El reto de tejer la paz con la cultura: Mincultura firma pacto con ocho municipios del sur del Caribe
12 Abril 2024

El reto de tejer la paz con la cultura: Mincultura firma pacto con ocho municipios del sur del Caribe

Manifestaciones culturales de los distintos municipios se presentaron durante el acto de firma del Pacto Cultural por la Vida y por la paz, en San Pelayo (Córdoba).

La inversión anunciada es de 17.816 millones para proyectos de municipios como San Pelayo, San José de Uré, Montelíbano, Ayapel, Tuchín, San Marcos, San Benito Abad y Magangué. Foto Mincultura.

Por: Rainiero Patiño M.

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Si no fuese por el sonido rítmico y brillante que produce el movimiento de sus manos, pasaría inadvertido entre sus compañeros, que parecen doblarlo en estatura. Johan Jessic Anichiarico Benavides recién cumplió cuatro años, pero da la impresión de que llevara siglos con los platillos. Hace parte de Soy Pelayero, la banda musical juvenil encargada de darle la bienvenida al ministro de Cultura, Juan David Correa, para la firma del tercer Pacto Cultural por la Vida y por la Paz, que tuvo lugar en San Pelayo, en el departamento de Córdoba.

Para que Jessic pudiera sostener con firmeza los platillos, su padre, Jorge Anichiarico, también director de la banda, tuvo que conseguirle un modelo de solo 10 pulgadas, cuatro menos de lo habitual. Soy Pelayero está conformado por 17 niños y adolescentes, entre los 3 y los 14 años, y su pueblo de origen, San Pelayo, fue uno de los ocho municipios de la zona sur de la región Caribe que junto a San José de Uré, Montelíbano, Ayapel y Tuchín, de Córdoba; San Marcos y San Benito Abad, en Sucre, y Magangué, en Bolívar, según anunció el ministerio, serán beneficiados con acciones y compromisos que se implementarán para fortalecer el sector cultural y las organizaciones locales.

Durante el acto de exhibición para Correa y sus funcionarios, los chicos de Son Pelayero interpretaron dos piezas musicales, el “Porro viejo pelayero y el Fandango Viejo Pelayero, un porro palitiao y un ritmo de fandango que identifican al municipio. Para eso ensayaron durante largos días y tuvieron que llegar casi cuatro horas antes a una de las sedes del Colegio Santa Teresita, el lugar de la presentación. Estos podrían ser vistos como hechos menores para algunos, pero para ellos, que sueñan con que en su pueblo la cultura y las artes reciban más apoyo y difusión, significan algo determinante para sus vidas.

Junto a la banda de pequeños músicos, bailaron y “wipirriaron” otros 23 niños de la agrupación folclórica Cayena, quienes se sumaron a las más de 3.000 personas que se tomaron las calles de San Pelayo en medio de fandango, porro, artesanías y trajes típicos. Este fue uno de los municipios incluidos en el pacto “por la vida y por la paz”. Al igual que las otras poblaciones, fue identificada por vivir en el pasado duras situaciones por cuenta del conflicto armado y la inasistencia histórica del Estado.

Durante su intervención, en la tarima instalada en el Parque Central Simón Bolívar, el ministro Correa dijo que la mejor manera para que la cultura cumpla sus fines reales, debe convertirse en el decidido motor de la paz o en el centro de ella. “La trenza del territorio, la paciencia y la pericia de nuestras gentes deben enseñarnos el camino”, agregó.

Los compromisos del pacto

Este Pacto Cultural, llamado “Culturas étnicas, campesinas y anfibias por la defensa de la vida”, es el tercero que hace el ministerio, después de los realizados en la región Pacífica y en el Magdalena Medio. El nuevo acuerdo fue concretado después de dos meses de trabajo entre funcionarios del ministerio y con los representantes de las comunidades culturales de cada uno de los ocho municipios. Este, por lo menos en el papel, es muy significativo, porque incluye una hoja de ruta con más de 100 compromisos.

El ministerio señaló que la inversión general será de 17.816 millones de pesos en infraestructuras culturales para la vida; formación artística y cultural; memoria viva, saberes y territorios bioculturales; economía cultural; cultura de paz; fomento público a la cultura; fortalecimiento en contenidos audiovisuales y sonoros; el Plan de Lectura, Escritura y Oralidad y el Festival Nacional del Porro de San Pelayo.

En infraestructura incluye diferentes obras nuevas o adecuaciones en Magangué, en la Escuela de Artes y Oficios en Tuchín, la Casa de la Cultura Gitana en San Pelayo y la Casa de la Cultura en Ayapel, entre otras. Las que como componente adicional podrán ser adecuadas con energías limpias.

Otros de los proyectos, en el área de memoria viva, saberes y territorios bioculturales, se basan en el fortalecimiento de la memoria histórica del pueblo Zenú, la implementación de los Planes Especial de Salvaguardia de la pesca artesanal en el río Magdalena y el anuncio del Trenzado en caña flecha, prácticas y conocimientos artesanales ancestrales de la identidad Zenú.

“Se apoyará a uno de los festivales más importantes de Colombia, el Festival Nacional del Porro de San Pelayo, con hasta 300 millones de pesos. Igual, 362 millones de pesos para el Plan de Lectura, Escritura y Oralidad en dotaciones bibliográficas y tecnológicas, formación a mediadores e implementación de programas de lectura, escritura y oralidad. Y el acompañamiento a la postulación a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ámbito Nacional de las manifestaciones asociadas al porro y al fandango”, reseñó el ministerio.

Para participar en el evento, Flor María Solano, gobernadora del Cabildo Rural Indígena Las Delicias, viajó desde el municipio de Ayapel, que en el pasado fue el centro de asentamiento más importante del pueblo Zenú.

Como vocera de su comunidad, dice que espera que “este pacto se cumpla de verdad” y que todos esos anuncios no sean un documento más.

“En nuestro municipio, por ejemplo, necesitamos que se haga una casa para la preservación de saberes ancestrales y un museo para guardar las piezas arqueológicas que se hallan, para que no se la sigan llevando los guaqueros para colecciones privadas”, dijo la líder de Ayapel.

Y como ella, cada uno de los voceros pudo contar de manera directa al ministro Correa las necesidades de sus pueblos. Al preguntarles, Johan Jessic y su padre Jorge Anichiarico, por su parte, dijeron no saber cuáles eran los proyectos específicos que apoyarán en San Pelayo, pero que esperan que, entre tanto dinero de presupuesto, se incluyan algunos instrumentos para su banda. “Necesitamos que los niños y jóvenes sigan aprendiendo nuestra tradición y más arte”, dijo de manera discreta el director de la banda, seguro de que en poco tiempo el pequeño necesitará nuevos platillos.

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