Las claves de Colombia para ganarle a Paraguay

Crédito: Reuters

24 Junio 2024

Las claves de Colombia para ganarle a Paraguay

Colombia estuvo a la altura de las expectativas y empezó la Copa con el guayo derecho. Les contamos las claves del éxito contra Paraguay.

Por: Juan Francisco García

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Lo que empieza bien…

Siempre sabe bien ganar. Pero mucho más en el debut, pues los primeros partidos vienen con los fantasmas de la expectativa, los nervios, las preguntas abiertas y la exigencia de cambiar, en la cancha, las estadísticas por goles.

Pues Colombia fue solvente, de principio a fin. Si bien terminó sufriendo, sin la sensación de haberle pasado por arriba a Paraguay –rival inferior–, salió muy bien librado del primer partido: tuvo ideas suficientes para llegar con abundancia al arco rival; fue durante la gran mayoría del partido un equipo equilibrado y fiable; y en los momentos de mayor afugia, cuando gracias al descuento Paraguay puso “toda la carne en el asador”, supo sufrir.

Saber sufrir: virtud imprescindible de los equipos que fueron a la copa a competir.

Colombia Paraguay Copa America

James está feliz

Lorenzo apostó por James. Y apostó en serio: le volvió a dar la cinta de capitán y la titular indiscutible a pesar de los escasos minutos con los que llegó a la Copa América. El 10, como siempre que se viste de amarillo, respondió.

Y respondió con creces: además de las dos asistencias –solo David Ferreira había logrado dos asistencias en un partido de Copa América en toda la historia de la selección en la competición–, además del pase a la cabeza a Yerry Mina que terminó en el “casi penal”, fue durante todo el partido el faro lúcido e inspirado de sus mejores noches.

Da para ilusionarse, además, verlo terminar el partido entero físicamente, sin dolencias ni malas caras, sin la lengua afuera: el 10, al menos por lo visto hoy, está en espléndido estado de forma. Y si James está feliz, en forma y sin lesiones: los goles seguirán llegando, por derecha y por izquierda, en movimiento y a balón parado. James está feliz.

James Rodriguez Paraguay Colombia

Richard Ríos es un crack

Con todas las letras: C R A C K. Hoy, en partido grande, con mucha presión encima, nos terminamos de enterar del porqué Ríos ya es ídolo en Brasil. Y porque Néstor Lorenzo lo prefirió por encima de Kevin Castaño, jugadorazo también.

Richard Ríos, crack total: Colprensa

Ríos, no hay más remedio que usar la expresión manida, se comió la cancha: a la hora de machacar, anticipar y recuperar, cubrir espaldas y achicar espacios, pero también –y acá está el gran truco– a la hora de saltar líneas y desplegar su naturaleza de jugador de fútbol sala en ofensiva. El volante fue socio de todos y, con la posesión a favor, logró lo que todos soñamos del volante mixto: multiplicar las variantes y opciones de todos los demás. Con él, sonríen James, Luis Díaz, Lerma, Arias, Muñoz…

Todo tranqui con Camilo Vargas

Si se quiere soñar en grande en este tipo de torneos hay que tener cubiertos los detalles. Para este equipo, al que le gusta tener la iniciativa, ganarse el balón, atacar, atacar, atacar, un detalle imprescindible es sentirse seguro atrás. Hoy, en líneas generales –los rivales también juegan– eso pasó.

Y pasó, en gran medida, porque cada vez que a Camilo lo exigieron respondió a lo grande, certero, sin ni un atisbo de duda o inseguridad. Cuando uno va al frente tan decididamente como le gusta a Lorenzo, es inevitable que el rival encuentre espacios y vea el arco de frente. Por eso, para soñar, el que cuida el marcador tiene que estar inspirado y lúcido como el que más. Hoy, y eso viene de tiempo atrás, el arco de Colombia no arroja ninguna fisura. Camilo está con el buzo de equipo grande, al que le llegan poco, pero cada vez que le llegan sabe responder.

¿Y si se afilan los extremos?

Para ser justos con la verdad hay que decir que el debut tanto de Lucho Díaz como de Jhon Arias no fue especialmente picante y feliz. Lo de Lucho pasó por decisiones aceleradas, por ir pa´lante con demasiado brío y sin cerebralidad. Su flow está en combinar vértigo con pausa, velocidad con reflexión. Hoy le vimos una versión errática –aunque con hambre, como siempre– y sobrerevolucionada.

En cuanto a Arias, fue extraño que en la transmisión lo nombraran tan poco. No logró entrar en los circuitos y, por momentos, deambuló por la cancha, extraviado. Lo bueno, como con Díaz, es que tampoco se guardó ningún esfuerzo y siempre fue generoso y solidario para rearmar la figura a la hora de defender.

Lo bueno es que si Colombia fue solvente y abundante en el ataque con sus dos extremos desenchufados, saca una sonrisa pensarlos durante el próximo partido, y toda la copa, en su versión prime.

Ganó Colombia. Sigue el invicto. ¿Cómo no soñar?

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