JuanDa: hablar de suicidio con 18 millones de seguidores
31 Octubre 2022 11:10 am

JuanDa: hablar de suicidio con 18 millones de seguidores

Tras ocho meses de ausencia, JuanDa regresó esta semana a redes con una transmisión en la que habló de un intento de suicidio que lo llevó a buscar tratamiento. Así es hablar de salud mental en la era digital.

Por: Tatiana Jaramillo

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“Ola, ¿alguien se acuerda de mí?”, después de 32 semanas de silencio una nueva publicación apareció en el perfil de Instagram de JuanDa. De sus 4.6 millones de seguidores, 2.8 le dieron like a la serie de fotografías que anunciaba una transmisión que prometía explicar su larga ausencia. A las 10:00 p.m, dos horas después de la hora planeada, inició el Live y más de medio millón de personas se conectaron inmediatamente.

La primera imagen es la de una persona con un disfraz y una cartelera pidiendo donaciones. Meses atrás esa misma imagen sirvió para estafar a cientos de personas que creyeron que JuanDa les pedía ayuda para superar “un momento difícil”. Esta vez sí era él. Se quita la máscara y aparece Juan David. Hace un par de chistes sobre la estafa a su nombre y habla de algunas teorías sobre su ausencia. Se ríe, pero se notan los nervios. Después de dar vueltas, finalmente toma la cámara: “Estamos solos, como en los viejos tiempos” dice, “no puedo creer que esté aquí”.

JuanDa

A sus 23 años, Juan David Morales tiene una de las cuentas de TikTok más influyentes de América Latina. Entre videos de parodias de situaciones cotidianas e historias de su vida sus 18 millones de seguidores encuentran autenticidad en un joven que empezó haciendo contenido por diversión y mantuvo sus formatos a través del tiempo. No tiene mánager, hace poca publicidad y lo primero que hizo cuando alcanzó estabilidad económica fue comprar un apartamento en Soacha porque nunca había vivido en casa propia. 

Sus seguidores lo han visto crecer mientras crecen ellos mismos. Cada paso en la vida de JuanDa ha sido celebrado en su momento en redes: su primera casa, su relación amorosa, la adopción de su perrita. “Para mí JuanDa no es un influencer, es un amigo” dice uno de los comentarios con más likes en uno de sus videos. Y así lo entienden cientos de sus seguidores aunque nunca hayan tenido interacción con él, porque por seis años ha documentado fragmentos de su vida en stories de 30 segundos o en TikToks de 60. 

JuanDa
"Yo acababa de salir del psiquiátrico y vi a alguien repartiendo Nucitas" cuenta Juan David en su Live "de repente veo que tiene una cámara y grabó todo. Después vi que publicó el video como si fuéramos mejores amigos".

“Me quería morir y no era meme”

“Desde que yo era muy chiquito siempre he tenido el plan de suicidarme, de matarme”, Juan David se ríe pero se le entrecorta la voz. Por un momento se aleja de la cámara y vuelve peleando con las lágrimas: “Me quería morir y no era meme”. 

El 22 de abril de este año, Juan David tomó la decisión de acabar con su vida. “Me miré al espejo, me odié y dije: hoy es el día”. “Me empecé a hacer daño, me sentía muy mal, empecé pegándome, después me empecé a cortar” dice antes de interrumpir nerviosamente el relato con un chiste y luego con otro antes de volver a la escena: “Estaba feliz de morirme, casi desmayado y  feliz porque no estaba sintiendo la tristeza que sentía todos los días”. La historia contrasta con el resto de su contenido y deja ver que detrás de las risas siempre ha estado un joven que lucha a diario contra sí mismo. Como miles en el país.

Memes
Cientos de memes y stickers con chistes sobre suicidio y salud mental se comparten con naturalidad en las diferentes redes a diario. 

 En lo corrido de este año en Colombia, 28.769 personas han intentado acabar con su vida según cifras del Instituto Nacional de Salud. Para ese mismo periodo, Medicina Legal reporta 1.860 suicidios, 136 de ellos de jóvenes entre los 15 y 17 años; 73 de menores entre 10 y 14 años;  2 de niños entre 5 y 9 años. Uno de los principales detonantes es el maltrato físico, psicológico o sexual, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Psiquiatría. 

Relatos como el de Juan David le dan rostro a las cifras y abren la conversación sobre suicidio en nuevos públicos que encuentran allí un punto de conexión. “Decir que no hay que hablar de suicidio es malo, porque genera un tabú y niega un problema que existe” explica Germán Casas, psiquiatra infantil de la Universidad de los Andes, “posiblemente no hablar de eso puede generar que algunas personas que estén pensando en cometer suicidio no lo hablen y no se pueda salvar esa vida, ese es un principio fundamental”.

“No toda conversación sobre suicidio debe ser preventiva, pero sí toda la que esté dirigida a un público de riesgo”

Hablar de suicidio es necesario, pero ¿cómo hacerlo de manera responsable en dinámicas digitales? las redes sociales abren la puerta a un sinfín de contenidos con poca moderación sobre prácticamente cualquier tema. Además, las políticas de las plataformas suelen ser flexibles con los grandes creadores de contenido, como lo reveló el Wall Street Journal. Si un usuario es “influyente, popular o de interés noticioso” puede llegar a ignorar las reglas y publicar contenido que sería censurado en la cuenta de un usuario común. 

