‘Solo cuando tengas frío’, una obra de teatro bilingüe para sordos y oyentes

Ensayo de la obra 'Sólo cuando tengas frío', en la que actúan actores sordos y oyentes.

28 Noviembre 2023

‘Solo cuando tengas frío’, una obra de teatro bilingüe para sordos y oyentes

Como parte del evento ‘Nuestros Cuerpos’, del 7 al 10 de diciembre, el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella presenta en la sala Teatro Colón ‘Solo cuando tengas frío’ obra bilingüe concebida desde su dramaturgia en castellano y lengua de señas colombiana. Es una coproducción del Teatro Colón y Siempreviva Teatro.

Por: Eduardo Arias

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Solo cuando tengas frío, una puesta en escena bilingüe en castellano y lengua de señas colombiana, es un ejercicio artístico que une los códigos de comunicación entre los sordos y los oyentes. Desde su dramaturgia fue un trabajo pensado para, por y con personas y espectadores sordos y oyentes.
La trama explora la vida de Agustín, un niño sordo, y la relación que mantiene con su madre, Irina. La interpretación del protagonista estará a cargo de Gabriel Ovalle, actor sordo, en colaboración con Alejandro del Castillo, actor oyente.

Este trabajo le muestra al público oyente la belleza y la complejidad de la lengua de señas colombiana e invita a reflexionar sobre los espacios accesibles, que no se logran únicamente con rampas. La obra muestra que la accesibilidad también está relacionada con el derecho que tienen quienes no oyen para poder entender lo que sucede a su alrededor y poder comunicarse. En el caso concreto de los sordos, se trata de poder disfrutar de cualquier manifestación artística que involucre el sentido de la audición.

El elenco reúne actrices y actores como Maia Landaburu, Lorena Lozano, Gabriel Ovalle, Alejandro Del Castillo, Alfonso Herrera, Juan Angarita, Christian Briceño, Juan Villalobos, Juana Galindo, Diana Jiménez, Manuela Valdiri y Candelaria Gabriel Torres. El diseño sonoro y la musicalización están a cargo del equipo de productores musicales Juan Andrea y Laura Cuervo Restrepo es la directora de arte. CAMBIO habló con Candelaria Gabriel Torres, directora de la obra, acerca de las motivaciones que la llevaron a emprender este proyecto y sus alcances.

CAMBIO: ¿Cómo surgió la idea de realizar este montaje escénico?

Candelaria Gabriel Torres: Durante la pandemia me empecé a fijar de manera muy sensible en las maneras que la gente estaba hallando para sobrevivir a una calamidad y en medio de la incertidumbre. Vi que mucha gente empezó a hacer referencias a las artes y a la música para sobrellevar el encierro. El teatro se revocó porque las artes escénicas necesitan de multitudes para existir, para sobrevivir. Ciertas artes sí podían entrar a la casa como la música y el cine. Yo lo que sabía hasta ese momento de las personas sordas era que muchas de ellas no leían español y yo dije: Para ellos no hay música porque no oyen y no hay películas porque (algunos) no pueden leer subtítulos en español. Yo no sé de dónde surgió esta pregunta por esta comunidad. Yo no tengo una relación directa con los sordos, no tengo una tía sorda o un padre sordo. Yo no tuve un accidente para decir que de niña casi me quedo sorda. Creo que fue al pensar que yo puedo ser el otro que nació el impulso de buscar qué estaba pasando en la teatralidad para la comunidad sorda, e investigando me pareció muy fuerte ver que había pocas compañías para ellos. Compañías de teatro para los oyentes hay miles. Solo me dije: "Hay que empezar a hacer algo". Me metí a estudiar lengua de señas colombiana y así empezó el viaje.

CAMBIO: ¿Cuánto tiempo les demandó el proceso desde el arranque hasta el inminente estreno?

C.G.T.: Para mí han sido tres años. En 2020 empecé a aprender lengua de señas. Ese mismo año gané una beca en Idartes. Ese fue el primer lugar que me dio un refugio para hacerme estas preguntas. Recibí una segunda beca, Bogotá ciudad escenario – beca de creación categoría dramaturgia. Ahí pude escribir la obra y a finales de 2022 empezó la búsqueda del elenco.

CAMBIO: Además del mensaje tan potente que transmite el solo hecho de reunir actores y públicos oyentes y sordos, ¿qué mensaje pretende dejar la trama de la pieza y la puesta en escena?

C.G.T.: Yo creo que el mensaje de la trama y de la pieza lo decidirá más el público. La trama nos habla de la relación de un niño con su madre que quiere que él tenga las manos en los bolsillos todo el tiempo. El chico es sordo pero no sabe que es sordo. La trama propone un encuentro entre la madre oyente y su hijo sordo. Hay algo muy importante de resaltar: El conflicto es entre el actor sordo y la actriz oyente. Eso es real. En el escenario tenemos un actor sordo que no escucha cuando la actriz oyente le habla y una actriz oyente frente a un sordo que usa lengua de señas para comunicarse y ella no lo entiende del todo. Entonces un mensaje importante es ver el teatro como un lugar de encuentro verdadero. Cómo la dramaturgia misma y el hecho de tener actores oyentes y sordos en la escena nos hace reflexionar sobre este conflicto verdadero. Es un lugar de encuentro donde pasan cosas que ni yo como directora puedo controlar. Es un encuentro de dos mundos que se cruzan. Cada uno tiene su verdad, su espíritu. Eso también tendrá sus complicaciones, sus complejidades de tiempo. Creo que el mensaje va en el sentido de que hay que dejar que las comunidades se encuentren y no intermediar. Si el teatro nos está sirviendo para lograrlo es maravilloso.

Solo cuando tengas frío

La accesibilidad también está relacionada con el derecho que tienen quienes no oyen para poder entender lo que sucede a su alrededor y poder comunicarse. En el caso concreto de los sordos, se trata de poder disfrutar de cualquier manifestación artística que involucre el sentido de la audición.

CAMBIO: ¿Qué retos se afrontan al montar una obra con actores sordos y actores oyentes?

C.G.T.: En este viaje hubo muchos choques porque me di cuenta de que la poesía y las metáforas las entendemos de manera diferente. Ese impulso para mí tan grande que empezó en 2020 mi ignorancia sobre el tema lo retuvo. Tuve que investigar y estudiar sobre la comunidad y sobre la teatralidad, lo que es vivir la teatralidad sin el sentido de la audición. Un reto gigantesco es que, si acaso, en un 2 por ciento de las universidades colombianas hay un intérprete de lengua de señas colombiana en clase de teatro. No es que no haya actores sordos o bailarines sordos. Pero no hay tantos como uno quisiera porque para ellos hay muy pocos espacios de formación.

CAMBIO; ¿Cómo resolvieron ese obstáculo?

C.G.T.: Nosotros tuvimos que formar a los actores sordos y además tuvimos que formar al elenco oyente para que aprendiera lengua de señas. No concebíamos montar una obra bilingüe que planteara un puente entre ambas comunidades sin que el actor oyente supiera cómo decirle a su compañero “buenos días” y sin que el compañero sordo participara en un montaje donde no sabe qué es un distanciamiento, qué es una metáfora, qué es un rompimiento de “la cuarta pared”. Otro reto grande ha sido la puesta en escena. Por poner un ejemplo. A un artista oyente se le dice: “Cuando suene la canción entras a escena y tu parlamento empieza cuando termina el del otro”. Como esta es una obra bilingüe en donde están interactuando todo el tiempo oyentes con sordos vamos a ver cómo generamos esta posibilidad de construir entre todos nosotros la manera de avisar. “No va a ser cuando el actor oyente hable sino cuando la luz parpadee. No va a ser cuando empiece la canción sino cuando tu compañero se pare en la mitad del escenario. Ahí sabes que tienes que entrar, ahí sabes que tienes que salir”.

Ilustración

CAMBIO: Usted nos decía que algunos sordos solo hablan en lengua de señas colombiana. No conocen el castellano. ¿Cómo hicieron ustedes para que los actores sordos aprendieran el texto, entendieran la dramaturgia?

C.G.Ta: Tuvimos que trabajar mucho en el guion y en la dramaturgia porque hay algunas personas sordas que no leen el castellano. Ilustramos la dramaturgia, así que hemos trabajado con un guion bilingüe. Además se les entregó a ellos un vídeo donde se hace una traducción exhaustiva de la dramaturgia española a lengua de señas. Nos demoramos (Alfonso Herrera modelo lingüistico del proyecto y Candelaria Gabriel Torres, director artístico) cinco meses traduciendo el texto de 39 páginas.

CAMBIO: ¿Por qué resultó ser tan complicado?

C.G.T: Porque las metáforas en la lengua de señas colombiana son diferentes. Encontrar el mecanismo para expresarlas fue complejo. Pero era necesario hacerlo. Si el actor o bailarín oyente iba a contar con un guion para poder repasar en la casa y llegar preparado, era justo que los actores de la comunidad sorda también pudieran hacerlo. Uno de los logros más grandes de este proyecto es que, además de incluir a la comunidad sorda, es accesible. Es decir, genera ajustes para que la gente pueda acceder. Muy lindo decir: “Yo te invito, yo te incluyo, pero toma la dramaturgia en español y tú verás cómo la entiendes”. Con toda seguridad vamos a ver a la persona sorda en problemas, viendo a ver quién la ayuda a entender algo. No debe ser así.

CAMBIO: ¿Cómo se establece la relación entre un actor sordo y un espectador oyente que no conoce la LSC y, en dirección contraria, un actor que habla en castellano y un espectador sordo?

C.G.T.: Tenemos una ventaja gigantesca. Trabajamos en un oficio cuya base son las emociones. El teatro es el templo de las emociones. El cuerpo es también el origen de las emociones. Tanto sordos como oyentes tenemos vivas nuestras emociones. Así que, además del proceso de formación, el elenco ha creado un vínculo. La comunicación no es el vocabulario que puedas aprender sino la disposición comunicativa para establecer un vínculo con la persona. Lo primero que hago al comunicarme es dar a entenderle a la persona que ella me importa. Cuando encuentro que me importa, la barrera del lenguaje se cae por completo. ¿Les dimos herramientas para comunicarse? Sí. ¿Uno no aprende un idioma en tres meses? No. Por eso había que reforzar profundamente el vínculo, la conexión y la importancia de ese vínculo que genera la necesidad de querer hablar con el otro. “Hoy le quiero decir a Alfonso, mi compañero sordo, que tuve muy buen día. Le quiero contar que me voy a casar”. Lo mismo ellos con nosotros. “Me quiero acercar a esta persona y decirle que gracias al calentamiento que hicimos ayer ya no me duele la rodilla”. Ahí la barrera del lenguaje cae porque entra la emoción y la vinculación como aproximación primaria. Esa relación se establece a través del lenguaje pero sobre todo de la calidad del grupo, de saber que quien está a mi lado importa.

Frio

CAMBIO: No debe ser nada fácil enfrentar un montaje como este.

C.G.T.: Esta es la primera vez que yo escribo y dirijo una obra de esta naturaleza. Quiero resaltar que tengo un elenco que voy a amar toda la vida porque saltó conmigo al vacío. Me encontré alrededor de mi gente que se dio la mano conmigo y todos saltamos al hueco porque nadie sabía cómo iba a resultar, nadie sabía qué iba a pasar. Hay referentes pero en Colombia somos más bien pocos los que trabajamos en esto. Eso también nos dio algo bellísimo que es una libertad profunda para la inventiva. Pero a la vez nos puso una responsabilidad muy grande. No dudamos en ningún momento en tener a la comunidad sorda con nosotros. Hay un código ético muy profundo en la compañía que es no hacer nada sobre ellos sin ellos. Un personaje sordo debe ser representado por un sordo. Algo importante es que es este montaje hay actores sordos que no representan a personajes sordos. Hay un vendedor de limones que está enamorado de la mamá y lo interpreta una persona sorda, pero Romero el personaje no es sordo. Christian, un chico sordo que es maravilloso interpreta un teléfono. Es una paradoja porque, ¿qué instrumento es más opuesto a un sordo que un teléfono? Nos permitimos esos momentos de revelación, ruptura e irreverencia. La obra se dio esas licencias porque no se trataba de encasillar a la persona sorda. El personaje principal, que es sordo, lo representa un sordo en colaboración con un actor oyente. Pero están otros artistas sordos alrededor del evento escénico, manifestando que el sordo es un ser humano y puede entrar a dialogar con el teatro.

Coproducción Teatro Colón y Siempreviva Teatro
Solo cuando tengas frío

Escrita y dirigida por Candelaria Gabriel Torres
Del 7 al 10 de diciembre
Sala Teatro Colón

Centro Nacional de las Artes Delia Zapata

Calle 11 No. 5-60, Bogotá.

@siemprevivateatro

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