Celulares de segunda mano, ¿cómo puede sacarle provecho a ese mercado?

Un celular usado puede salir en 1,5 millones o 2 millones en lugar de 4 millones, dicen los vendedores.

Crédito: Colprensa

31 Octubre 2023

Celulares de segunda mano, ¿cómo puede sacarle provecho a ese mercado?

Un equipo reacondicionado o usado puede costar incluso la mitad que un teléfono nuevo. El negocio viene creciendo en Colombia, y al año mueve más de 100 millones de dólares en el país. ¿Cómo funciona ese mercado y qué debe saber si quiere comprar un teléfono de segunda?

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Es probable que usted esté leyendo este artículo desde su teléfono celular, y si su equipo lleva con usted varios meses o más de un año es posible que haya considerado cambiarlo por uno más nuevo. Sin embargo, con los costos actuales, un negocio que ha venido llamando la atención para varios consumidores es el de los celulares de segunda. 

En Colombia hay más celulares que habitantes. A finales de 2022 los abonados al servicio de telefonía móvil superaban los 80 millones según la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), lo que quiere decir que hay casi 30 millones de líneas de celular más frente a los 52,2 millones de habitantes que estima el Dane que tiene el país.

El uso y acceso a los celulares ha ido creciendo en los últimos años y cada vez más marcas presentan nuevos dispositivos. En el mercado colombiano es posible encontrar teléfonos desde 200.000 pesos. En la gama baja de celulares hay equipos por cerca de 500.000 pesos y algunos cercanos al millón. Lo que implica que un teléfono móvil, por barato, cuesta al menos medio salario mínimo, que en 2023 está en 1.160.000 pesos. 

Buena parte de los equipos en el mercado están en un rango más alto, entre los 2 millones y los 4 millones de pesos dependiendo de las especificaciones y la capacidad de los celulares, e incluso hay dispositivos que se acercan a los 10 millones de pesos. Por eso el mercado de los celulares de segunda mano ha venido creciendo también. 

Dentro del universo de los celulares usados, el segmento de los reacondicionados o renovados, los refurbished, como se los llama popularmente, viene ganando terreno. Estos son equipos que han sido revisados y reparados, y se acondicionan nuevamente para la venta, por un precio inferior al de un celular nuevo. En resumen, son celulares a los que les han cambiado alguna de sus partes.

El mercado de los celulares reacondicionados mueve al año alrededor de 2.900 millones de dólares en América Latina (cerca de 12 billones de pesos colombianos), según estimaciones de la firma estadounidense Persistence Market Research; en Colombia, la consultora estima que la industria genera ventas por 103 millones de dólares, alrededor de 424.000 millones de pesos

La expectativa es que este mercado siga creciendo, ante una situación cada vez más compleja para el bolsillo de los usuarios, y a la que se suman también tendencias de sostenibilidad y economía circular que están cada vez más en auge entre las nuevas generaciones. 

¿Cómo funciona el negocio de los celulares usados?

“El mercado de segunda mano viene acelerándose y desarrollándose a una velocidad importante. Esto responde, entre otras cosas, a un tema económico, y América Latina es una región donde la inflación y la devaluación pesan mucho, y los precios limitan el acceso a tecnología de última generación para buena parte de la población”, asegura Jorge Palacio, CEO y cofundador de Clevercel. 

La empresa nació hace casi cuatro años en Colombia, durante la pandemia, y aprovechó el auge del comercio electrónico para expandirse también a México y Perú como un e-commerce que se dedica a los equipos tecnológicos de segunda mano. A la fecha han vendido más de 150.000 teléfonos, y cerca del 60 por ciento de ellos han sido en el país. 

“Nuestro abastecimiento nace de alianzas que tenemos con fabricantes, operadores móviles y grandes superficies. Para manejar sus programas de retoma de equipos, ellos incentivan a las personas para que compren el último teléfono del mercado, y a cambio dejen su teléfono como parte de pago, de ahí nace nuestro abastecimiento”, indica Palacio. 
 
Una vez los equipos llegan a su empresa, explica el ejecutivo, se hace un chequeo del sistema operativo y se revisan las baterías. La mayoría de equipos que maneja Clevercel no son remanufacturados, pues si no superan el chequeo de funcionalidad, los intervienen. Entre las marcas que reciben y venden hay iPhone, Samsung, Oppo o Xiaomi, y esperan expandirse también a tabletas y relojes inteligentes. 

“Damos garantía de 12 meses, porque hacemos una revisión rigurosa. El precio debe tener sentido, y los equipos salen entre 30 por ciento y 40 por ciento más baratos que uno nuevo. Todos nuestros equipos pasan por una validación de bases de datos globales donde revisamos que no tengan reportes de robos, eso es parte de nuestra garantía”, dice Palacio. 

De acuerdo con el empresario, buena parte del público son jóvenes que están buscando una primera experiencia con un buen teléfono, pero a un menor precio, y también tienen acogida entre personas mayores que no buscan un teléfono muy costoso. La otra parte del negocio es un canal corporativo, que le vende especialmente a pequeñas y medianas empresas.

“El gran obstáculo que ha existido en América Latina es la desconfianza. La gente tiene miedo de comprar un equipo y que no funcione, o comprar un equipo que pueda ser robado, y son barreras que no se ven en países como Estados Unidos y Europa. La confianza es algo muy importante”, dice. 

