¿Por qué los Char siguen ganando a pesar de todos los escándalos?

Álex Char.

Crédito: Colprensa

10 Septiembre 2023 03:09 am

¿Por qué los Char siguen ganando a pesar de todos los escándalos?

Sin que pesen los escándalos y líos recientes que lo tocan a él mismo y a su círculo cercano, como la captura de su hermano Arturo, todo parece indicar que Alex Char será elegido de manera arrolladora otra vez como alcalde de Barranquilla. ¿Qué lo sostiene como favorito e indestronable?

Por: Rainiero Patiño M.

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Una valla gigante acapara la atención sobre la carrera 59, en una zona congestionada del norte de Barranquilla. La pieza gráfica dispuesta en forma vertical y en suaves tonos rosado y azul está coronada por el logo del partido Cambio Radical, pequeño, casi que ilegible. Un poco más abajo, Alejandro Char Chaljub, luce una de sus habituales cachuchas. Luego solo dos palabras: “Alex alcalde”.

El conjunto minimalista parecería un detalle menor o un tema para expertos en comunicaciones. Pero ha dado, incluso, para el debate entre quienes defienden su “frescura” y quienes afirman que el candidato evitó incluir su apellido. A unos centímetros de las palabras, una señal de tránsito que indica la prohibición de doblar a la izquierda, completa el cuadro, como una coincidencia amañada. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que dicha valla resume con exactitud lo que ha sido esta carrera electoral por la Alcaldía de la capital del departamento del Atlántico: un debate político casi mudo, con un solo protagonista y su sonrisa forzada, un candidato sin contrincantes, quien parece tener más preocupaciones por los líos y denuncias contra su familia y contra él mismo, que por la campaña. En pocas palabras, si nada extraordinario pasa, Alex Char será por tercera vez alcalde y su grupo político tendrá un quinto periodo al mando; eso sí, el grueso ‘teflón’ que lo protegió durante sus dos primeros mandatos, cada vez parece más delgado. 

“Barranquilla está al final de la era denominada roban pero hacen”, para entrar a una nueva que se debe llamar  “se hace y no se roba”.

Las cifras de Alex para llegar nuevamente al despacho del Paseo de Bolívar son arrasadoras. Según la encuesta más reciente publicada por la firma Datanalisis –que es reconocida en la ciudad como cercana a la familia Char–, el candidato avalado por el Partido Cambio Radical tiene una intención de voto del 83,4 por ciento. Lo sigue, muchos números abajo, el actual concejal y nuevamente aspirante Antonio Bohórquez, representante del Pacto Histórico. 

Otra encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC), también publicada hace unos días, ubica a Char en el primer lugar con el 68 por ciento de la intención de voto y a Bohórquez con el 7 por ciento. En el tercer lugar, con el 3 por ciento, está Marco Orozco, un emprendedor de los medios alternativos y activista social. En el cuarto, con el 2 por ciento, Luis Enrique Guzmán Chams, un desconocido en la arena política que ganó popularidad después de declarar públicamente que pagó coimas por más de 2.900 millones de pesos a dos personas cercanas a Alex Char, para quedarse con el contrato de construcción de un megatanque de agua en el sur de la ciudad. La lista la completan Hassam Fares Hachem, Harry Alberto Silva, Rigail Dibardo Romero y Ronald José Valdez. El voto en blanco marcó el 2 por ciento y los indecisos sumaron el 11 por ciento. 

"Es importante la figura misma de Alex, visto como un líder carismático, a quien la crítica no suele afectarle en el nivel que se espera sino que, por el contrario, pareciera que en ocasiones fortalecen el grupo de seguidores de base que tiene".

De ese modo, todo parece tranquilo y de mero trámite para la campaña de Char. Sin embargo, este jueves, mientras la mayoría del país tenía la atención puesta en el primer juego de la nueva ronda mundialista de la Selección Colombia de fútbol, y luego de bajar de un avión privado, Arturo Char, hermano de Alex y exsenador, fue capturado por las autoridades en el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz. Esto en respuesta a una orden dictada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que lo señala como responsable de los posibles delitos de concierto para delinquir y corrupción grave al sufragante, dentro del proceso iniciado por el denominado caso Casa Blanca, protagonizado por la excongresista Aida Merlano. 

Sobre ese tema, el equipo de prensa de Alex Char le dijo a CAMBIO que la única respuesta u opinión relacionada con su hermano es la que el candidato publicó a través de sus redes sociales. “Confío plenamente en la inocencia de mi hermano, en nuestra familia siempre hemos sido respetuosos de las decisiones judiciales y estoy seguro que con el equipo de abogados se presentarán todas las pruebas necesarias y contundentes que aclararán esta situación. Aquí no hay ninguna sentencia, el proceso aún continúa en fase de investigación”, se puede leer en su cuenta de Twitter.

