"Gota a gota", fuente de financiamiento del 14,2 por ciento de los micronegocios en Colombia
8 Marzo 2023

"Gota a gota", fuente de financiamiento del 14,2 por ciento de los micronegocios en Colombia

Crédito: Colprensa

Un estudio del gremio de instituciones microfinancieras, Asomicrofinanzas, reveló cifras sobre los productos microfinancieros y el impacto del financiamiento informal en Colombia.

Por: Redacción Cambio

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Recientemente, el gremio de instituciones microfinancieras, Asomicrofinanzas, dio a conocer un estudio que analiza el impacto del “gota a gota” y el papel de las microfinanzas para reducir el financiamiento informal en Colombia. La investigación, realizada junto con la Universidad de la Salle, recibe el nombre de “La Importancia de las Microfinanzas en Colombia: financiamiento informal y crédito en la base de la pirámide”.

El estudio revela que los micronegocios todavía acuden más a la financiación informal que al microcrédito formal debido a su baja capacidad productiva, la autoexclusión y la falta de educación financiera. También, se suman las dificultades que tienen los microempresarios para acceder al crédito, ya que no están registrados en la cámara de comercio, no han pagado aportes a salud y pensión al Sistema de Seguridad Social y no tienen RUT.

Por esta razón, el 81,2 por ciento de los micronegocios decide no acceder al crédito y el 14,2 por ciento financia con crédito informal "gota a gota". 

Así mismo, la investigación señala que quienes solicitan un microcrédito prefieren productos a plazos cortos, de bajos montos, con medios de pago más accesibles y menos exigencias en la normativa, lo que equivale a lo ofrecido por el “gota a gota”.

Microfinanzas y la superación de la pobreza

El estudio señala que, a pesar de las preocupantes cifras de informalidad, los productos microfinancieros han contribuido a la superación de la pobreza.

“La tasa de pobreza de los clientes de microcrédito comienza a disminuir a partir del tercer crédito, pasando de 67 por ciento al 66 por ciento en el nivel de pobreza”, manifiesta María Clara Hoyos, presidente ejecutiva de Asomicrofinanzas.

En cuanto a la base de la pirámide, el 65 por ciento de las operaciones de microcrédito se destinan a la población de bajos recursos. El cambio se evidencia entre el primer y el quinto crédito, puesto que se pasa del 67 por ciento al 64 por ciento en el nivel de pobreza.

A diciembre de 2022, la cartera bruta de microcréditos de Asomicrofinanzas cerró con 18,85 billones de pesos, 2,8 millones de microempresarios atendidos y 13,48 billones de pesos desembolsados.

¿El acceso a un crédito formal depende de la clase social?

Un estudio similar fue presentado por Asobancaria en el año 2022, en el libro Lecturas sobre moneda y banca en Colombia. Su cuarto capítulo, ¿cómo contribuyen los productos de crédito y ahorro a reducir la pobreza y a la creación de emprendimientos sostenibles? habla sobre este tema. 

El estudio evidenció que el acceso y uso de productos financieros tiene un efecto positivo en la sostenibilidad de los negocios, ya que impulsa un mayor número de ventas y valor agregado, así como un incremento en los ingresos per cápita de los propietarios, lo que conlleva a una reducción de los niveles de pobreza. Sin embargo, los efectos dependen del nivel de bienestar o clase social de los propietarios.

“Entre “mejores” características tengan los micronegocios o sus propietarios (es decir, que pertenezcan a los clústeres alto o medio), mayores tienden a ser los efectos del uso de crédito y ahorro (especialmente formal) sobre las ventas y el valor agregado”, explica el estudio.

También, la clase social influye en las solicitudes de crédito formal e informal. Por ejemplo, la investigación indica que, en el 2018, el 63 por ciento de los micronegocios en la clase pobre y el 92 por ciento en la clase alta recurrieron a una institución financiera para solicitar un crédito. Por otro lado, el 21 por ciento de los micronegocios en la clase pobre y un 17 por ciento en la clase pobre extrema usaron préstamos “gota a gota”, mientras que la clase alta solo había sido un 0,3 por ciento. 

Así mismo, reveló que dos terceras partes de los rechazos de solicitudes realizadas ese mismo año se deben a la falta de garantías y reportes en centrales de riesgo.

“Se observa que para los micronegocios en las clases pobre extrema, pobre y vulnerable, la falta de garantías y los reportes en centrales de riesgo tienen un mayor peso, en comparación con los micronegocios en las clases media y alta”, señala el estudio.

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