La revolución del fútbol de barrio: la historia de la Copa Trinche

Crédito: @Copatrinche

30 Junio 2024

La revolución del fútbol de barrio: la historia de la Copa Trinche

Con 4.000 jugadores, 144 equipos y presencia en cuatro ciudades, este torneo se consolida como el más grande del fútbol aficionado de Colombia.

Por: Juan Francisco García

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El domingo 23 de junio, en el emblemático Estadio de Compensar, con 1.500 hinchas como testigos –a pesar de la lluvia y el frío– se jugó la final de la Copa Trinche de Bogotá, el torneo de barrio más grande de Colombia. Por los altoparlantes del estadio, al anunciar las alineaciones, el mítico narrador del fútbol aficionado Marino Alberto Martínez dijo nombres como Wilder Medina –sí, el díscolo goleador del Tolima y de Santa Fe que en sus días cumbre dejó sin voz a los narradores argentinos de Copa Libertadores en Fox Sports–, Wilmer Boyacá, Juan Diego Tilano, Harrison Canchimbo, Santiago Suaterna, todos ídolos del fútbol no profesional en la capital.

Los Primos y Macondo F.C. estuvieron a la altura y los asistentes aplaudieron de pie el fútbol virtuoso que se impuso más allá de las ansias por los 64 millones de pesos para el ganador, premio histórico en el fútbol aficionado. 

El camino a la final fue largo, pues en Bogotá 32 equipos fantasearon con alzar la copa bañada en oro –esto va en serio– que rinde homenaje al Trinche Carlovich, ese mítico jugador rosarino que para tantos fue mejor que Maradona pero que, incorruptible, nunca quiso mutar de jugador de barrio a profesional. Ese que dejó plantada a la Selección Argentina por irse de pesca. Ese que llenaba, él solo, el humilde estadio de Central Córdoba, en Rosario, hasta donde llegaban tipos como Marcelo Bielsa y José Néstor Pékerman para rendirse ante su talento sideral. El hombre de mirada circunspecta y hablado campechano que murió en la pandemia gracias a un accidente en su bicicleta cuando intentaron robársela; el volante zurdo, lento de piernas pero de ideas rápidas como el que más, que hoy inspira a los futbolistas sin contrato que, los domingos, intentan ordenar el mundo pisando un balón. 

Cortesía: @CopaTrinche

El camino fue largo y difícil: más de 1.000 'trinches', la crema y nata del fútbol aficionado, sostuvieron por tres meses la pugna por ganarse el apodo de Carlovich. Pugna a la que también se unieron jugadores que hicieron historia en el fútbol profesional, como Rafael Robayo (Millonarios), Juan Daniel Roa (Santa Fe) y Juan Sebastián Duque, el arquero con más partidos en la historia de la B. 

Macondo F.C., el campeón, además del preciado cheque, se ganó el derecho al Torneo Nacional, a final de año en Cali, pues la Copa de Barrio más grande de Colombia, en su cuarto año, tiene sedes en Cali, Medellín y Villamaría, Caldas. 144 equipos. 4.000 jugadores inscritos. Más de 700 millones en premios. Transmisiones en vivo del 70 por ciento de los partidos. Patrocinadores de primer nivel: Cerveza Andina, Gatorade, Golty, Nequi, Coordinadora. Y el propósito ambicioso de transformar el fútbol aficionado, desde Bogotá hasta Tumaco, en Colombia. 

Fútbol con propósito 

Cuando le preguntamos a Felipe Maldonado sobre la razón del éxito de Copa Trinche, que en cuatro años logró posicionarse como una de las grandes plataformas del fútbol no profesional en el país, el administrador de empresas, hincha de Millonarios, defensa central y cofundador de Novo Fútbol –la empresa que creó y opera el torneo– nos dice, resuelto y sin pensarlo, que para entender su crecimiento y acogida hay que remitirse al propósito. "Cuánto me gustaría –dice enfático– tener frente a frente a los 36 presidentes de los clubes en Colombia para hacerles una única pregunta: ¿Cuál es el propósito de su club? Si supiéramos el propósito de Bogotá F.C –ese equipo sin sede, sin hinchada y sin narrativa alguna–, Alianza (expetrolera) –ese club que va de acá para allá–, Llaneros, Orsomarso, Tolima, América, Millonarios, Chicó –el de los jugadores mercancía–, Santa Fe –prosigue– quizá entenderíamos mejor por qué el potencial del fútbol en Colombia, en gran medida, se desaprovecha". 

Tribunas llenas: @Copatrinche

Luego, en consonancia con Juan José Pabón –volante cinco laborioso, también hincha de Millonarios, ingeniero industrial y socio de Novo Fútbol– explican que hoy son los gestores de la Copa de Barrio más grande de Colombia porque, desde sus inicios, tuvieron claro el objetivo y el porqué. El propósito: agregar valor al fútbol aficionado en toda sus dimensiones. Como negocio, como deporte, como plataforma social, como expresión cultural, como pasión de vida para cientos de miles. 

