Atacar con misiles: la nueva estrategia de las disidencias de las Farc

El viernes 7 de junio, una volqueta cargada con un dispositivo para el lanzamiento de misiles artesanales se ubicó a dos cuadras del Comando de Policía de Popayán y a pocos metros del aeropuerto Guillermo León Valencia.

La incursión armada generó temor entre los uniformados, que veían volar sobre sus cabezas los artefactos explosivos que dejaron a dos uniformados heridos y causaron varios daños estructurales.

La acción terrorista fue ejecutada por los integrantes del frente, Jaime Martínez, de las disidencias de las Farc, con injerencia en la región. En las últimas semanas, este grupo ha realizado varias acciones armadas para afectar las instalaciones de la fuerza pública.

La estrategia de lanzar misiles ya había sido usada el viernes 31 de mayo cerca de la base Aérea de Apiay, Meta. Ese día, el atentado fue frustrado por uniformados del Ejército y la Fuerza Aérea, que ubicaron un camión que transportaba un moderno sistema para lanzar seis misiles, los cuales fueron detonados de forma controlada.

Ataque con artefactos artesanales

A finales de 2023 y las primeras dos semanas de 2024, en un campamento en zona rural de Miraflores, Guaviare, se realizó una capacitación a un grupo de 50 guerrilleros para aprender a construir cohetes artesanales y la instalación de mecanismos para su lanzamiento desde rampas.

La idea, según el testimonio de un desmovilizado, es contrarrestar el uso de explosivos a los obuses que usan las Fuerzas Militares para atacar los campamentos guerrilleros sin afectar a la población civil.

“Los grupos residuales en su estrategia delictiva y en el contexto de las nuevas dinámicas del conflicto vienen haciendo uso de nuevas tecnologías, mediante el acondicionamiento de misiles artesanales con el objetivo de neutralizar las operaciones militares ofensivas por parte de la fuerza pública, como respuesta a la suspensión del cese al fuego”, afirmó un alto oficial que pidió la reserva de su nombre.

Cohetes 

Según el testimonio del desmovilizado que participó en la capacitación, los cohetes artesanales tienen un tubo de lanzamiento en PVC, provisto de tres aletas plegables elaboradas en lámina de hierro de dos milímetros, con resortes que las despliegan al salir del tubo cañón.

“Para el impacto cuentan con una ojiva fabricada en fibra de vidrio, con un hueco central donde se acopla la espoleta de impacto, de la cual se extiende el cordón detonante a lo largo del explosivo. Esta provisionada con un seguro, que funciona con un alambre que atraviesa la ojiva a la altura de la espoleta, fabricada en aluminio y una tobera en acero”, explicó el desmovilizado.

Los artefactos artesanales –agregó– son instalados sobre un vehículo dispuesto a diferentes ángulos de inclinación; por ejemplo, un camión de ocho toneladas tendría capacidad para accionar 100 cohetes de manera simultánea o escalonada. Esto con el fin de utilizarse en contra de instalaciones militares o infraestructura de orden estratégico tanto urbano como rural.

Esta estrategia fue identificada en la siguiente interceptación, en la cual un cabecilla de las disidencias le ordenaba a un grupo especial realizar un atentado: “Llevar a cabo una acción de este tipo en una de las grandes ciudades contra una base enemiga importante traería como resultado mostrar la capacidad combativa nuestra, demostrar la vulnerabilidad del mando y las posiciones enemigas, y la necesidad por parte del enemigo de reforzar posiciones en las ciudades”

Lanzacohetes 

En las operaciones realizadas en varios campamentos en el Cauca, han identificado los lanzadores artesanales que funcionan como un cañón: tubos de PVC de 140 centímetros de largo y 80 milímetros de diámetro, recubiertos de propileno.

“Las cargas son recubiertas con TNT, que es derretido en hornos a altas temperaturas, para luego colocarles granadas, a los cuales les quitan la parte delantera para ser impulsadas por una mezcla de metralla, cal y urea”, afirmó un uniformado de inteligencia.

Los investigadores también han identificado en varios campamentos la presencia de elementos como cobre, anfo, pentonita y macetas, usados para construir los misiles.

“La carga artesanal tiene la característica de explotar cuando llega a más de 1.000 pies. En los últimos meses, ha sido perfeccionada por la guerrilla”, afirmó el militar.