CAMBIO consultó con la Superintendencia de Industria y Comercio sobre las condiciones o requisitos que debe tener un comercio para participar de este negocio

De acuerdo con la entidad, “el negocio de celulares reacondicionados no requiere un permiso para operar, pero sí deben cumplir con el régimen de garantía expuesto en la Ley 1480 (Estatuto del Consumidor), y a su vez con el ejercicio informativo (información clara sobre las condiciones del producto) que establece el Estatuto del Consumidor sobre la condición del producto”.

"El gran obstáculo que ha existido en América Latina es la desconfianza. La gente tiene miedo de comprar un equipo y que no funcione, o comprar un equipo que pueda ser robado".

Unilago, la meca de los celulares en Bogotá 

Uno de los puntos más importantes de venta de celulares en Bogotá es la zona de Unilago. El popular centro comercial fue declarado en 1988 como el primero especializado en el segmento de tecnología, y desde 2003 coexiste con su vecino, el Centro de Alta Tecnología, ubicado justo al lado. Entre los dos centros comerciales y sus alrededores suman alrededor de 900 pequeños locales dedicados a la venta de tecnología. 

Sergio es un vendedor que lleva cerca de ocho años en ese sector, tiene su propio negocio, y aunque empezó con la venta de impresoras hoy trabaja con celulares reacondicionados. “Al principio éramos como 15 los locales en este negocio de tecnología usada, hoy somos como 300”, dice. 

"A la gente antes no les daba tanto miedo comprar un equipo caro, pero hoy prefieren un celular no tan costoso por si los roban. Y es gente de todos los estratos que dice que no le van a invertir 4 millones a un equipo".

El vendedor considera que este negocio del usado ha tomado fuerza especialmente desde la pandemia, y dice que antes el colombiano y las empresas buscaban equipos nuevos, pero hoy han cambiado las preferencias por un tema de economía, pero también de seguridad. 

“La gente empezó a ver el costo beneficio de un teléfono usado, y cuando se sienten bien informados se animan a comprar. Cuando miran que un celular usado puede salir en 1,5 millones o 2 millones en lugar de 4 millones se vuelve llamativo. A la gente antes no les daba tanto miedo comprar un equipo caro, pero hoy prefieren un celular no tan costoso por si los roban. Y es gente de todos los estratos que dice que no le van a invertir 4 millones a un equipo”, asegura. 

Según el comerciante, dentro de Unilago, el Centro de Alta Tecnología y los negocios aledaños hay nichos de usados, pero también de importados reacondicionados o de segunda mano.

La clave para los locales es sondear y averiguar qué tipo de cliente le está vendiendo. Según el vendedor, hay equipos que llegan con poco y que son legales, que traen de países como Estados Unidos, por ejemplo, y algunas personas los venden por pequeños daños. “Gracias a los distribuidores tenemos piezas serializadas y podemos dejar los equipos como si no le pasara nada. Son los famosos refurbished o reacondicionados”, dice. 

Celulares robados, el miedo de los consumidores

Pero en este mercado, como dice Sergio, “se ve de todo”. 
  
“También hay mucha gente que llega y trae celulares robados. Pero somos más los comercios que hoy tratamos de tener muy buenos contactos con los operadores y saber si los celulares que nos están vendiendo son legales, o son sacados a crédito y tratan de venderlos, que es otra modalidad que usan, los compran y dejan al equipo “amarrado”. Son ladrones de corbata. Pedimos un reporte a los operadores para saber en qué estado están los teléfonos, si no están libres no los podemos vender”, asegura el vendedor. 

De acuerdo con Sergio, la mayoría de los comercios han comenzado a implementar contratos para hacer una trazabilidad no sólo de los teléfonos que venden, sino de los que compran antes de ponerlos en venta.

“Hay muchos puntos de la ciudad donde se trabaja de manera ilegal, eso es una realidad. El mismo Estado ya tiene reconocidos los puntos en que se concentra ese tipo de mercado de robados. Por eso hacemos un contrato para llevar esa trazabilidad, y cuando viene la policía aduanera o la Sijin tenemos cómo responder”, comenta. 

Para una persona que quiera adquirir un celular de segunda, o uno reacondicionado, la recomendación del vendedor es informarse y comparar

“Lo mejor es revisar varios establecimientos, mirar los precios estándar, no es normal que un celular valga la mitad en un local que lo que vale en el resto, y la recomendación puntual es verificar los seriales del equipo”, sugiere. Todos los usuarios pueden revisar el IMEI, un código único de 15 dígitos que identifica al teléfono celular a nivel mundial, por medio del código universal *#06# y con ese serial se verifica el IMEI del equipo. 

El gran reto de este negocio sigue siendo la confianza, la seguridad de que detrás de ese equipo usado no solo esté un aparato que responda a nivel tecnológico, sino que también esté “limpio”. 

Pero la otra tarea está en el control en materia de seguridad que puedan dar las instituciones y la Policía. Samuel Hoyos, presidente de Asomóvil, el gremio que agrupa y representa a Claro, Tigo Une y Movistar, asegura que la tarea más importante en este negocio está en la seguridad. 

“La idea es controlar y evitar el mercado de piezas y teléfonos robados. Se debe controlar con mayor eficacia esos sitios para combatir el fenómeno de hurto de celulares”, sostiene Hoyos. 

Entonces, si está pensando en cambiar su celular, el mercado del usado puede ser una oportunidad, que dependiendo de los gustos y el presupuesto, puede favorecer a más de uno. 
 

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