Su propósito, arguyen, es antitético al de los “señores del fútbol en Colombia" que históricamente han puesto el balón –y la irracional pasión del hincha– al servicio de sus intereses personales". Equipos manejados como feudos en los que la única lealtad es con el dinero, los futbolistas son poco más que mercancía y la estructura empresarial es absolutamente precaria. 

"Nuestro éxito –dice Pabón– está en haberle probado a todos los stakeholders del fútbol aficionado: patrocinadores, jugadores, hinchas, árbitros, entrenadores, dueños de escuelas y equipos, y cada vez más a la prensa, que si las cosas se hacen bien, se ordena la casa, se visibiliza el producto, se profesionaliza la experiencia logística y deportiva, ganamos todos. Las oportunidades se multiplican. El negocio crece. El impacto social se profundiza. Y la decisión, tan popular, de perseguir un balón todos los fines de semana de la vida se hace más digna, entretenida, recíproca y satisfactoria". 

El fútbol de la gente 

En Colombia, contando los equipos de primera y segunda división, hay aproximadamente 1.000 jugadores profesionales. A estos hay que sumarles los 433 –somos, según el CIES Football Observatory, el séptimo país que más exporta jugadores en el mundo– que juegan de forma profesional en el exterior. Haciendo cuentas alegres, llegamos casi a los 2.000 jugadores profesionales. 

Según el CIES, en el país hay 250.000 jugadores de alto nivel que se quedaron en el camino hacia el fútbol profesional y que, si no fuera por las plataformas como Copa Trinche, incluso cuando no pasan de los 22 o 23 años, quedarían en el olvido, bajo el crudo yugo de la obsolescencia precoz.  

Entonces, agregar valor: hacerles ver a los talentos de barrio que hay vida después del fútbol profesional colombiano, y que el arte de hacer que el balón haga caso tiene alternativas más allá de las fronteras: jugadores que han pasado por el torneo, gracias en parte a su visibilidad y al nivel de forma que exige, han logrado saltar al fútbol de más alto nivel en países como México, Ecuador, Bolivia, Egipto, Panamá, Perú, Guatemala y Nicaragua. 

Wilder Medina, de la Libertadores al fútbol de barrio: @Copatrinche

En cuanto al fútbol profesional en Colombia, además de los seis jugadores que saltaron de la Trinche al primer equipo de Tigres –la columna vertebral– que quedó tercero en la B, en los próximos días Millonarios sorprenderá al fútbol aficionado al anunciar el fichaje de Chocolo, figura del torneo, como refuerzo junto a Radamel Falcao García. 

Pensando en abrir aún más la puerta de las posibilidades, desde el primer torneo, la gran mayoría de los partidos de la Copa son transmitidos por streaming, lo que además de fortalecer su presencia digital, permite que queden grabados los goles y los partidos sublimes de los 'Trinches' que todavía tienen mucho por dar. Además, para las próximas ediciones, están cerrando una alianza con una agencia que le busca oportunidades a futbolistas sobresalientes en universidades gringas. De Suba a Pittsburgh, de Tumaco a Michigan, de Medellín a Atlanta. 

Gracias a la reputación del torneo, ya es normal ver entre las graderías a ojeadores y agentes en busca de los mejor del talento barrial. 

Patrocinios con propósito 

Además de futboleros acérrimos, Pabón y Maldonado, especializados en administración deportiva en Inglaterra y España respectivamente, tienen amplia experiencia en la organización de eventos y en la consultoría comercial y de gestión de patrocinios en el deporte. Desde la creación de Novo Fútbol, en 2016, han llevado a cabo seis ediciones de Cumbre Fútbol, la gran convención de la industria del fútbol en el país, de la cual hace parte el excapitán de la Selección Argentina, Juan Pablo Sorín.

Por sus micrófonos han pasado personalidades como Pablo Aimar, David Trezeguet, Ricardo Gareca, Néstor Lorenzo y Juan Carlos Osorio, y líderes de la industria a nivel gerencial de instituciones como River Plate y Boca Juniors de Argentina, Flamengo de Brasil, FC Barcelona y la FIFA entre otros 50 conferencistas.

Esto les permitió, a la hora de meterse en el fútbol aficionado, hacerlo “con altura”. Los que fueron a la final del domingo pasado en Bogotá no podrán negar el despliegue logístico de la competición. Uniformes atractivos y de primera calidad –muy lejos de las camisetas atiborradas de anunciantes que hacen parte de la identidad de nuestro fútbol–, salida con bengalas a “pura pasión”, cobertura multimedia, transmisión en vivo, activaciones, tribunas llenas y premios a dos manos. 

