El sector registra, además de los bajos niveles de los embalses, un aumento de 8,3 por ciento en la demanda de energía.
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¿Subirán las tarifas de energía por la crisis de los embalses?
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Mientras los embalses registran un nivel bajo, el sector de energía alerta que se podrán ver aumentos en las tarifas de los usuarios por el uso de fuentes alternativas más "costosas" como la generación térmica.
La situación de los embalses en Colombia es crítica. Según XM, la entidad que administra el mercado de energía mayorista de Colombia y opera el sistema interconectado, la capacidad agregada está en apenas 31 por ciento. Y mientras las lluvias siguen demoradas y el país está en alerta por la situación, la gran duda de muchas personas es qué pasará con la prestación de los servicios y las facturas.
Debido a la crisis con los embalses, el país ha tenido que apoyarse en otra fuente de energía, las plantas de generación térmica, de modo que el agua pueda utilizarse a un menor ritmo. Pero no solo el fenómeno de El Niño y la disponibilidad de agua representan un riesgo hoy para el suministro de agua y electricidad.
“Algo que hay que explicarle a las personas es que cuando se genera energía con térmicas es más costoso. Cuando no hay gas nacional barato nos toca importar y eso está pasando en este momento. Adicionalmente nos toca generar con carbón y en última instancia con combustibles líquidos, que es lo más ineficiente y costoso. Cuando entran las plantas térmicas a respaldar la generación hidráulica, los precios tienen que subir para remunerar esas plantas. Pero si no prendemos las térmicas nos quedamos sin luz”, explicó en entrevista con CAMBIO Natalia Gutiérrez, presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen).
Si bien puede que suban los precios, estos costos de producir energía no se trasladan del todo a las facturas. “La regulación tiene unos mecanismos diseñados para que al superar el precio de escasez ese valor no se traslade completamente al usuario final, sino que lo asumen los generadores”, comentó Gutiérrez.
La poca disponibilidad de agua en los embalses también está afectando a ciertas zonas del país. EPM, por ejemplo, había reportado la necesidad de interrupciones de agua en ciertas poblaciones de Antioquia. Pero el sistema no solo tiene problemas hoy por la menor disponibilidad de agua. XM y los gremios del sector.
A la situación se suma el aumento en la demanda de electricidad, que según XM y los gremios del sector es 8,3 por ciento más alta que hace un año. “Este es un mercado de oferta y demanda. Cuando la demanda supera a la oferta incrementan los precios y no se tienen los recursos necesarios para disponerle a quienes quieren tener energía”, explicó Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco).
De hecho, en el último año los precios de la electricidad han registrado una inflación de 21,3 por ciento y el costo del suministro de agua ha subido en promedio 10,5 por ciento según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Sánchez explica que el aumento en los costos de la energía viene ligado a varios factores. Según el ejecutivo de Andesco, la gran mayoría de empresas comercializadoras compran la energía a largo plazo, y aunque menos del 20 por ciento se va a la bolsa, allí se siente el impacto.
El aumento de los costos de la energía también se explica por la guerra de Ucrania, que incrementó los costos del gas, lo que afectó a las térmicas que soportan parte de su trabajo con gas importado. En el caso de la costa, incide el modelo financiero con que se estructuró la venta de Electricaribe a Afinia y Air-e; y la opción tarifaria, el mecanismo con el que luego de la pandemia se redujo el impacto de los aumentos abruptos en la tarifa de energía, y a cambio se acumularon de saldos para ser pagados por los usuarios posteriormente, a lo largo de un mayor período de tiempo.
“Los incrementos se dan por todo esto. Y adicionalmente estamos consumiendo más, porque estamos en el momento más caluroso de la historia en los últimos años, con aires acondicionados y ventiladores”, dijo Sánchez, quien aseguró que seguramente seguramente el incremento no será “tan fuerte”, y evitó estimar un porcentaje para evitar especulación en el mercado.
José Vicente Zapata, socio de la firma Holland & Knight, aseguró que “más temprano que tarde los precios afectarán a los usuarios o a los contribuyentes. Es inevitable”. Por ello, dijo, se requiere de una gestión más efectiva y de avanzada ante las necesidades crecientes de energía.
Según Zapata, las plantas de generación térmica son “absolutamente necesarias” y han ayudado a fortalecer el sistema desde su estructuración en los años 90. Sin embargo, considera que el sistema sería más estable si Colombia “se hubiera permitido avanzar en desarrollos de hidrocarburos que fueron suspendidos”. El jurista aseguró que los precios también se ven afectados “por los combustibles disponibles para operar las plantas respectivas”, y cuestiona el manejo que está dando el gobierno.
“Confiar exclusivamente en un régimen de lluvias que depende de fenómenos naturales no puede ser la base de una política estructurada”, sostiene el experto, quien cuestionó que la Directiva No. 01 de “Buenas prácticas para el ahorro de energía y agua” expedida por el gobierno “dista de contener medidas materiales que garanticen el suministro energético”. Para Zapata, “las omisiones en una gestión pública efectiva afectarán los precios de la energía para los usuarios”.
El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, aseguró que el país no está en “riesgo de desabastecimiento ni de apagón”. La cartera publicó una resolución, la 40115, con la que se anunciaron restricciones en las exportaciones de energía eléctrica a Ecuador y el gobierno está impulsando otros planes para ahorrar energía. “Requerimos también el ahorro de energía y agua en las industrias y en la cotidianidad de las familias”, dijo el ministro esta semana.
El sector espera que el Gobierno continúe tomando medidas para los próximos días, de modo que el golpe en el sistema y los bolsillos de los colombianos sea el menor posible.