Bono de gasolina para los taxistas no sería coherente ni fácil de aplicar

En medio de los reclamos que se han generado en las últimas semanas por el aumento en el precio de la gasolina, el Gobierno de Gustavo Petro decidió finalmente la semana pasada iniciar un proceso para compensar a los conductores de taxis por las alzas de los combustibles que se vienen aplicando desde el año pasado.

Desde octubre de 2022, el aumento en el precio de la gasolina ya acumula los 4.850 pesos por galón. La última subida que definió el Gobierno que fue de 400 pesos, después del cual el precio promedio de venta en el país quedó en 13.964 pesos para septiembre de este año.

A pesar de las buenas intenciones por aliviar el bolsillo de los conductores, la medida parece ir en contravía del esfuerzo que se viene haciendo desde el año pasado para solventar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que según calcula el Ministerio de Hacienda, sería de 17,8 billones de pesos en 2023.

“Esta medida es inconveniente por varias razones,  implica utilizar recursos del presupuesto nacional para subsidiar una actividad que genera externalidades negativas, y eso tiene un efecto fiscal”, explicó Hernando Zuleta, profesor de economía de la Universidad de los Andes.

Esto, según Zuleta, sacrificaría otros programas, como el de reconversión del parque automotor, que pueden ser buenos tanto en términos distributivos como ambientales. De acuerdo con el economista, el subsidio también estimula el uso de taxis a gasolina, lo que no sería conveniente cuando, en términos ambientales, lo que busca el Gobierno es reducir el consumo de este combustible.

“Hay una dificultad para implementar esta medida, que es, fundamentalmente, una transferencia monetaria a taxistas usuarios de gasolina, pero hay taxis que usan gasolina y gas, por ejemplo, y la pregunta es cómo hacer para identificar cuáles taxistas deben recibir el bono y cuáles no. Va a haber un problema de implementación”, comentó.

El Ministerio de Transporte anunció que la compensación dependerá de la actualización del Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT), y que, por medio de estos datos, se llevará el control de quienes podrán acceder a la medida. Según la cartera, en el país hay cerca de 230.000 taxistas. Alrededor de 40.000 operan con gas natural, de modo que serían cerca de 190.000 los conductores beneficiados con el bono.

También se tomaría en cuenta el consumo de combustible para definir la asignación económica. A finales de septiembre sería el primer giro. Por ahora el Gobierno está definiendo estos parámetros, con el fin de determinar los montos y recursos necesarios para la compensación.

José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, comentó, por otro lado, que un bono sí puede ser viable para materializar la promesa del Gobierno de apoyar a los conductores frente a las alzas en la gasolina, a diferencia de otra iniciativa que proponía un precio diferencial.

“El valor del bono necesita unas estadísticas. Ahí está el quid del asunto. Levantar esos datos es difícil, y toda la viabilidad está en función de esto, que depende del Soat y las empresas, pero faltan más datos”, aseguró.

Cálculos de Rojas y el Observatorio de Movilidad muestran que, en promedio, a un taxista puede ingresarle entre 80.000 y 100.000 pesos por día; pero, tal como señala el experto, los conductores también deben tener en sus cuentas un tanqueo diario, calculado entre 30.000 y 40.000 pesos, y labores de mantenimiento, entre otros gastos. “Ese bono ayudaría a que subiera en cerca de 10 por ciento lo que reciben diariamente. Les ayudaría con los combustibles, pero no con otros gastos”, dijo.

Por ahora los ministerios de Transporte y Hacienda están calculando el costo que tendría este subsidio y definiendo los recursos necesarios para apoyar a los conductores. 

Otro punto que vale la pena mencionar es que, de materializarse esta medida, quedarían también por fuera los conductores que trabajan por medio de plataformas de movilidad, que suman cerca de 120.000 en el país, de acuerdo con Alianza IN, el gremio que agrupa a las plataformas de economía colaborativa en Colombia.  

Qué alternativas hay para la gasolina de los taxistas

Para los taxistas, el alza en el precio de la gasolina no deja de ser un problema. Por ello, los expertos también señalan otras soluciones que podrían apaciguar el costo de los combustibles.

“Si lo que se quiere es reducir el impacto negativo del aumento en el precio de los combustibles, démosles opciones para utilizar combustibles más baratos, como gas o GLP, que además son menos contaminantes. Si se quiere hacer un esfuerzo fiscal, debe ir en esa dirección: subsidiar el uso de combustibles menos contaminantes. Se podría dar un pequeño empujón, subsidiando la conversión de motores”, propuso Zuleta.

Rojas, por otro lado, sugirió retomar la idea de las denominadas ‘zonas amarillas’. “Ojalá se recuperen estos espacios, que disminuyen los costos de andar rodando por todas partes. Zonas pintadas de amarillo en que los taxis se estacionan y solo pueden recoger ahí pasajeros, no en cualquier punto de la ciudad. Eso disminuye el costo de andar por la ciudad buscando pasajeros”, indicó.