'El deber de una banda de rock es resistir’: Mario Muñoz, voz líder de Doctor Krápula
18 Febrero 2024

'El deber de una banda de rock es resistir’: Mario Muñoz, voz líder de Doctor Krápula

Mario Muñoz, cantante y vocero de Doctor Krápula.

Crédito: Palph Pache @ralphoto

Radicados en Alemania por algún, los integrantes de la banda de rock Doctor Krápula realizan giras permanentes por toda Europa. Juan Carlos Lemus sostuvo esta conversación con el cantante, a quien encontró en Berlín de casualidad.

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Entre cuentas y recuentos no sé cuántas bandas colombianas de rock han tocado en este lugar” me dice Mario Muñoz, el líder vocalista de Doctor Krápula. Me encontré con la banda bogotana de sopetón mientras caminaba mostrándoles a mi esposa y una amiga rola algunos lugares emblemáticos de Kreutzberg, barrio alternativo y punkero de Berlín donde uno se siente como en un Chapinero en esteroides y mucho más internacional. Y para la muestra, este concierto del pasado 3 de febrero en el SO36 donde los Doctor. Krápula eran la atracción principal.
En el Oranienstrasse 190 está la entrada del S036 y ahí el cartel que anunciaba a los artistas de esa noche donde Doctor Krápula cerraba la presentación. No lo podíamos creer —la colombianada, claro—. Contacté a otra amiga y ella me puso en contacto con Mario, que muy atento se puso a disposición para esta entrevista. A las 16.00, la hora acordada, aún la banda tenía enredos con el sonido y terminamos empezando poco después de las 17.00. Esto me dijo el cantante de los Krápula antes de su concierto en Berlín.
Local

Mario Muñoz: Lo más cercano [a una banda o artista colombiana] que ha tocado aquí en este lugar puede haber sido Che Sudaka, que tiene un par de colombianos, pero la banda es de Barcelona. De resto, pues, no tengo referencia de alguien que haya tocado ahí. Y también es muy raro que [los colombianos] conozcan el lugar, porque cuando vienen a Berlín llegan a conocer otras cosas. Los amantes del rock and roll, el ska y el punk, en cambio, sí saben la importancia de ese lugar.


CAMBIO: Mario, hay que decir que Berlín es una ciudad trascendente para el punk. Lo fue en su momento máximo en los 70 y 80; como lo fueron Nueva York y Londres. Y este bar [SO36] donde ustedes se van a presentar es un templo de la música punk en el mundo. Como vos decís, hoy Berlín es más conocida por el techno y la música electrónica y ya no tanto por el punk y el rock. Entonces, ¿hace cuánto que vos estás por aquí en Alemania dando lora?
M. M:
Nosotros con los Krápula vinimos desde el año 2010, cuando hicimos nuestra primera gira. O 2011, no recuerdo bien. Todo empezó porque un man en la ciudad de Hannover del sello Übersee —un sello especializado en punk y ska del otro lado del charco, de América en general— nos contacto. Que había una acogida fuerte para nuestra propuesta, dijo, y que por qué no nos lanzamos a hacer una gira, propuso. Aquí no conocíamos a nadie. No sabíamos muy bien lo que sucedía aquí hace 12 años y nos mandamos a hacer ese tour en un invierno y nos quedamos enamorados de Alemania como un circuito para tocar. Desde ese año hasta el día de hoy hemos hecho 16 tours. A veces venimos en invierno y verano para toures de 25 a 30 conciertos. Cada ciudad tiene su lugar especial, su escena rockera.

CAMBIO: ¿Qué tiene de especial?

M.M: Alemania está compuesta por muchas pequeñas y no tan pequeñas ciudades, la escena no está concentrada en las grandes capitales y eso también es muy chévere. Desde Alemania, nosotros hemos podido llegar a Suiza, Francia, Bélgica, Italia, Dinamarca, Países Bajos, España, Polonia, República Checa. Hace dos años decidimos radicarnos en Alemania con la banda para tener la experiencia de vivir en otro lugar. Sobre todo este que significó mucho. Eso intensificó la movida nuestra acá, y el año pasado tocamos 70 veces por todo el territorio de Europa Central. Para este año hay programada tres giras. Esta, la de invierno que ya empezó, con 22 conciertos. En verano tenemos otros 20 o 22 toques entre Rumania, Italia, Dinamarca y varios países. Alemania, obvio. Y en el otoño vamos a hacer un tour que tiene unos 15 conciertos más.


