El científico pastuso que cautivó la atención de la Nasa con su ingenio

Crédito: Cortesía.

13 Mayo 2024 08:05 am

El científico pastuso que cautivó la atención de la Nasa con su ingenio

En una entrevista con CAMBIO, el científico pastuso Alberto Quijano Vodniza comparte cómo su pasión por la astronomía influyó en su niñez, algunas anécdotas relacionadas con cohetes y telescopios, y sus experiencias colaborando con la Nasa.

Por: Gabriela Casanova

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La humanidad tiene una fascinación por la ciencia y el conocimiento del universo. La curiosidad del ser humano ha llevado a explorar lo que yace más allá de los confines de nuestra atmósfera terrestre, como el origen del cosmos y otros misterios del espacio. Algunas personas desarrollan una verdadera pasión por estos fenómenos y por los números que los acompañan, una de ellas es el científico pastuso Alberto Quijano Vodniza. 

Quijano, de 70 años, estudió Física y Matemáticas en la Universidad de Nariño y obtuvo un Máster en Física Pura de la Universidad de Puerto Rico. También, estudió de forma autodidacta electricidad, electrónica, refrigeración, acondicionamiento de aire, radio y televisión en la National School de Los Ángeles, California.

Es el fundador y director del Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño, donde ha captado varias imágenes de galaxias, nebulosas, cometas y asteroides desde 2002. También, es miembro de la American Astronomical Society desde 2009.

Además, ha sido conferencista en varios congresos mundiales de astrofísica, y la Nasa lo ha invitado en cinco ocasiones a los lanzamientos de misiones espaciales, como el STS-130 Endeavour, Juno, Mars Science Laboratory, Misión Maven y Misión Osiris Rex.

NASA
Lanzamiento de Endeavour, misión STS 130, en 2010. Alberto Quijano Vodniza, junto a su hijo Alberto Quijano López. Créditos: Alberto Quijano Vodniza.

Desde su infancia, Quijano ha cultivado una fascinación por el universo y las maravillas que se pueden observar en el espacio. En una entrevista con CAMBIO, comparte cómo su pasión por la astronomía influyó en su niñez, algunas anécdotas relacionadas con cohetes y telescopios, y sus experiencias colaborando con la Nasa.

CAMBIO: ¿Recuerda cuándo empezó a sentir curiosidad por la ciencia? ¿Hay alguna anécdota de su infancia que despertara su interés por el mundo científico?

Alberto Quijano Vodniza: Mi abuelo era yugoslavo, pero Yugoslavia ya no existe. Ahora corresponde a Croacia. Él vino antes de que existiera el canal de Panamá y viajó por Suramérica; recorrió todo el continente hasta que llegó a Nariño, donde conoció a mi abuela y hasta ahí llegaron sus viajes. Me mostraba gran cantidad de libros en idiomas que yo no conocía y en una oportunidad, a través de un pequeño catalejo que él tenía (porque era marino), me hizo ver por primera vez los cráteres de la Luna.

Recuerdo que me subí a un jeep que tenía mi abuelo creyendo que con eso iba a aumentar la visibilidad. Y sí, por primera vez, vi los cráteres de la Luna. De ahí en adelante, toda mi vida he estado involucrado en la ciencia. En mi casa hacía gran cantidad de experimentos de física, química y electrónica. Cada vez que se quemaban fusibles en mi casa, mi papá ya sabía a quién culpar y muchas veces realmente yo no era culpable, porque acá se iba la energía eléctrica muy fácil.

CAMBIO: ¿Cuál de sus tantos experimentos de niño lo dejó más asombrado?

A.Q.V.: Mi papá no era una persona con mucha plata. A mí me daba un dinero para comprar zapatos y ropa, pero yo le hacía trampa. Yo realmente no compraba los zapatos, les colocaba debajo unos cartones. Con ese dinero pude comprarme un microscopio, con el que traté de hacer un experimento que no pude realizar porque acá fallaba mucho la energía eléctrica.

El experimento consistía en colocar huevos de camarón en agua de río y ver su crecimiento. Un grupo lo coloqué en un vasito que tenía agua del río y los hice crecer, y los otros estaban en un medio más complicado porque era agua dulce, pero alrededor puse una bobina con un campo magnético grande para ver qué pasaba en el crecimiento. Desafortunadamente, no lo pude hacer. Diez años después, en Estados Unidos se descubrió el magnetismo animal. Se halló que, por ejemplo, las abejas, las avispas y las palomas mensajeras se orientan con campos magnéticos. Pude haberlo descubierto antes.

CAMBIO: ¿Qué pensaba de niño sobre los viajes al espacio?

A.Q.V.: Tuvo mucha influencia en mi vida que, en los años sesenta y setenta, Estados Unidos y la Unión Soviética llegaron a la Luna con naves tripuladas y en forma robótica respectivamente. Eso para mí fue muy emocionante. Pues dije en aquellos tiempos: "Tengo que llegar a esos lugares fantásticos de la Nasa que miro a través de la televisión".

Un día, con mis primos y mis hermanos, que eran muy pequeñitos, tratamos de reproducir lo que estábamos viendo en la televisión. Diseñamos un cohete en el cual el combustible no era hidrógeno y oxígeno líquido, sino pólvora fuerte de un lugar cercano a Pasto que se llama Catambuco. Escogimos a cinco mosquitos sin pedirles permiso. Los preparamos durante una semana con buena alimentación, les diseñamos una cápsula de tal manera que cuando el cohete llegara a la máxima altura se abriera el paracaídas, descendieran los mosquitos y estarían listos para la entrevista con los periodistas.