Cambio Colombia

Otros, como el abogado Miguel Ángel del Río, representante de Aida Merlano, creen que, por el contrario, se acabó el tiempo del silencio en ese caso. Del Río le dijo a CAMBIO que la captura de Arturo puede entenderse como “el comienzo del desmoronamiento del Clan Char”, o “la pérdida del mito de los intocables”. Y que “solo es cuestión de meses o de máximo un año para que le ocurra lo mismo a Alejandro”. En sus palabras, “Arturo solo fue el intermediario de Alex y Julio Gerlein”.

“Ahora están haciendo circular la versión de que, supuestamente, la izquierda quiere usar este momento para presionar a Alejandro Char a que renuncie a su candidatura, cosa que es ridícula, porque el delito de sangre no existe en la derecha, ni en la izquierda. El señalamiento hacia él es porque está directamente implicado. Incluso el auto de la Corte habla de una organización delictiva y señala que los miembros de esta organización son Alejandro Char, Julio Gerlein y Lilibeth Llinás, entre otros”, dice Del Río.

Para el abogado, la única explicación para que hasta ahora no haya sido tomada ninguna decisión judicial en contra de Alex Char se debe a que “la Fiscalía General de la Nación no avanza en la investigación”.  

Sin competencia

En medio del maremoto que revuelve la política nacional y local, la pregunta que muchos se hacen es cómo después de los sucesivos escándalos y líos políticos de posible corrupción que han salpicado a la familia Char, a algunos de sus principales aliados y al propio Alex, este último sigue siendo el favorito y virtual ganador, otra vez, de la Alcaldía de Barranquilla.

La respuesta al interrogante tiene varias aristas, según Ángel Tuirán, analista político e investigador de la Universidad del Norte. Una de esas es que en la ciudad no hay otro proyecto político que logre apoyos amplios, en cierta medida porque ni los movimientos de centro ni de izquierda (agrupados en los partidos que conforman el Pacto Histórico) se han podido consolidar con un nombre o una candidatura que signifique una disputa, en términos electorales, a la casa Char. Lo que lleva a que una candidatura que ya se conoce y tiene aceptación en la sociedad barranquillera, como es la de Alex Char, se enfrente a nombres que generan incertidumbre.  

Para Tuirán, además, la casa Char ha logrado sumar apoyos de importantes sectores económicos y políticos; ofrece un statu quo que favorece un estado de cosas donde muchos se benefician; y tiene grandes obras de infraestructura que se han venido realizando con inversión pública. Eso sí, sin desconocer el surgimiento de fuertes cuestionamientos, sobre todo en la actual administración, a cargo de Jaime Pumarejo, que tienen que ver con la concentración de la contratación pública en tres o cuatro contratistas; con obras de infraestructura como la Avenida Circunvalar, que lleva aproximadamente cuatro años de retraso; con el manejo de la problemática de inseguridad y del alto endeudamiento del Distrito, que, según varias agremiaciones sindicales locales, tiene en riesgo el pago de salarios a trabajadores oficiales. Por último, el analista cree que también es importante la figura misma de Alex, visto como un líder carismático, a quien la crítica no suele afectarle en el nivel que se espera sino que, por el contrario, pareciera que en ocasiones fortalece el grupo de seguidores de base que tiene.

Para Tatiana Velásquez, quien se ha dedicado en los últimos años a investigar sobre el poder político local en Cartagena y Barranquilla, más allá de los elementos planteados por Tuirán, incide el hecho de que Alex Char y su movimiento cuenten con “buena prensa” y “aceptación según las recientes encuestas, tanto de intención de voto como de imagen pública; y, por supuesto, la falta de opciones que le hagan real contrapeso”.

Un hecho determinante para la buena imagen del grupo político, más allá de las obras palpables, es su estrecha relación con los grandes medios de la ciudad y del país, si se tiene en cuenta que los Char son dueños del Grupo Radial Olímpica y que Jaime Pumarejo es accionista del diario El Heraldo. Además, ha tenido mucho efecto la alta inversión en pauta publicitaria a nivel local y nacional. Según las investigaciones de la misma Velásquez, la Alcaldía de Barranquilla, por ejemplo, gastó solo entre enero de 2020 y septiembre de 2022, la suma de 94.637 millones de pesos en publicidad oficial, esto es, 13.000 millones de pesos más que la Alcaldía de Bogotá durante el mismo periodo.

La investigadora también señala que con el triunfo, el año pasado, del Pacto Histórico en las presidenciales, se crearon expectativas en el plano local, porque en ese momento se llegó a hablar de la posibilidad de que Armando Benedetti fuera candidato a la Alcaldía. Y si eso se concretaba, podía haber competencia, cosa que nunca ocurrió, debido a los escándalos que lo rodearon.

“Además es un personaje (Alex Char) complejo de leer, porque, si bien desde Bogotá muchas veces no se entiende por qué genera tantos aplausos, al hablar con mucha gente en la calle se comprueba que hay muchos que genuinamente creen en ese proyecto político. No es cierta esa mirada de que todos los votos son comprados, ni que son resultado de la maquinaria bien aceitada, que existe y pone un gran porcentaje de los votantes, pero no es toda la realidad”, explica Velásquez.

Prohibido girar

El actual puede definirse como uno de los peores momentos políticos para la casa Char porque, más allá de que Alex tenga el triunfo casi asegurado, los sucesivos escándalos han terminado por minar su credibilidad en una parte de la ciudadanía, que los ve o los veía como líderes de un modelo administrativo digno de seguir. Es que su elección en 2008, por primera vez como alcalde de Barranquilla, llegó para romper con una serie de mandatos de sectores políticos de la izquierda que tuvieron muchos desaciertos y cuyas cabezas terminaron no solo cuestionados sino también algunos privados de la libertad y condenados.

Ese momento de gobierno de la izquierda, bajo el denominado Movimiento Ciudadano, que tuvo como protagonistas principales al padre Bernardo Hoyos Montoya (alcalde en los periodos 1992 – 1994 y 1998 – 2000) y a su pupilo Guillermo Hoenisgberg (2004 – 2007) no es recordado con buenos ojos por los barranquilleros. Más allá del intento del rescate de la organización de la administración, estos no pudieron brindar soluciones eficientes a problemas graves como la prestación de servicios públicos y el desarrollo de infraestructura que impactara de forma positiva en la ciudadanía.

Estas alcaldías deficientes permitieron la victoria de Alejandro Char, con el respaldo de su padre, el también exsenador Fuad Char Abdala, y sus aliados políticos. El entonces joven maravilla de la familia llegó como posible antídoto a todos los males heredados por la izquierda, con un discurso enfocado en la creación de nuevos impuestos para invertir. Empezó a hablar de canalización de arroyos, de pavimentación, de recuperar el sentido de pertenencia y el orgullo por la ciudad, y de la intervención del espacio público. Ese discurso fue seguido, con su bendición, por Elsa Noguera, quien le hizo el relevo en el cargo. Después vino un segundo periodo de Alejandro, y le entregó la posta a Jaime Pumarejo, el actual alcalde. 

Nueva realidad

Hoy la diferencia es que, más allá de la imagen de ser un grupo que cumple y entrega obras, la familia Char ya arrastra duros cuestionamientos por temas álgidos, como la concentración de la contratación de millonarias obras, el supuesto cobro de coimas a contratistas y señalamientos de corrupción electoral, lo que para muchos, en buena parte, le terminó costando al propio Alejandro su aspiración de convertirse en candidato a la Presidencia de Colombia en las pasadas elecciones nacionales, en las que solo pudo sumar algo más de 700.000 votos dentro de la consulta del denominado Equipo Colombia, en el que fue derrotado por Federico Gutiérrez, quien prácticamente lo triplicó.

Si usamos un lugar común o una frase de cajón para tratar de explicar lo que se vive en el ambiente político de Barranquilla, podríamos decir que “la ciudad está en tensa calma”. Y de pronto nos quedamos cortos.

Por ejemplo, la semana también trajo sorpresas para Marco Orozco, el candidato independiente que empezaba a sorprender en las encuestas, cuando la Registraduría Nacional le notificó que más del 50 por ciento de las 95.000 firmas presentadas para avalar su candidatura, fueron rechazadas. Curiosamente, el anuncio le llegó casi que sin tiempo para apelar y a cinco días de la elaboración del tarjetón oficial.  

En respuesta, Orozco le dijo a CAMBIO que en la ciudad existe un panorama bastante difícil para hacer política independiente; y que hay dos candidatos presupuestados, uno como alcalde y otro que aspira a quedar de segundo para así llegar al Concejo, gracias al poder de las maquinarias que poseen. Sin embargo,  agregó que “Barranquilla está al final de la era denominada roban pero hacen”, para entrar a una nueva que se debe llamar  “se hace y no se roba”. Hipótesis que parece no importarle a la gran mayoría de votantes locales, que, según las encuestas y como en el mensaje de la gigantesca valla, solo se limitan a decir “Alex alcalde”.

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