¿Por qué los jóvenes sufren más para encontrar empleo en Colombia?

En Colombia hay 2,5 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan

Crédito: Colprensa

28 Enero 2024

¿Por qué los jóvenes sufren más para encontrar empleo en Colombia?

Su tasa de desempleo es del 16 por ciento en el país. A pesar de que muchos se forman en carreras como administración, derecho o comunicación, encontrar un primer empleo no es sencillo. ¿Qué cargos y habilidades buscan las empresas? ¿En que sectores está la mayoría de vacantes?

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Cinco años de esfuerzo, noches en vela y cientos de horas de estudio materializadas en un diploma que se exhibe, para la foto, bajo una sonrisa llena de esperanza. Luego empieza lo más difícil: buscar empleo

En Colombia hay 2,5 millones de jóvenes entre los 15 y los 28 años que no trabajan pero tampoco estudian. Su ingreso al mercado laboral es complejo, pues deben enfrentar brechas más profundas que el grueso de la población. Mientras que la tasa de desempleo nacional está en 9,0 por ciento, el desempleo juvenil es de 16 por ciento, 7,0 puntos porcentuales mayor.

La educación se ha concebido por años como el vehículo para ubicarse en un buen trabajo. Pero hay un choque entre la falta de experiencia, la formación y las preferencias de los jóvenes versus las habilidades que piden las empresas, los cargos disponibles y lo que necesita el mercado. 

¿Qué busca el mercado laboral? 

El Servicio Público de Empleo, adscrito al Ministerio de Trabajo, es una entidad encargada de acercar a los ciudadanos a oportunidades de trabajo formales. El sistema de información de la entidad registra 169.925 oportunidades laborales vigentes en diferentes empresas y entidades en el país. 

Las cifras del Servicio Público de Empleo muestran que la mayoría de las vacantes que registra la plataforma son para actividades técnicas y de servicios administrativos (44,5 por ciento), en comercios (9,2 por ciento) y en el sector público (7,8 por ciento). De acuerdo con la entidad, entre las vacantes más comunes figuran labores como vendedores, empleados de trato directo con el público, profesionales y técnicos de nivel medio en áreas como ciencias e ingenierías y auxiliares contables. 

La mayoría de las vacantes (30,5 por ciento) sólo exigen el grado de bachiller, mientras que 20,8 por ciento piden educación universitaria y el 19,9 por ciento solicitan formación técnica. Las plazas laborales para posgrado son más escasas. De las ofertas de empleo que registra el Servicio Público de Empleo a nivel nacional, 2,0 por ciento piden especialización, 0,2 por ciento maestría. No hay solicitudes que requieran doctorados. 

De acuerdo con Paula Herrera, directora del Servicio Público de Empleo, una de las grandes barreras que enfrentan los jóvenes al buscar empleo es la escasez de oportunidades laborales que no requieren experiencia previa. Entre las ofertas que tiene la entidad en su sistema, solo el 13,7 por ciento de las ofertas no solicita experiencia. 

Herrera señala que de cada 100 personas entre los 29 y los 33 años inscritas a la plataforma, 42 logran emplearse, pero en el rango de los 18 a los 23, solo 30 consiguen vincularse.

¿Faltan oportunidades para los jóvenes? 

Siete de cada diez jóvenes en América Latina señala que tiene problemas para encontrar empleo. En Colombia esta percepción es la del 85 por ciento de los jóvenes entre 18 y 29 años, de acuerdo con un estudio de la consultora ManpowerGroup. Las principales razones por las que a los jóvenes se les dificulta encontrar trabajo es la falta de experiencia (33 por ciento); la segunda, los sueldos bajos (19 por ciento). 

Las brechas que enfrentan los jóvenes tienen también razones estructurales. De acuerdo con Luz Karime Abadía, decana de la facultad de ciencias económicas y administrativas de la Universidad Javeriana, Colombia es un país cuyo aparato productivo no es robusto. El 90 por ciento de las compañías son micro, pequeñas y medianas empresas que no tienen mucha capacidad de generar empleo. A ello se suma el momento de desaceleración que vive la economía nacional y global: hay menos producción, las empresas no están siendo productivas y no necesitan más personas. 

“Por otro lado están las habilidades que están adquiriendo los jóvenes. Estamos en un país con 300 instituciones de educación superior, y la gran mayoría no son de buena calidad. Continúan enseñando áreas y habilidades tradicionales y el sistema educativo en educación superior no responde ni mide esas brechas de habilidades; es decir, lo que necesita el mercado laboral y en qué áreas. Nadie sabe qué quieren las empresas y por eso tampoco se está monitoreando”, dice la experta, quien lideró previamente el Laboratorio de Economía de la Educación de la Javeriana. 

Cifras del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior del Ministerio de Educación muestran que las carreras más estudiadas en Colombia se relacionan con administración de empresas y derecho, ingeniería, industria y construcción y ciencias sociales, periodismo e información. 

“Los jóvenes y sus familias hacen un esfuerzo muy grande para ingresar al pregrado, pero entran a programas que no son de buena calidad, y no salen con las habilidades que se requieren y se inundan las regiones con los mismos programas”, asegura Abadia. 

