"Las EPS mejor ranqueadas hemos sido castigadas": Juan Pablo Rueda, presidente de Sanitas
21 Septiembre 2023

"Las EPS mejor ranqueadas hemos sido castigadas": Juan Pablo Rueda, presidente de Sanitas

Crédito: Foto:cortesía

En conversación con CAMBIO, el presidente de Sanitas, Juan Pablo Rueda, explica cómo está realmente la situación financiera de la EPS, a la que el gobierno no solo no le ha reconocido las deudas que Sanitas asegura, sino que ahora le está cobrando plata que ya le pagó.

Por: Juliana Ramírez

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La situación de la EPS Sanitas es tan crítica que a principios de septiembre Cruz Verde, su principal gestor farmacéutico, estuvo a punto de dejarle de suministrar medicamentos para enfermedades crónicas y de alto costo. En entrevista con CAMBIO, Juan Pablo Rueda, presidente de Sanitas, explicó las cifras en rojo que arrastran y afirmó que desde 2020 dejaron de ser sostenibles. 

Cuando Rueda dice que “las EPS que hemos estado bien ranqueados nos han castigado” se refiere al honor que significa que Sanitas haya estado por años en el listado de las mejores EPS y la paradoja que ello trae, pues eso ha ocasionado la llegada de nuevos usuarios por traspasos voluntarios y por el traslado obligatorio de EPS liquidadas. Ambas cosas implican también asumir pacientes con enfermedades de alto costo que desbordan cada vez más sus cuentas.

CAMBIO: Estamos a 21 de septiembre y EPS Sanitas sigue operando. ¿Qué pasó con la advertencia de que en septiembre no iban a poder seguir?

Juan Pablo Rueda: La carta que mandamos junto con Compensar y Sura no decía que íbamos dejar de operar sino que íbamos a tener dificultades para operar en septiembre, que significa un problema real para pagar a tiempo a mi red de proveedores. Esta no era la primera carta que enviamos alertando sobre esta situación. Cada que se nos asignaba población de EPS liquidadas, decíamos que no podía porque tenía tales deudas e insuficiencias, pero igual nos los asignaban. En julio, enviamos esa carta ratificando que esto es en serio. Ya pasaron los plazos que el mismo gobierno nos propuso y aún no tenemos respuesta.

Ya consumimos nuestro patrimonio y, bajo este escenario, mi costo es superior a mi ingreso. Solo en agosto, Sanitas perdió 73.000 millones de pesos adicionales. Para mantenerme al día con la red de prestadores, empezamos a utilizar las reservas técnicas, que es lo que tengo reservado para todos los servicios que ya se prestaron, pero que no me los han facturado. Esta reserva es de 1,1 billones de pesos y mi obligación es tenerla en caja, pero para este mes ya no hay suficiente. Cuando fuimos a la Adres a mostrar nuestras deudas, nos dijeron que los 915.000 millones de pesos que nos pagaron en 2021, plata que ya transferimos a los prestadores, estaban mal calculados y que, antes, les debíamos dinero, que no eran 915.000 millones sino 903.000 millones, y me llegó una carta diciendo que tengo 40 días para devolver esos 12.000 millones de pesos.

CAMBIO: Sanitas pertenece a un conglomerado internacional llamado Keralty que tiene sede en España. ¿Por qué los socios no le inyectan capital a la compañía en este momento difícil?

JPR: En los 28 años de historia de Sanitas, nunca se repartieron dividendos porque todas las utilidades se invirtieron en fortalecimiento patrimonial. A cierre de 2021, nuestro patrimonio era de 281.000 millones de pesos, y en año y medio, es decir a julio de 2023, disminuyó 418.000 millones, hasta ser un patrimonio negativo. Esta disminución significa que las capitalizaciones que habían hecho los accionistas por más de 200.000 millones de pesos se consumieron en 2022 y en lo que va de 2023. ¿Por qué no se inyecta más capital? Ya pusimos 418.000 millones de pesos de utilidades apropiadas y patrimonio. A nosotros nos alcanzaba la plata hasta 2019. Teníamos un equilibrio, pero con la pandemia cambiaron muchas cosas.

