El Ejército reclutó menos de la mitad de los soldados que esperaba

El Comando de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército realizó el cierre de incorporación del último contingente del año con apenas 7.300 nuevos soldados de servicio militar obligatorio, apenas el 43 por ciento de lo que se esperaba.

El asunto no sería tan preocupante para la división de Reclutamiento si no fuera porque la resolución T-455 de 2014, emitida por la Corte Constitucional,  prohibió las denominadas “batidas”,  que eran utilizadas por el Ejército para reclutar a la fuerza a los populares "remisos" entre quienes no hubieran solucionado su situación militar.

“Las atribuciones que le fijan la Ley 48 a las Fuerzas Militares no pueden ser entendidas en el sentido que otorga competencia a las autoridades militares para realizar batidas indiscriminadas con el fin de identificar a los remisos y luego conducirlos a los lugares de concentración, pues esa práctica implicaría incurrir en detenciones arbitrarias prohibidas por el artículo 28 constitucional", señala el fallo.

El documento aclara que las personas que no han definido su situación militar solamente pueden ser detenidas “por un tiempo corto determinado”, mientras se define su situación, previo cumplimiento de todos los requisitos que fija la ley, incluida una citación a las instalaciones militares.

Estas personas tampoco pueden ser llevadas a distritos militares, ni permanecer detenidas por largos periodos ni ser obligados a someterse a que se practiquen los exámenes para su ingreso a las Fuerzas Militares.

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Así, cumplir con la cuota de reclutamiento se ha vuelto más difícil. A pesar de que algunos padres de familia han denunciado batidas en algunas ciudades, el Ejército se cuida cada vez más de ser denunciado por este tipo de denuncias. "Simplemente el Ejército no puede obligar a un ciudadano a prestar servicio militar. Las batidas están prohibidas por la Corte Constitucional", dijo el abogado penalista Henry Acosta.

El analista militar Andrés Saldarriaga advierte que, en estas circunstancias, los jóvenes que se presentan a la convocatoria del servicio militar suelen ser solo los de escasos recursos, que no tienen posibilidades de continuar sus estudios.

Pero incluso ellos podrían optar por no prestar servicio militar. La Ley de Orden Público –recientemente actualizada para que el Estado pueda llevar a cabo el proyecto de Paz Total– contempla la posibilidad a los bachilleres de prestar, no un servicio militar, sino un servicio social.

Saldarriaga afirmó que este decrecimiento en la incorporación se verá reflejado en una disminución del 40 por ciento del pie de fuerza, en especial del Ejército, en un momento en el que los grupos ilegales hacen y deshacen con la seguridad del país.

“El Ejército dice que no hay recursos para mantener una fuerza tan grande como la que hay ahora si no existiera el servicio militar obligatorio. Entonces hay que pensar que, si se elimina el servicio militar, eso implicaría tener una fuerza más pequeña, únicamente de soldados profesionales, y quizá esto para el conflicto colombiano no sea tan efectivo”.

El profesor universitario Ernesto González, por su parte, argumentó que la idea de profesionalizar el Ejército haría más atractivo ingresar a las Fuerzas Militares.

Mientras tanto, la reducción de las incorporaciones ha generado la reacción de la cúpula militar. "La disminución impacta en el pie de fuerza, porque se van a debilitar algunas zonas del país, y los soldados profesionales van a tener que cubrir tareas que no son de su esfera, como la erradicación manual y ciertas labores de vigilancia –le dijo a CAMBIO un alto oficial de Reclutamiento–. Por eso, la cúpula ha pedido una reunión con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y con el presidente, Gustavo Petro, para hablar del tema, un encuentro que se espera que suceda la próxima semana.