La experta menciona que, “aunque parece obvio”, hablar inglés, al igual que adquirir habilidades blandas, técnicas y digitales; sin embargo,  muchos jóvenes colombianos no están adquiriendo estas competencias. 

Desempleo juvenil
Según los expertos, las habilidades blandas, digitales y técnicas son claves. Crédito: Colprensa. 

¿Cómo impulsar que los contraten?

La directora del Servicio Público de Empleo explica que la entidad trabaja en un modelo de inclusión laboral que se centra en sensibilizar a los empresarios para que no exijan experiencia previa, y de este modo se puedan abrir más oportunidades para esta población.

“Es esencial establecer un puente entre las expectativas de los jóvenes y las demandas empresariales. La brecha actual es profunda: los jóvenes buscan empleos con flexibilidad, autonomía y un sentido de valía, mientras muchos empresarios aún buscan trabajadores con horarios definidos y tareas específicas. No hay una visión correcta o incorrecta, pero es crucial generar espacios de diálogo para encontrar puntos de convergencia”, asegura Herrera. 

El Estado ha desarrollado algunos programas para facilitar la inserción laboral de los jóvenes. Iván Jaramillo Jassir, viceministro de Empleo y Pensiones, explicó a CAMBIO que existen varias “rutas de corrección” que buscan solucionar los problemas del mercado laboral juvenil. 

Uno de esos problemas  es la “trampa de la inexperiencia”, llamada así porque los jóvenes sin experiencia compiten con cualquier otra persona con experiencia, lo que suele suceder es que los empleadores optan por la persona con experiencia. 

Una estrategia del gobierno para promover la contratación de los jóvenes es el subsidio para la creación de nuevos empleos. Las empresas que contraten jóvenes entre los 18 y los 28 años en un nuevo empleo reciben el equivalente al 25 por ciento de un salario mínimo. Este programa nació en el gobierno de Iván Duque y el gobierno Petro propuso en el Plan Nacional de Desarrollo continuar esta iniciativa, por lo menos hasta 2026. 

“Está por salir el decreto que reglamenta el artículo del Plan de Desarrollo que le dio continuidad al programa. La idea es aumentar el apoyo del 25 por ciento al 30 por ciento, pero con un condicionante social: el beneficio se mantiene se debe vincular por lo menos por 24 meses a los jóvenes”, reveló Jaramillo. 

Un segundo problema son las dificultades en la pertinencia y calidad de los sistemas de  formación para el trabajo. Jaramillo explica que hay tres rutas de formación: la tradicional, que son las universidades; los sistemas de formación para el trabajo, como el Sena, y el reconocimiento de aprendizajes previos. En esto último, el Ministerio trabaja en reconocer esas habilidades prácticas que no están acreditadas para que las personas puedan certificar sus conocimientos. 

Jaramillo aclaró que las dificultades de inserción de los jóvenes en el mundo laboral son un problema global. “Estamos en un proceso global de automatización y de recategorización de las habilidades que demanda el mercado laboral. Es un proceso de cambio permanente y estamos tratando de corregir eso en Colombia, migrar de los sistemas de formación por contenido a los sistemas de formación por competencias para facilitar ese match entre la oferta y la demanda en el mercado laboral”, aseguró el viceministro. 

Juan Camilo Chaparro, docente e investigador de la Universidad Eafit, menciona que el debate público en torno al empleo juvenil en Colombia “no suele tener en cuenta las ocupaciones más importantes que generan la mayor proporción de puestos de trabajo para personas menores de 28 años”. 

Según una investigación de Chaparro, las principales ocupaciones en las que se emplean a los jóvenes en el sector privado son: vendedores, cocineros, meseros, camareros y bármanes, así como trabajadores que manipulan mercancías, personal administrativo, empleados de contabilidad y cajeros bancarios. También figuran trabajadores en construcción, como técnicos en electricidad, mecánica e industria.

“Las políticas públicas que quieran impulsar el empleo juvenil en Colombia deben tener en cuenta el tipo de ocupación subyacente que está siendo apoyada. Se recomienda enfocar los esfuerzos y recursos públicos más en ocupaciones resilientes u ocupaciones en proceso de recuperación y no subsidiar el acceso a aquellas ocupaciones en declive”, sostiene Chaparro. 

El académico explica que las ocupaciones resilientes son aquellas cuyo nivel de empleo juvenil asalariado no cayó durante la crisis económica del 2020 y se han mantenido estables, como los trabajos en call centers o como personal de seguridad. Entre las ocupaciones en proceso de recuperación están las del comercio y el sector de restaurantes, mientras que en las que están en declive aparece, por ejemplo, el personal bancario. 

El primer empleo es crucial para empezar en el mundo laboral. Pero mientras se montan programas, políticas y estrategias, y se hacen análisis y se revisan datos y estadísticas para entender por qué los jóvenes no encuentran empleo, miles de ellos pasan hojas de vida, visitan empresas y revisan buscadores de empleo con la esperanza de lograr una entrevista

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí