Mesa de negociaciones en el ELN: representantes del grupo armado.
El proceso de paz con el ELN vive la peor crisis de su historia
La crisis que vive hasta hoy sábado el proceso de paz del gobierno con el ELN es de tal dimensión, que las partes, que llegaron a México el jueves pasado, ni siquiera han logrado sentarse a la mesa de conversaciones porque no han podido ponerse de acuerdo en la agenda a tratar y en los tiempos de duración del ciclo. Esta crisis se generó a raíz de la negativa del ELN a abandonar la abominable práctica del secuestro.
Por: Redacción Cambio
La noticia del secuestro de Luis Manuel Diaz le dio la vuelta al mundo y puso en vilo este proceso de negociaciones de paz con el ELN, la última de las guerrillas surgidas en los años sesenta que se mantiene en su acción armada y que el próximo año va a cumplir seis décadas.
El ELN ha secuestrado desde siempre. En los año ochenta buena parte de sus recursos provenían de esta deplorable práctica de comerciar con vidas humanas. Luego, en los años noventa, se volvió difícil secuestrar porque las personas más pudientes tuvieron que protegerse y en el mundo rural los más poderosos económicamente o no volvieron y perdieron sus propiedades o se adaptaron a convivir con el ELN pagando su correspondiente cuota anual. Entonces el ELN centró sus finanzas en obtener rentas de toda economía que se mueva en los territorios donde ha permanecido: si es arroz el arroz paga, si es petróleo el petróleo paga y así sucesivamente, de modo que hoy, el ELN, no deriva el grueso de sus finanzas del secuestro sino de la extorsión.
El secuestro fue la acción que alejó al grueso de la sociedad colombiana de las guerrillas. Con esa práctica se han ganado un amplio y firme repudio. Aun así, el ELN ha persistido por seis décadas en cometer ese crimen.
¿Si el ELN no depende para su sostenibilidad del secuestro, por qué persiste en esta práctica?, es una pregunta que puede tener varias respuestas: soberbia, cinismo, desconexión con la sociedad y quizás la más apropiada sea una mezcla de todas las anteriores.
El tema del secuestro siempre ha estado presente en todos los anteriores procesos de diálogos de los gobiernos colombianos con el ELN y, en este, igualmente lo ha estado. Y ahora ha llegado la hora de resolverlo: el gobierno colombiano en cabeza de los dos líderes de la delegación, Otty Patiño e Iván Cepeda, han sido enfáticos en que el ELN debe abandonar el secuestro.
Ahora, en México, en el marco del quinto ciclo de diálogos y negociaciones, las dos delegaciones deberán encontrar un camino para resolver este enorme obstáculo para un proceso de paz que vive su primera gran crisis, las otras: el cese bilateral anunciado por el presidente Petro el 31 de diciembre que nunca fue negociado con el ELN y las palabras del presidente Petro en la Escuela Militar en las que señaló que el ELN de hoy estaba muy lejos de la rebeldía del Padre Camilo Torres y que cayeron muy mal, fueron dos pequeños impasses. Pero este tema de secuestro si ha generado una crisis de enorme complejidad.
El ELN siempre ha ligado el secuestro -que en sus palabras es “retención”, un eufemismo deplorable- a la sostenibilidad del ELN. La formulación del ELN siempre ha sido: el tema del secuestro se resuelve si alguien pone la plata para que el ELN se sostenga. Y no se trata de poner víveres y medicamentos, sino dinero constante y sonante, así lo ha expresado en el pasado.
Otty Patiño ha dicho que el gobierno no puede financiar una organización que no ha tomado una decisión de ir al fin del conflicto. Y el fin del conflicto no se ve cerca, porque no hay un acuerdo de paz construido. Así las cosas, el nudo a desenredar no está fácil.
Gobierno y el ELN tienen en este ciclo el enorme desafío de encontrar un camino para que las negociaciones avancen. Y no van a avanzar si no hay fórmulas para lograr resolver dos delicados asuntos: el secuestro y la sostenibilidad del ELN en el marco de un cese bilateral, que funciona desde el 3 de agosto y donde no se han presentado muertes de policías y soldados ni de guerrilleros del ELN, pero donde se siguen dando el secuestro y la extorsión.
Hay voces que afirman que no es posible ninguna formula para resolver la financiación del ELN. Un ELN en armas no puede ser financiado y menos con la incertidumbre de si este proceso va a llegar a un acuerdo de paz. Hay otras voces que dicen que si se pueden construir formulas para que el ELN desde ya se enrute en este proceso. Vamos a ver si las dos partes construyen un camino compartido.
Si, definitivamente llegó la hora de que el ELN suspenda la repudiable práctica del secuestro, algo en lo que ha persistido por seis décadas.