Inicialmente, el cohete salió muy bien, pero luego cambió la trayectoria y se estrelló con una ropa tendida en el patio de mi casa. ¡Fue una explosión muy grande! Hasta allí llegaron los experimentos en cohetería.

Quijano
Lanzamiento del Endeavour, misión STS 130, en 2010. Créditos: Alberto Quijano Vodniza

CAMBIO: Cuéntenos una experiencia de su trayectoria científica que recuerde con especial satisfacción.

A.Q.V.: Tuve muchas alegrías en el campo de la ciencia. En una oportunidad, cuando recién comenzaba el observatorio, tomamos unas fotografías de un asteroide: el Toutatis. Yo había investigado en las páginas de la Nasa que se lo iba a observar con telescopios en septiembre de 2004, pero con mis estudiantes nos adelantamos un mes y medio, y lo fotografiamos. Enviamos las imágenes a Estados Unidos y nos dijeron que estábamos equivocados. Tuvimos una discusión de una semana a través de internet y ganamos la pelea. Fue muy emocionante.

También, la doctora Adriana Ocampo, hasta hace poco gerente de programas científicos de la Nasa en Washington, me invitó por primera vez al lanzamiento de un cohete el año 2010. Yo no tengo vergüenza para indicarle que se me fueron las lágrimas en el momento del lanzamiento y tenía muchos sentimientos en mi mente. He estado en cinco lanzamientos de naves espaciales, el último lanzamiento fue de la misión Osiris Rex, que recientemente trajo muestras del asteroide Bennu. Y ya he perdido la cuenta de cuántas veces he estado en los laboratorios de la Nasa.

Nariño
Créditos: Observatorio de la Universidad de Nariño

*El Observatorio de la Universidad de Nariño fue uno de los primeros en el mundo en tomar imágenes del asteroide Toutatis. El asteroide es clasificado por la Nasa como potencialmente peligroso, tiene cinco kilómetros de longitud y posee una forma semejante a la de un aguacate. Los resultados de la investigación fueron presentados en un encuentro de la American Astronomical Society, celebrado en octubre de 2007 en Orlando, Florida.


CAMBIO: Fundar el Observatorio de la Universidad de Nariño ha sido uno de sus mayores logros, ¿qué lo llevó a tener esa idea?

A.Q.V.: En la Universidad de Nariño, cuando ya era profesor, me gané una beca para estudiar en Puerto Rico. Fui allá por varias razones. En primer lugar, en esa época en Arecibo - Puerto Rico existía el radiotelescopio más grande del mundo, una antena gigante de 305 metros de diámetro que hace unos años colapsó. En segundo lugar, a mí me gusta el béisbol y me fascina mucho la salsa, aunque en la época que yo fui, la salsa en Puerto Rico estaba en declive porque nació en la Isla del Encanto el reguetón.

Luego, durante un año sabático, me nombraron como profesor de Matemáticas en la Universidad de Puerto Rico y fui también profesor de Física en la Universidad Católica. Estaba ganando en dólares, entonces, tenía un dilema de volver. Pero tuve un sueño y ese sueño me animó a regresar a Pasto. Apenas lo hice, mi primer objetivo fue crear el Observatorio Astronómico. Yo regresé en 1999.

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Créditos: Universidad de Nariño 

CAMBIO: ¿Una experiencia extraordinaria que haya vivido a través de un telescopio espacial?

A.Q.V.: El científico de la Nasa David Ardila es un “cerebro fugado” de Colombia que trabaja con telescopios espaciales. Él en una oportunidad me invitó a participar en un proyecto paralelo con el telescopio espacial Hubble: desde el Observatorio de la Universidad de Nariño tuvimos que tomar datos de dos sistemas binarios estelares de la constelación de Tauro al mismo tiempo que el telescopio Hubble. Para mí era fantástico pensar que en ese momento el Hubble estaba mirando exactamente lo que observábamos nosotros, pues los resultados desde Pasto eran compatibles con los resultados del Hubble y de los grandes telescopios del mundo. Este trabajo ya está publicado en una revista internacional del máximo nivel en la Nasa.

Me invitaron a otro proyecto con los grandes telescopios del mundo y luego trabajé en simulacros de colisiones de asteroides con la Tierra. Por ejemplo, hay un asteroide que en 2029 va a ser famoso: Apophis. Durante la pandemia, trabajé con ese asteroide desde el observatorio junto con la Nasa y en colaboración con la Universidad de Arizona. Ya tenemos unas conclusiones sobre lo que va a pasar en los próximos encuentros cercanos en 2029 y 2036.


*En el proyecto realizado con el científico Ardila, el Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño hizo trabajo de fotometría en las bandas de ultravioleta, así como en las gamas visibles B y V. Tanto el Telescopio Espacial Hubble como el observatorio capturaron datos simultáneos de las estrellas UZ TAU y DQ TAU.


CAMBIO: Hace poco asistió a la 55ª edición de la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria organizada por la Nasa para presentar un trabajo de investigación. ¿En qué consistió?

 A.Q.V.: En Houston presenté un trabajo que tiene que ver con un cometa que algunos periodistas lo han llamado el cometa Diablo. Lo llamaron así porque supuestamente le vieron “dos cachitos”, pero ese cometa científicamente se llama el cometa 12P/Pons-Brooks y lo estudié durante un mes en noviembre y en diciembre del año anterior. Este cometa tiene minivolcanes de hielo que entran en erupción y yo detecté varias erupciones al observar  grandes aumentos de brillantez. Mi proyecto fue aceptado por jurados de la Nasa y lo presenté en marzo de este año.

Quijano
Foto del cometa 12P/Pons-Brooks, tomada por Alberto Quijano en noviembre de 2023.
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