CAMBIO: Prácticamente 2022 fue el año de quiebre para Sanitas. ¿Por qué?

JPR: Hubo seis razones que nos impactaron en 2022. La primera, relacionada con inflación, tasa de cambio, aumento de salario mínimo; la segunda fueron cambios epidemiológicos después de la pandemia; la tercera fueron los traslados forzosos de otras EPS y la cuarta es la incertidumbre. Sin embargo, ninguno de estas cuatro razones fue tan importantes como la falta de UPC para atender el represamiento de procedimientos que no se hicieron en pandemia, y la inclusión de más medicinas y servicios en el plan de beneficios; aunque se previó un valor para incluir esto, costó más. El déficit por ese solo motivo fueron 208.000 millones de pesos.

Es decir, en pandemia nos gastamos 830.000 millones de pesos y el gobierno nos reconoció en ese entonces solo 332.000 millones. Aquí hablamos de un saldo negativo de casi 500.000 millones. Cuando empezó el confinamiento, se dejaron de prestar servicios y ello implicó que nos sobrará UPC (dinero que el gobierno paga para la atención de cada paciente). Con esa plata que me sobró, financié y atendí covid. Si hoy en día llega otra pandemia, yo no tengo cómo atender esto porque no tengo patrimonio.

En 2022 atendimos cirugías y demás servicios de ese año, pero también los represados que no se hicieron en pandemia, con el agravante de que esa UPC no estaba guardada ni reservada porque se utilizó para el covid.

CAMBIO: ¿Me puede detallar la afectación por el traslado forzoso de usuarios de EPS liquidadas?

JPR: En los últimos tres años hemos recibido dos millones de usuarios y eso me volvió ineficiente. Antes operaba en 100 municipios y ahora estamos en más de 500.  Pero aun más complejo que las asignaciones forzosas, son los traslados voluntarios desde otras EPS en funconamiento. Yo tengo que agradecer que una persona con cáncer o una enfermedad crónica prefiera a Sanitas, eso es un orgullo y honor porque es un reconocimiento a algo que hacemos bien, lo que pasa es que eso termina agrandando nuestro problema financiero si el gobierno no hace lo que es su deber y es que a esos usuarios los acompañen sus recursos necesarios para poderlos atender. Las EPS mejor ranqueadas hemos sigo castigadas.

Es decir, las EPS que tiene algún reconocimiento como nosotros son las buscadas por los usuarios más enfermos y la UPC sigue siendo la misma. Se tiene que balancear en transferencia de recursos, bajo un concepto de equidad a esas EPS que tienen mayores pacientes con enfermedades de alto costo. Acá no hay que ponerle plata al sistema sino redistribuir bien.

CAMBIO: Hace unos días se intervino forzosamente Famisanar. ¿Les atemoriza correr la misma suerte?

JPR: A todas las EPS nos atemoriza porque es una posibilidad. La intervención se da por no cumplir con la habilitación financiera y hoy nosotros no cumplimos con esos estándares financieros. También, cuando hay problemas de acceso y la cartera con los prestadores crece dramáticamente, y esa no es la situación nuestra. Para mí el problema de Famisanar es de concentración de riesgo de enfermedades de alto costo y crónicas, y no sé si la intervención lo solucione. No quisiera que le hubiera pasado eso a Famisanar, pero el gobierno, administrándola, puede entender lo que hay.

El sistema tiene que ser capaz de ver la cartera de las EPS y determinar si estos problemas se deben a que se están quedando con una plata o que es insuficiente. Las EPS pagamos hasta donde podemos. Las deudas que yo tengo con la red de prestadores no son de nosotros sino del Estado. 

