunca volvimos a usar)", dijeron los denunciantes.

¿Qué se busca mejorar con la protesta?

Los artistas manifiestan que con la denuncia esperan que el trato que se les da sea consecuente con el merecido por un profesional, como lo son la mayoría de estos jóvenes cantantes.

Lo anterior se debe a que, según afirman, en la Orquesta Filarmónica de Bogotá les hacen el recordatorio constante de que la labor que llevan a cabo en las agrupaciones juveniles es un proceso formativo, no un ejercicio profesional ni que conlleva vinculación laboral. Según ellos, desde la orquesta les recalcan que deben agradecer por estar en el coro, pues es el único con un pago mensual fijo en el país.

"Nos encantaría que las instituciones responsables de la cultura del país, como la OFB, entiendan y valoren más nuestra labor como músicos jóvenes y nos ofrezcan unas mejores condiciones para llevar a cabo labores dentro de sus instituciones sin tener que preocuparnos por subsistir", puntualizaron los dolientes de esta situación.

Así mismo, plantean la necesidad de que el pago que reciben sea coherente con las tareas que realizan mes a mes, sin que haya diferencia de salario entre cantantes y músicos de otras áreas. "Todos estudiamos una carrera profesional con igual duración e invertimos las mismas horas de estudio del instrumento (en nuestro caso la voz)".

Por otra parte, aunque se les exigen satisfacer altos estándares de calidad en términos musicales, "la manera en la que nos contratan hace que no tengamos estabilidad laboral ni artística, pues nuestros procesos artísticos se ven interrumpidos constantemente por las decisiones arbitrarias que se toman desde el repertorio y la cantidad de ensayos, hasta la selección de los directores musicales". Además, al no haber instituciones dedicadas a contratar cantantes indefinidamente, resulta una tarea casi imposible cultivar una carrera laboral y artística en Colombia.

"Vivir del canto se vuelve una quimera. En Colombia no existen coros de personas mayores profesionales que ofrezcan una vinculación laboral estable, cuando salimos del coro por límite de edad, no tenemos otra alternativa para seguir trabajando en nuestra profesión", concluyen algunos de los integrantes y exintegrantes del Coro Filarmónico Juvenil.

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