¿Qué vendrá del estallido social?
18 Febrero 2022

¿Qué vendrá del estallido social?

Un manifestante en las calles de Bogotá durante el Paro Nacional de 2021.

Crédito: Mariano Vimos/Colprensa

Cuando se acerca cada vez más la elección presidencial, el Comité Nacional del Paro anuncia nuevas fechas de protesta. Con todos los ojos puestos en las elecciones, ¿es posible que el movimiento social sea escuchado?

Por: Maria F. Fitzgerald

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Ahora que las elecciones presidenciales están cada vez más cerca, el Comité Nacional del Paro hizo un nuevo llamado a cuatro manifestaciones en los meses que vienen. Una de ellas, que apunta a ser la que convoque a mayor cantidad de personas, es la del próximo 28 de abril, que conmemorará el aniversario del Paro Nacional.

Estas protestas, además de conmemorar las fechas, buscan también manifestarse en contra de las políticas económicas de la administración de Iván Duque. Sin embargo, cuando todas las miradas están puestas en los debates y la carrera electoral para escoger al nuevo presidente de la república, ¿es factible que estas protestas tengan el impacto que buscan? 

Luego del estallido social que se vivió el año pasado, muchas de las motivaciones que sacaron a los protestantes a las calles siguieron vigentes. Las protestas y la lista de demandas, que cada vez se hacía más grande, terminaron por convertirse en un escenario de represión estatal y de protagonistas dispersos que no encontraron representación clara. A pesar de que el Comité Nacional de Paro asumió la vocería en diversas ocasiones, muchas de las personas que salieron a las calles aseguraron que no se sentían representadas. Por ello, hoy, las preguntas son si ese mismo Comité podrá, finalmente, encontrar oídos atentos a sus demandas cuando la atención está puesta en otro lugar y qué tanto influirá en las elecciones que vendrán. 

Manifestante con respirador
Crédito: Colprensa

Sandra Borda, autora del libro Parar para avanzar, profesora asociada del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes y ahora candidata al Senado por el Nuevo Liberalismo piensa que sí. Ella considera que a pesar de que estamos en un momento difícil para impactar con el movimiento social, dado que la concentración más amplia de personas está centrada en lograr cambios con el voto, es posible pensar que unas movilizaciones bien encaminadas puedan volver a marcar la pauta: “esta es una forma para las organizaciones sociales de establecer agenda y de llamar la atención sobre los temas que quieren promover para que sean tenidos en cuenta durante la agenda electoral”, asegura. 

“Es obvio que hay un interés político aquí, porque el movimiento social tiene un interés político. Sin embargo, ese interés no es necesariamente electoral”, asegura Mauricio Archila, historiador e investigador del movimiento social en Colombia. Para él, las personas que deciden seguir saliendo a las calles lo hacen porque no están siendo representadas por el Gobierno actual. Es por ello que continúan buscando influir en la vida política. 

Además, Archila explica que por supuesto hay ciertos candidatos que representan mejor los intereses de quienes protestan. Sin embargo, dentro del movimiento social hay una división política que no permitiría una homogeneidad a la hora de impulsar específicamente la candidatura de uno solo de los precandidatos: “Francia Márquez, por ejemplo, sería la representante más cercana de los intereses del Paro. Sin embargo, a las calles salieron personas de todas las tendencias políticas. Me atrevería a decir que incluso personas afiliadas al partido de Gobierno”. Por eso, para Archila, no es posible pensar que las marchas que vendrán se propongan influir en las elecciones, pues su motivación obedece a peticiones que vienen de tiempo atrás.

Por su parte, Juan Ricardo Aparicio, doctor en antropología y profesor de teoría crítica en ciencias sociales, considera que las movilizaciones sí pueden impactar las elecciones. Y agrega que “ninguna decisión debe tomarse sin la participación del movimiento social”, pues la idea es la de ampliar la democracia. No son decisiones que se puedan tomar únicamente entre dirigentes, dice. Los implicados e implicadas deben estar incluidos”. 

Sin embargo, quienes estuvieron en las calles acompañando las protestas del Paro Nacional no se sienten tan optimistas. Los Escudos Azules, uno de los grupos más fuertes de la Primera Línea de Bogotá, piensan que a pesar de que ellos continuarán acudiendo a las manifestaciones, saben que estarán solos: “pese a que sabemos que este país es combativo y que ha aumentado mucho el movimiento social de los barrios, sabemos que de aquí hasta marzo seguramente seremos los mismos pelados arriesgándonos día a día sin ningún tipo de garantías en los puntos de resistencia”. 

Manifestante paro nacional
Crédito: Colprensa

Para ellos, la violenta represión que vino por parte del Estado terminó por minar el movimiento social y, por eso mismo, muy pocas personas continuaron saliendo a las calles. Pero, además, piensan que es obvio que la protesta será recibida con mucha más violencia estatal. Y es que de acuerdo con las cifras dadas por la ONG Temblores, entre abril y junio de 2021 se registraron 4.285 casos de violencia policial dentro de los que hubo 1.468 casos de violencia física, 2.832 detenciones arbitrarias, 81 mutilaciones oculares, 28 casos de violencia sexual y 43 homicidios en los que el presunto agresor fue un miembro de la Policía Nacional. 

“Nosotros tenemos claro que lo que vendrá será peor porque así como no daremos nuestro brazo a torcer, ellos tampoco lo harán. Mucho menos ahora que saben que están perdiendo el poder y, por eso mismo, morderán más fuerte”, aseguran miembros de los Escudos Azules. A ese miedo a la represión física, ellos suman otro y es el miedo a la judicialización que “les respira ahora en la nuca”. 

Para Juan Ricardo Aparicio, el Gobierno ha atentado contra “la democracia viva y amplia”. Por ello, mantener la protesta es esencial para preservar esa democracia: “yo soy pesimista, pues noto que el actual gobierno cercenó violentamente esa democracia y la alejó para reducirla y minimizarla. Espero que ese gobierno que venga sea capaz de tener una visión amplia que incluya a estas voces que se manifestaron con tanta fuerza”. 

Sandra Borda considera que “las reglas del juego de la protesta están claras, pero la manera en que el Gobierno la trató fue criminal y, por lo contrario, la forma en que pretenderán recuperar a sus bases electorales será causando incluso mucha más represión”. Ella agrega que para convencer a quienes todavía creen que son buenos gobernantes aplicarán la fuerza, y no sería sorprendente que las próximas protestas arrastren mucha más violencia. 

Esmad protesta
Crédito: Colprensa

Archila considera que, posiblemente, si el Gobierno electo está más alineado con las demandas del Paro Nacional, exista un receso en esas demandas mientras se activa el cambio político: “sin embargo, si la tendencia sigue estando a favor de que suba (a la presidencia) la extrema derecha, es posible que el resultado sea muy similar al que hemos visto hasta ahora, cargado de represión y violencia. No importa si la Policía cambió su uniforme, la violencia que hemos visto puede endurecerse, incluso más ahora que existe la ley de seguridad ciudadana, que parece diseñada para atacar la protesta”. 

Los Escudos Azules insisten en que ahora, más que nunca, es válido protestar. Ellos esperan que sus voces sean escuchadas pues consideran que el Gobierno de Iván Duque hizo oídos sordos a sus peticiones y esperan que quien llegue empiece a escucharlos desde ahora: “este es el momento más importante para continuar sintiéndonos indignados. Es ahorita cuando más fuerza debemos tener. Y así lo haremos”. 

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