CAMBIO: Volviendo al origen en Colombia. Las bandas de música música tropical son consideradas usualmente nacionales: Niche, el Joe, Fruco, Diomedes Díaz son nacionales. Pero usualmente las bandas de rock son de una ciudad. Solo algunas trascienden hasta que se sienten por parte del público como colombianas. Tal vez Aterciopelados, La Derecha, Equimosis en los 90. No sé muy bien cómo fue esa movida para ustedes, pero siento que ustedes se parecen a lo que fue Juanita Dientes Verdes o Los Árboles, en Medellín, o Marlohabil en Bogotá. Unas bandas de ciudad. ¿Cómo fue llegar acá? Además, Berlín es una ciudad muy política y la asimilación de situaciones del Sur global son casi que una imposición. ¿Lo sentís? ¿Sos bienvenido aquí precisamente porque pertenecés al Sur global?
M. M:
Primero que todo yo siento que desde el año 2005 Doctor Krápula ha sido una banda nacional. Rompimos techo de Medellín, en Cali, en las grandes capitales donde se puede hacer rock and roll. En Tunja Doctor Krápula es un palazo y siempre que vamos, siempre hacemos conciertos en Boyacá, en Cundinamarca, en el Éje Cafetero. Lo que pasa es que nosotros somos una generación posterior a Los Aterciopelados, a Equimosis, a La Derecha. Esas bandas fueron y se iniciaron diez años antes que nosotros, que somos una camada intermedia entre lo que pasó con esa generación de bandas de los 90, que quedan pocas, y las nuevas, que ya tienen diez años. Como Diamante Eléctrico, o los Petit Fellas. Nosotros no hacemos parte ni de la primera ni de la nueva camada. Estuvimos en la transición. Haber trascendido nacionalmente, internacionalmente —en Venezuela, en México y en otros países de Centroamérica— hizo que nosotros fuéramos llamado desde Europa para venir.

Afiches

CAMBIO: ¿Cómo llegaron a Europa?
M. M:
a persona que nos contacto nos conoció a través de otra en México que le entregó nuestro disco. La música viajó sola. En esa época no había streaming, no había Spotify ni nada. Había que tener el material, que era en físico, y que por arte de magia llego a las manos de alguien y le pegamos al perro. Ahí fue cuando nosotros, cuando la banda estaba bien bien grandecita en Colombia, en México, cuando lo sentimos así, nos decidimos enfocarnos en Europa porque nos pareció que esa combinación que estás mencionando [de lo político] más el amor por el punk, el ska, el rock era clave.

CAMBIO: Ustedes tienen una postura política muy firme, que no es muy común en Colombia. ¿Cómo les ha ido acá con eso?

M. M: Cuando empezamos a girar acá nos dimos cuenta que en todos los sitios donde tocábamos había anuncios antifascistas, había consignas antinazis, había una movida ecológica-ambientalista tremenda, ahora todo el movimiento feminista, la gente antixemofóbica. Y cuando nosotros nos dimos cuenta que no éramos unos bichos raros en el mundo, no solamente en Colombia, porque nosotros tal vez hemos sido de lo muy conocido los únicos que hemos tenido una postura de izquierda firme, mediática y contestataria. Asumiendo los costos que eso acarrea. Pero acá, en Europa, es el deber ser de una banda de rock. Está bien visto. El deber de una banda de rock es resistir, es referirse a ciertos temas, es alzar la voz y es ser de cierta manera antisistema. Y eso a nosotros nos pareció brutal. Y eso fue lo que hizo conexión entre el público de acá y nosotros.

CAMBIO: ¿A los conciertos de Doctor Krápula vienen muchos intehrantes de las colonias colombianas o latinoamericanas?
M. M:
Cuando vos vas un concierto de Doctor Krápula en Europa solo un 10 por ciento de la población que va es colombiana, de esos poquitos colombianos que viven afuera y que les gusta el rock. Porque colombianos que viven afuera hay millones, pero que les guste el rock son muy pocos. Entonces, a nosotros si nos tocó construir una base de público que no sabía cuál era El pibe de mi barrio, que no conocía La fuerza del amor. Nosotros aquí no entramos con la bondad de haber sonado unos temas en la radio, sino que desde cero. Desde el mero underground. Y el voz a voz de los años ha hecho que la banda crezca en ese circuito antifascista, punk, de centro cultural, de festival de sonidos del mundo, de festivales de punk.