Rafael Robayo, leyenda de Millonarios, en la Copa de Trinche: @copatrinche

"Ojalá que los patrocinadores diversifiquen sus inversiones en publicidad y en vez de aumentar aún más la millonada que gastan en los canales tradicionales, se aventuren a financiar proyectos como este que, además de posicionar su marca y hacerla crecer, de verdad tienen un impacto popular y social" dice Maldonado, que incluye a los patrocinadores con causas sociales en el concepto sombrilla de fútbol con propósito. 

Si bien hasta esta edición la Copa Trinche alcanzó el punto de equilibrio –los costos fijos son muy altos, los premios inéditos, las canchas y los árbitros del mejor nivel–, que patrocinadores del nivel de Andina, Rivalo, Rushbet, Nequi, Gillete, Gatorade, Coordinadora, Tull hayan puesto sus ojos en el torneo les da la plena confianza de que la gestión es exitosa y que lo mejor está por venir. 

Pabón nos muestra con orgullo un mensaje que en los últimos días le envió el dueño de otro de los torneos aficionados más importantes en Bogotá. En este, le agradece personalmente porque el dinamismo comercial de la Copa Trinche, el llevar a los privados al fútbol “de la gente”, ha repercutido a nivel macro en la industria y cotizado los torneos que se toman en serio la organización. Es lo que los empresarios llaman gana-gana. De abajo hacia arriba. Crecimiento piramidal. 

El Trinche en Medellín, Cali y próximamente Caldas 

"Desde que tuvimos nuestro primer patrocinador –cuenta Pabón– el plan que propusimos fue claro: primer año en Bogotá, segundo año en Medellín y Cali, y de ahí en adelante el mapa de Colombia como objetivo".

Orgullosos, en su cuarto año, pueden decir que la promesa, hasta ahora, va cumpliéndose. 

En Medellín, se aliaron con el tradicional torneo vacacional de La Floresta, que en cabeza de Mauricio Zapata, desde hace 30 años, en el barrio popular de La Floresta, llena el fin de año con la mejor dosis de fútbol de barrio. La lista de jugadores emblemáticos que han pasado por su cancha –hoy sintética, otrora de arena– es envidiable: el Chicho Arango, Kevin Castaño –hoy en la Copa América con la Selección Colombia–, Macnelly Torres son solo unos nombres. 

El Trinche en la Floresta: @Copatrinche

En Cali, bajo la misma lógica de trabajar en sinergia, se aliaron con el torneo LFA que, a pesar de tener solo cinco años, ya es un referente en la ciudad para todos los futbolistas sin contrato. Si bien la cabeza de LFA, el caleño Julián Ayala, y su equipo, ya venían haciendo un trabajo serio para posicionar el torneo con jugadores, hinchas y patrocinadores, la inercia de la Copa Trinche, sin duda, le agregó valor. 

Puro sabor en Cali: @Copatrinche

Este año, por primera vez, el Trinche llegará hasta el municipio de Villamaría, Caldas, en alianza con la Copa Villamaría, torneo que desde hace 20 años reúne lo mejor del fútbol no profesional de la región. La propuesta, pues, además de irse cumpliendo, le apunta también a un crecimiento descentralizado en las regiones, que a pesar de la falta de visibilidad e infraestructura, son parteras de cracks. 

Torneo Nacional, Copa América y Torneo Esperanza de Los Andes 

Aunque durante la conversación ambos han intentado ser cautos, la ambición se les sale por el cuerpo cuando les preguntamos por los planes a largo plazo: "Vamos a hacer una Copa América de fútbol aficionado, con equipos de todo el continente", dice Pabón. Luego Maldonado añade que este año, ya es una realidad, van a estrenar su torneo juvenil, para que los jóvenes que de verdad tienen aspiraciones profesionales pero que, a los 18 y a los 21 años ya son "viejos para el fútbol", tengan una segunda, tercera, cuarta oportunidad. 

En 2025 aspiran a que se hable del Trinche en Barranquilla, y en los próximos tres años su promesa es estar, al menos, en cinco regiones más. 

Lo último que me dicen, entusiastas, es que el Torneo Nacional, en el que compiten los mejores de la Copa Trinche en cada sede — y que entrega 45 millones más al ganador— es un sueño para los más de 4.000 jugadores inscritos en su plataforma. 
 

Reunir en una misma cancha a lo mejor de lo mejor del talento aficionado, todo bajo los más altos estándares; hacerles sentir que por afuera del embudo excluyente del fútbol profesional hay redención, reconocimiento, oportunidades y gloria no es nada distinto a la revolución. Del fútbol de la gente, esa gran mayoría que por herencia y por instinto, le entrega a la pelota las horas y el cuerpo. 

Son ambiciosos; pero si nos basamos en lo que han logrado en menos de cuatro años, es lúcido pensar que el espíritu del ‘Trinche’ seguirá dispersándose a lo largo y ancho de las canchas de Colombia. ¡Que siga la revolución! 

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