CAMBIO: El Ministerio de Salud solo reconoce que les debe 96.000 millones de presupuestos máximos de julio, agosto y septiembre  de este año, y se habla de 90.000 millones de ajustes de presupuestos máximos de 2022. ¿Cuál es la realidad de las cuentas que les debe el gobierno?

JPR: En nuestra realidad financiera, soportada en facturas reales, las deudas que tiene el gobierno con nosotros, que no pertenece al PBS (Plan de Beneficios en Salud), se acerca al billón de pesos: 490.000 millones de antes de marzo de 2020 y alrededor de 480.000 millones después de marzo de 2020. Algunos componentes de esa cartera están en procesos judiciales, pero hasta el momento solo hemos podido recuperar por esa vía algo menos de 15.000 millones de pesos.

Sí, normalmente nos pagan anticipadamente los presupuestos máximos (lo que no está incluido en plan de beneficios), pero no es suficiente. Por ejemplo, en 2020 nos quedaron debiendo 104.000 millones de pesos, en 2021 fueron 86.000 millones de pesos y de 2022 nos deben 122.000 millones de pesos. Anunciaron que nos van a pagar lo de julio, agosto y septiembre, aún no lo hacen, pero ya sabemos que va a ser insuficiente.

CAMBIO: ¿Usted cree que el gobierno está acabando con las EPS antes de iniciar su reforma?

JPR: Nos está marchitando. No puedo decir que lo hagan intencionalmente, pero, si hay soluciones, están en su campo. El gobierno tiene cómo corroborar la información, solo queremos que nos reconozcan lo que nos deben. Digan que nos van a pagar en un año o cinco años, con deuda pública o algo. Con este reconocimiento yo puedo ir a hablar con los prestadores. Hoy le debo 480.000 millones a la red de prestadores por medicamentos y servicios que no están en el plan de beneficios.

CAMBIO: Cruz Verde es su principal proveedor de medicamentos y la deuda con ellos supera los 387.000 millones, de los cuales más de 214.000 millones están en mora. Si les cortan “el chorro”, como ha intentado hacer ya, ¿qué pasará con los pacientes de alto riesgo, cuya vida depende de medicamentos?

JPR: Cruz Verde consideró no seguir suministrando los medicamentos que no hacían parte del plan de beneficios y el 1 de septiembre nos dijeron que no iban a continuar. Nos acercamos, hablamos y se acordó que sí iban a continuar. Esa es una señal de lo que estamos viviendo.

Si nos llegan a cortar este suministro, no solo Cruz Verde sino también otro proveedor, habría una crisis social porque son medicamentos que usan las personas más vulnerables con enfermedades huérfanas, complejas, como el cáncer.

Nuestra relación con Cruz Verde también es para medicamentos que están en el plan de beneficios, que es la facturación más grande con ellos y con esto estamos al día. 

CAMBIO: ¿Existe la posibilidad de que Sanitas acuda a la figura de liquidación voluntaria?

JPR: No es nuestro interés acudir a esa figura. Gremialmente, hemos intentado entender cuáles son las alternativas, pero no hay claridad de cómo se puede hacer ese retiro voluntario. El gremio ha estado muy interesado en esto, ocasionalmente lo ha preguntado al gobierno, pero nosotros somos una organización con muchos años en el país y no vamos a renunciar a eso. Por el momento, tenemos un compromiso con nuestros 5,6 millones de afiliados, 10.000 trabajadores y con el sistema de salud.

CAMBIO: Hace unos meses Sanitas abrió una razón social nueva para agrupar esos centros de atención que tiene. ¿Se están preparando para quedar como prestadores en la reforma a la salud?

JPR: No. Las clínicas de la organización siempre han estado en una empresa distinta a la de la EPS, pero Sanitas tenía una operación propia de 63 centros de atención primarios, y, en la medida que creces, esto se convierte en una operación muy grande. Tomamos la decisión de que esos centros salieran hacia una empresa distinta que se especializara en esa atención de nivel primario.

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