Cartel

CAMBIO: ¿Cuáles son los vasos comunicantes con otros artistas del mismo Sur global aquí en Berlín o con cuáles va mejor la vuelta?
M. M:
Tenemos varias bandas hermanas. Casualmente, sin saberlo, nos volvimos muy cercanos y amigos de una banda alemana llama Seeed. La banda de referencia del reggae acá en Alemania. Lo más grande que tiene el país en este género. Por casualidad nos conocimos y desde ahí hemos tenido una relación muy bonita. Hicimos una canción juntos. Ellos van a venir a vernos hoy aquí a Berlín. Nosotros vamos y los acompañamos, aunque ellos no necesitan compañía, ellos llenan estadios. Estos manes nos acompañan, anuncian nuestras giras en sus redes. También somos muy amigos de una banda alemana que se llama Bukahara. También los invitamos a Colombia. Con ellos hicimos una canción muy bacana, muy linda. Se enamoraron. Y una conexión muy linda. Ahí hay un palestino y un judío dentro de la misma banda con suizo y un alemán. Cuatro manes muy diferentes que están en este asunto de alzar la voz acá contra el genocidio en Palestina. Y nos entienden a nosotros que venimos de Colombia con un pasado también de conflicto. Son unos hermanos. También tenemos una amistad muy grande con una banda Hamburgo que se llama Le Fly, con la que hicimos una canción para nuestro nuevo álbum. Hoy va a cantar con nosotros un man que hacía parte de una banda que se llama Irie Révoltés y que ahora tiene un proyecto que se llama Malelevè. Ya tenemos amigos por todo Alemania. Hemos girado mucho. Nos hemos cruzado con gente en el camino muy chévere, muy bacana. Como que nos volvimos parte del circuito rockero alemán y eso es muy bacano. Con bandas del Sur global y eso tenemos amigos como Che Sudaka, de Barcelona. Con Manu Chao hace mucho tiempo sin contacto, pero hemos hecho canciones. Con los Skape tenemos cercanía pero ellos andan más en España y Latinoamérica. Ese el tipo de amigos que tenemos.


CAMBIO: Por ahí me pillé que hicieron una versión, no sé si con todos Los Toreros Muertos o solo con Pablo Carbonell, de Soy un animal.
M. M:
Sí, claro. Una de las canciones favoritas de la historia.
 

CAMBIO: ¡Por favor!
M. M:
Con él y con Los Toreros. Es una versión hecha por las dos bandas, que también es para gente que ama el rock de los 80. El rock en español. Es una sátira crítica. Hemos tenido el gusto de hacer música con gente que admiramos toda la vida. Eso es lo más bacano, y nos gozamos este parche estar tocando todo el tiempo. Desde que nos vinimos a vivir a Alemania hace dos años vivimos entre acá y Colombia. Hacemos giras aquí, hacemos giras allá. Cada vez que hay una cosa importante vamos y hemos entendido que el mundo se nos abrió de una manera hermosísima y nuestras giras van no por esos circuitos que salen en los noticieros, en los grandes medios sino que tienen un público enorme, un público inmenso que está en las urbes.


CAMBIO: En el underground, definitivamente
M. M: Como en el SO36, precisamente.


CAMBIO: Me llevaste a dónde empezamos, y con esto termino. Descríbeme vos lo que significa tocar en el SO36
M. M:
Yo creo que es un privilegio. Al tener una banda y que el SO36 le abra la puerta uno, que confíe en que uno va a mover un público que es coherente con su discurso, una audiencia que es importante. Porque este sitio es político. En este sitio no se permiten las banderas. Se habla de darle la bienvenida a los refugiados. Es antisexista, antifascista. Tener el privilegio de tocar ahí dónde han tocado bandas míticas del punk desde los años 70, pues, es una atmósfera. Es cómo llegar a la nave nodriza. Estar en el sitio donde deberíamos estar siempre. Y así como el SO86 está en Berlín, cada lugar, cada ciudad tiene un sitio emblemático, como en Hamburgo el Hafenklang. Sino que es un sitio donde cabe muy poca gente y la escena crece y toca mudarse un lugar más grande. En Colonia, por ejemplo, Sonic Ballroom. También está el Gabaude 9 —el edificio 9—. Cada ciudad tiene su historia.
 

CAMBIO: Muchas gracias, Mario, por el tiempo que nos dedicás. Éxitos esta noche
M. M: Y ustedes que se disfruten en ese conciertazo

 

CAMBIO: A ver si hay un pogo.

Concierto
 

(*) Fundador, productor, director y editor del podcast Cine Con Acento. Le gusta ser papá, viajar, leer, descubrir música, correr triatlones y por supuesto el cine, al que ve como el artefacto ideal para explicar las contradicciones humanas. Cubre festivales y escribe textos para diferentes medios en América Latina.

 

 
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