El distanciamiento social de 2020 está disminuyendo la inmunidad contra virus en niños y bebés
3 Noviembre 2022

El distanciamiento social de 2020 está disminuyendo la inmunidad contra virus en niños y bebés

¿Usted o niños que conoce han experimentado gripas con frecuencia en las últimas semanas? Es probable que sí y la severidad de los síntomas por la infección están relacionados con las cuarentenas de 2020 por la pandemia del covid-19.

Por: Lina María Cuitiva

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Un sorpresivo aumento de casos de infecciones respiratorias agudas tiene intranquilos a los médicos de los hospitales de Estados Unidos.

Las unidades pediátricas de cuidados intensivos intermedios e intensivos están abarrotadas de niños y bebés que luchan por respirar y necesitan urgentemente de oxígeno.

La alarmante escena recuerda los momentos más crudos de la pandemia del covid-19, cuando las UCI se convirtieron en un bien escaso y determinante para la esperanza de vida de un contagiado.

El causante de la crisis sanitaria que se empieza a extender es el virus sincital respiratorio (o RSV por su signa en inglés), un agente estacional que suele proliferarse en invierno y que, generalmente, solo causa afectaciones moderadas parecidas a una gripa.

Médicos en Texas, Illinois y otros estados de la unión americana alertan que lo moderado escaló a grave a tal punto de originar bronquiolitis y neumonía en bebés. 

Uno de cada 500 bebés en Estados Unidos está necesitando hospitalización por VRS, según un informe del New York Times.

¿Cuáles son los síntomas del VRS?

• Congestión nasal.
• Poco apetito.
• Tos.
• Estornudos.
• Fiebre.
• Sibilancias (sonidos silbantes al respirar).

¿Qué tiene que ver el distanciamiento social por la pandemia?

Si bien no es inusual el registro de casos de contagio por el virus sincital respiratorio, lo que extraña es la época del año (verano y otoño) en la que se presenta.

La doctora Kathleen Neuzil, del Centro de Desarrollo de Vacunas y Salud Global, sospecha que la culpa de la propagación la tiene el virus del covid-19.

La experta plantea que, debido a las cuarentenas, aislamientos prolongados y uso frecuente de tapabocas, entre otras medidas impuestas en la mayoría del mundo entre 2020 y 2021, los virus estacionales simplemente dejaron de pasearse masivamente, por meses, en lugares como salones de clase y buses públicos.

Las personas con sistemas inmunitarios sanos suelen sufrir solo síntomas leves similares a los del resfriado.

Al recobrar la presencialidad, los agentes virales volvieron a circular, pero en temporadas diferentes a las acostumbradas (invierno) porque ahora las personas, especialmente los niños, son más vulnerables a las infecciones después de casi dos años sin contagiarse. 

El fenómeno puede entenderse como una falta de memoria del sistema inmunitario en los niños. Sus cuerpos no reconocen los microorganismos, como el VRS, y a estos les es más fácil atacarlos. 

Es decir, el distanciamiento social, que ayudó, en parte, a prevenir contagios de covid-19, tiene consecuencias en 2022 e influyó con la disminución de la inmunidad que los niños tienen para enfrentarse con virus, incluso los que se suponen son “leves”. 

¿Y en Colombia?

Según el más reciente boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud, en octubre la mayor cantidad de consultas externas, urgencias, hospitalizaciones e ingresos a UCI por infecciones respiratorias agudas graves fue para atender niños de 2 a 4 años.

En la última semana murieron 14 menores de 5 años por problemas asociados a la respiración. Ya van más de 378 decesos en lo que va del año. 

La aparente disminución de inmunidad contra los virus se mezcla con los virus propios de la temporada de lluvias como la influenza y el rinovirus. El agravante en el país es que el periodo invernal este año se ha extendido por casi siete meses continuos. 


Actualmente dos laboratorios farmacéuticos están trabajando para comercializar tratamientos contra el VSR: Pfizer con una vacuna aplicable a bebés de 90 días de nacidos y AstraZeneca una inyección de anticuerpos para recién nacidos. Cualquiera de los dos podría ser aprobado por la FDA a finales de 2022. 

Mientras tanto, las medidas de protección recaen en el lavado de manos, adecuada higienización de objetos de uso común y tapabocas para los infectados. 

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