"Necesitan mejores argumentos para que me calle": Daniel Samper Ospina, víctima de amenazas y acoso en línea

Desde abril de este año, el periodista y columnista de Los Danieles Daniel Samper Ospina ha sido víctima de cientos de mensajes insultantes que contienen un lenguaje despectivo y agresivo, donde se ataca su apariencia física y se le señala sin pruebas de cometer delitos graves, como violación o corrupción. Además, ha recibido dos amenazas directas a través de su cuenta de Instagram y correo electrónico, fechadas el 5 y 24 de mayo, respectivamente.

Uno de los mensajes amenaza con agredir físicamente al periodista por supuestamente difamar al presidente Gustavo Petro con argumentos considerados falsos. En otro, el remitente desea abiertamente la muerte del periodista y sugiere que debería estar encarcelado, utilizando términos despectivos: "Debería estar preso como los uribestias”.

La Fundación para la Libertad de Prensa se manifestó en un comunicado, afirmando que continuos ataques hacia Samper Ospina en los últimos meses constituyen un claro caso de acoso en línea. Además, la FLIP dice que esta forma de violencia afecta profundamente los ámbitos más personales de los periodistas y tiene un impacto directo en su trabajo y su libertad de expresión. En consecuencia, algunos profesionales pueden abstenerse de participar en debates de interés público en el ámbito digital.

Lamentablemente, no es la primera vez que Samper Ospina ha enfrentado amenazas a través de las redes sociales. En 2018, el Juzgado 19 Penal del Circuito de Bogotá condenó a Ariel Ortega Martínez a 76 meses de prisión por el delito de amenazas contra los periodistas Julio César González Quiceno (conocido como Matador), Daniel Samper Ospina y María Antonia García de la Torre. Ortega publicaba mensajes intimidantes en Twitter, y aunque inicialmente fue condenado, posteriormente fue absuelto en una segunda instancia. Según la FLIP, esta última decisión no reconoció plenamente el impacto que los mensajes violentos en línea pueden tener sobre la prensa, porque ignora las dinámicas propias de las interacciones en internet.

La Corte Constitucional ha establecido que la violencia en línea dirigida a los periodistas puede generar daños psicológicos, sufrimiento emocional, afectaciones físicas, aislamiento social, perjuicios económicos, autocensura y restricciones en la movilidad tanto en el mundo digital como en el offline. Además, la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha destacado en repetidas ocasiones que estos actos de violencia contra los periodistas tienen un efecto intimidante y violan el derecho de las víctimas a expresar y difundir sus ideas, opiniones e información.

Ante esta preocupante situación, hacemos un enérgico llamado a la Fiscalía para que investigue diligentemente el origen de estos mensajes amenazantes dirigidos al periodista. La impunidad en casos como este promueve un clima de permisividad frente a estas agresiones, lo cual resulta inaceptable.