La línea es difusa. Instagram asegura que sus políticas son estrictas y que “nunca han permitido publicaciones que promuevan o alienten al suicidio o a autolesiones”. Al mismo tiempo reconoce que “crear espacios para que los jóvenes puedan hablar de sus experiencias -incluyendo autolesiones- es esencial” y explica que sus lineamientos fueron creados de la mano de expertos que “están de acuerdo en que compartir este tipo de contenido con frecuencia ayuda a la gente a conectarse con apoyo y recursos que pueden salvar vidas”. Sin embargo, la plataforma no es clara en decir dónde está la línea entre la primera y la segunda categoría. 

“Mencionar métodos de suicidio, difundir comportamientos suicidas y de alguna manera fomentar esos comportamientos y generar una apología del comportamiento suicida es un error y es algo que se debería evitar” explica Casas, “no toda conversación sobre suicidio debe ser preventiva, pero sí toda la que esté dirigida a un público de riesgo”. Una segmentación de audiencia muy difícil de lograr en contenidos publicados para públicos masivos. 

Es cierto que las dinámicas propias de las redes han normalizado conversaciones que en otros escenarios podrían ser percibidas como incómodas. Hoy los jóvenes buscan en extraños detrás de una pantalla la comprensión que muchas veces no encuentran en su vida cotidiana y frecuentemente la encuentran en una comunicación unidireccional con interacción limitada o nula. En una realidad como la colombiana en la que la Procuraduría reconoce que “las EPS en un porcentaje mayor al 50 por ciento no están atendiendo oportunamente a los pacientes con necesidades de salud mental” es en redes donde encuentran el espacio para expresar sus sentimientos o incluso buscar ayuda. 

“Es muy ambivalente el rol que pueden jugar estos medios de comunicación en jóvenes en la conversación sobre suicidio porque efectivamente si se utilizan bien pueden tener funciones preventivas, pero si se utilizan mal pueden generar un fenómeno de replicación” explica Germán Casas, “las redes sociales no tienen regulación sobre la conversación y posiblemente nunca la tengan, por eso es importante que los creadores de contenido entiendan que sus mensajes pueden afectar a su audiencia, pueden generar un riesgo”. 

JuanDa y Juan David

A las 11:00 p.m del martes  Juan David inicia una segunda transmisión porque la primera agotó el límite de tiempo de Instagram. “Estoy diciendo muchas cosas fuertes a modo de chiste porque es mi experiencia y mi manera de vivirlo, no estoy representando la experiencia de nadie y no quiero que nadie se sienta identificado con esto”, dice y comienza a narrar sus días en un hospital psiquiátrico. 

JuanDa
Collage creado por Juan David para explicarle su intento de suicidio a su audiencia en YouTube. 

El intento de suicidio de Juan David no se consumó por lo que él define como una casualidad y “no un milagro”. Una mirada de su perrita ‘Chandosa’ en un momento crítico de la noche del 22 de abril le hizo pensar que no había “planeado bien las cosas”. “Frené porque quisiera vivir, porque no quería, sino porque empecé a pensar en cómo me encontrarían mis amigos y en quién le daría el desayuno a Chandosa al otro día. Tenía que organizarlo mejor” explica. Llamó a un amigo que lo acompañó esa noche y a la mañana siguiente lo llevó al hospital psiquiátrico. 

Durante los ocho meses que duró la ausencia de JuanDa en las redes, Juan David estuvo hospitalizado dos veces. La primera vez pidió salida voluntaria porque “no podía seguir pagando”. Al poco tiempo tuvo una recaída y aunque no atentó contra su vida, sí le pidió a sus amigos que lo dejaran morir. Ingresó una segunda vez y hace un mes le dieron salida con estrictas recomendaciones de los médicos. “Estoy con psicólogo y psiquiatra, no puedo quedarme solo entonces uno de mis amigos se va a mudar conmigo para estar pendiente” explica. 

"No quiero que me idealicen, yo era más feliz cuando no tenía todo lo que tengo hoy"

El acceso a este tipo de tratamientos en Colombia es limitado. La hospitalización en un centro médico como el que atendió a Juan David puede llegar a costar un millón de pesos diarios, es decir un salario mínimo mensual vigente. Adicional a eso, “las EPS contratan por evento y no por tratamiento. Eso evidencia falta de seguimiento integral que a su vez repercute en las condiciones finales del paciente” aseguró la procuradora Margarita Cabello en el Foro Salud mental en Colombia, retos y desafíos. 

JuanDa

A la medianoche Juan David se despide de sus seguidores. “Me encantaría que no me idealizaran, porque veo que dicen ‘eres el mejor’ y soy la persona que más te va a decepcionar” explica “uno no debería idealizar a nadie porque al final todos somos humanos”. A esa hora JuanDa era tendencia en todas las redes. Clips de su transmisión empezaban a ser publicados en diferentes perfiles en TikTok, su nombre era trending topic en Twitter con mensajes como “JuanDa es la terapia que necesitaba” y miles de comentarios de apoyo llegaban a sus diferentes publicaciones, “volvió JuanDa y con él mi estabilidad emocional”. La conversación sobre salud mental parece que apenas comienza. 
 

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