Lo que gana y lo que pierde el Gobierno con Alexander López presidiendo el Senado

Como corresponde a los acuerdos a los que llegaron al año pasado los partidos de la coalición de Gobierno -hoy desbaratada temporalmente-, el Pacto Histórico tenía que elegir un candidato para reemplazar a Roy Barreras en la presidencia del Senado. El ungido con la bendición del petrismo fue Alexander López Maya, uno de los congresistas más experimentados del petrismo. Su perfil es distinto al de Roy y con su llegada a la cabeza del Congreso el Gobierno tendrá ganancias pero con algunos costos.

Lo que gana el Gobierno con Alexander López presidiendo el Senado

A diferencia de Roy Barreras, Alexander López ha demostrado absoluta lealtad ideológica con el Gobierno y no ha objetado ningún proyecto de ley de iniciativa del Ejecutivo. Tampoco ha criticado a los ministros más petristas, como sí lo hizo Roy con Irene Vélez y Carolina Corcho. De hecho, López criticó a Barreras por sus comentarios en contra de la exministra de Salud.

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"Los ataques infames y odiosos de Roy Barreras contra Carolina Corcho son de fondo un ataque muy peligroso a la posibilidad real de garantizar el derecho a la salud de nuestro pueblo. Doctor Roy, ni arrogante ni ideologizada. Es y será coherente con sus luchas históricas por la vida", dijo Alexander López en febrero pasado.

López ha sido escudero de las reformas sociales e incluso defendió hasta el final buena parte de la controvertida reforma política que se terminó hundiendo. Por ello, el presidente Petro tendrá un aliado fiel en la recta final del actual periodo legislativo, en el que se espera que por lo menos la reforma a la salud y la reforma laboral sean aprobadas y pasen a sanción presidencial.

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"Mi tarea sin descanso es asacar adelante esa reformas por el bien del país", dijo López en la noche de este 9 de mayo.

Aunque no fue planeada, la llegada de López a lo más alto del Congreso representa lo mismo para el Gobierno que el aterrizaje en el equipo de ministros de nombres de la entera confianza del presidente, como Ricardo Bonilla, Guillermo Alfonso Jaramillo y Luis Fernando Velasco. De esta manera, se anulan los riesgos de desobediencia a la agenda legislativa del Ejecutivo en la etapa más crítica del calendario del Congreso. Con David Racero -presidente de la Cámara- Alexander López tendrá la responsabilidad de dirigir desde el atril las ajetreadas plenarias del Senado. Además, tiene la responsabilidad de fijar el orden del día en las sesiones plenarias, lo que en la práctica implica priorizar proyectos.

López, abogado y por años líder sindical, lleva más de 20 años en el Congreso, por lo que sus conocimientos en política menuda dentro del Capitolio no son escasos. Ese fue uno de los factores determinantes para su elección dentro del petrismo como el reemplazo de Roy, por encima de otros nombres como el de María José Pizarro, Gloria Flórez y Aida Avella. 

El costo que debe asumir

A pesar de su experiencia y afinidad ideológica con el Gobierno, López tiene un punto débil y es que para las bancadas de otros partidos de centro y derecha tiene posturas radicales que no dan garantía de diálogo y concertación. Esta desconfianza proviene de fuerzas como una parte del Partido Verde, el Partido Liberal, los conservadores y el Partido de La U.

A diferencia de Roy Barreras, que tenía enlace directo con practicamente todos los partidos con representación en el Congreso, a López le tocará construirlos en algunos casos desde cero y en tiempo récord. Se espera que asuma la presidencia del Senado a finales de mayo y estaría allí por lo menos durante un mes, con posibilidad de alargue si el presidente se decide por convocar a sesiones extraordinarias.

López también queda inhabilitado para ocupar la vicepresidencia del Senado en la próxima legislatura como se había pactado hace un año, por lo que el Pacto Histórico tendrá que elegir otro nombre para que haga llave con Angélica Lozano, por ahora la opción más probable para asumir la presidencia del Congreso el 20 de julio.