Minería en aguas profundas: ¿un peligro para los océanos?
5 Abril 2023

Minería en aguas profundas: ¿un peligro para los océanos?

Las empresas quieren extraer del fondo marino tierras y metales raros. ¿Cuáles serían los riesgos? La demanda global aumenta, pero aún faltan reglas internacionales.

Por: Deutsche Welle

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Ya sea cobre o níquel para baterías, cobalto para automóviles eléctricos o manganeso para la producción de acero, las tierras y los metales raros son necesarios en numerosos ámbitos, especialmente para la transición energética. La demanda aumenta, pero al mismo tiempo, los recursos son cada vez más escasos en todo el mundo.

Según las estimaciones, en solo tres años se necesitará el doble de litio y un 70 por ciento más de cobalto que en la actualidad. Para llenar este vacío, algunos países y empresas ahora quieren explotar los recursos de las profundidades del mar.

Hasta ahora, no existen normas internacionales para la explotación minera de los fondos marinos, pero el tiempo avanza, y en julio de 2023 vence el plazo para la adopción de un conjunto de normas vinculantes. En su última reunión, a finales de marzo, la autoridad marítima internacional (ISA, por sus siglas en inglés) no había llegado a un acuerdo al respecto.

Hasta el momento, a las empresas solo se les han concedido licencias de investigación. Ahora se continuará con un diálogo informal sobre las reglas, hasta la próxima reunión en julio, un día después de la fecha límite.

"El mar profundo es un tesoro de biodiversidad, rico en recursos vivos que usamos en medicina e importante para regular el clima y servir como criadero de peces y lugar de alimentación", explica la bióloga marina Diva Amon. Sin las profundidades del mar, "nuestro planeta nunca será el mismo", alerta.

¿Pueden los nódulos de manganeso impulsar la transición energética?

Desde el punto de vista económico, el principal interés se centra hoy en los llamados nódulos polimetálicos, también conocidos como nódulos de manganeso. Estos grumos de una mezcla de distintos metales son del tamaño de una papa y contienen altos niveles de níquel, cobre, manganeso, tierras raras y otros metales valiosos.

Actualmente, los fondos marinos mejor explorados se encuentran a 3.500 y 5.500 metros en la zona Clarion-Clipperton, en el Pacífico oriental, cerca de Hawái. Esta ubicación, de miles de kilómetros de longitud, contiene más níquel, manganeso y cobalto que todas las zonas conocidas en tierra firme. La cuenca del Océano Índico central y el lecho marino frente a las Islas Cook, los atolones de Kiribati y la Polinesia Francesa en el Pacífico Sur también son interesantes para una posible extracción.

"Casualmente, la composición de estos nódulos es más o menos lo que necesitan los fabricantes de vehículos eléctricos", afirma en entrevista con DW Gerard Barron, director ejecutivo de The Metals Company de Vancouver, Canadá. La empresa se especializa en la exploración a mediano y largo plazo de los recursos minerales en la zona Clarion-Clipperton. Aunque todavía no se explotan nódulos de manganeso en ningún lugar del mundo, eso podría cambiar pronto.

A una profundidad de miles de metros y con la correspondiente alta presión, el fácil acceso a las materias primas es crucial. Los nódulos de manganeso son especialmente atractivos para la minería, porque se encuentran prácticamente directamente sobre el lecho marino. Podrían extraerse con relativa facilidad, sin romper las rocas ni erosionar el fondo del mar.

Minería automatizada en aguas profundas: peligro para la vida marina

Una especie de enorme aspiradora puede rodar por el fondo del mar para succionar los nódulos, que luego serán llevados a la superficie con una manguera. Pero, junto con los nódulos, también se destruirá la parte viva del lecho marino, explica Matthias Haeckel, científico del Centro Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel. "Eso significa que todos los organismos, así como las bacterias que viven en y sobre el sedimento, así como los nódulos, serán absorbidos por completo", advierte.

Una vez destruidos, "no regresan durante millones de años, porque necesitan el nódulo de manganeso", dice, por su parte, Sabine Gollner, científica principal del Instituto Real de Investigación Marina de los Países Bajos. Una regeneración rápida es imposible, porque un nódulo puede tardar hasta un millón de años en volver a crecer unos milímetros.

Además de la contaminación acústica y lumínica bajo el agua, los científicos y quienes se oponen a la minería en aguas profundas temen que las nubes de sedimentos generadas durante la succión puedan causar un daño enorme a los ecosistemas a cientos de kilómetros de distancia. Esto afecta a diversos tipos de plantas, así como a los animales en las capas medias del agua, y en el caso de los microorganismos, los sedimentos podrían obstruir las vías respiratorias.

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