"Nos ganaron las ganas del milagro": el teléfono roto que llevó a Petro a trinar, mucho antes de tiempo, la aparición de los niños
9 Junio 2023

"Nos ganaron las ganas del milagro": el teléfono roto que llevó a Petro a trinar, mucho antes de tiempo, la aparición de los niños

Esta es la historia de las versiones encontradas que provocaron la equivocación del presidente Gustavo Petro en un trino desafortunado que hoy se hizo realidad.

Por: Maria F. Fitzgerald

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A las 4:35 de la tarde, del 17 de mayo, el presidente Gustavo Petro trinó victorioso que las Fuerzas Militares, luego de un arduo trabajo, habían encontrado con vida a los cuatro niños que, para ese momento, llevaban 16 días perdidos en la selva del Guaviare, tras un accidente aéreo. 

Los niños, que se presume fueron los únicos en sobrevivir al accidente de la avioneta que cayó mientras se desplazaba desde Araracuara hasta San José del Guaviare, no fueron encontrados en la avioneta cuando esta fue localizada días atrás. 

En ella, sí se encontraron tres cuerpos: el del piloto de la aeronave, el del líder indígena de la OPIAC Hermán Mendoza, y el de la madre de los niños. 

Sin embargo, pasaron los minutos y los niños no aparecieron. Ninguna foto, ningún audio, nada que probara que sobrevivieron. En principio, se culpó a la comunicación: por estos días, en la zona ha llovido mucho y por eso no funciona la señal. Luego, fue la hora: el río no se puede navegar después de las seis de la tarde porque puede ser más peligroso. 

Pero, con las horas, las versiones encontradas aparecieron y al final, ninguna prueba de vida llegó.

Las versiones no concuerdan

De los cuatro niños no quedó ningún rastro en la avioneta. Por eso, la búsqueda arreció: si no estaban allí, podían estar cerca. Las posibilidades de que continuaran vivos implicaron duplicar los esfuerzos tanto de la fuerza pública, como de las autoridades indígenas, que se movilizaron desde el 1 de mayo para buscarlos. 

No fue sencillo: las selvas del Guaviare, en parte amazónicas y con pequeñas zonas de llanura, son densas, tupidas, cubiertas por árboles que alcanzan los 40 metros de altura y llenas de animales salvajes que, por tenerlas como una de las últimas rutas de migración que les quedan, pasan constantemente por ellas. Es una zona inhóspita para el hombre. 

Por eso, cuando corrió el leve rumor de que podrían haber sobrevivido, las autoridades corrieron a intentar confirmarlo. Pero la confusión empezó a reinar. 

Una primera llamada fue el detonante: hacia las 3:30 de esa tarde, una de las representantes del ICBF de Cachiporro, un pueblo pequeño ubicado en Vaupés que queda a cinco horas por río desde San José del Guaviare, recibió información de uno de los soldados que componían el grupo de búsqueda. El soldado, que a su vez era familiar de uno de los hombres fallecidos en la avioneta, había podido confirmar desde su grupo de rescate –conformado por ejército e indígenas–, que los niños habían aparecido. 

De inmediato, uno de los oficiales del ICBF en Florencia se comunicó con uno de los familiares de los cuatro niños para verificar la información. Efectivamente, CAMBIO pudo acceder a la llamada en la que, con un audio entrecortado, uno de los rescatistas informa que sí, que habían encontrado a los niños y que ellos estaban bien. El hombre, ubicado en Florencia y con tono de alegría y alivio, le dijo al rescatista que avisará a los directivos que estaban en Presidencia. 

La llamada voló y llegó hasta oídos del presidente, quien, emocionado, trinó la noticia.

 

Sin pruebas y sin que los niños aparecieran en ningún lugar, el presidente tuvo que borrar el trino e informar que, infortunadamente, la noticia era falsa. Al final, el rescatista tuvo que confesar que no había visto a los niños: “Nos ganaron las ganas del milagro”, aseguró a CAMBIO. Hoy, ese milagro se volvió realidad.

 

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